Viejas mañas
La derecha europea se ha desgañitado al lanzar discursos condenatorios contra la búsqueda de justicia del pueblo boliviano. Les parece “dudosos” los procesos porque los jueces y fiscales son dudosos, pues señoras y señores, son los mismos jueces y fiscales que encarcelaron injustamente a hermanas y hermanos del proceso de cambios, solo por ser masistas, y Uds. boca callada en ese momento. Claro que son dudosos estos jueces y fiscales, hace mucho tiempo que estamos en ese problema, no es de ahora y la Unión Europea y esa derecha fascista lo saben. Lo sabían y no dijeron nada, es más, apenas la golpista puso a andar su régimen de facto, la Unión Europea le inyectó recursos y fueron los embajadores, presurosos a sacarse la foto para que sepa el mundo que la dictadura era lavada internacionalmente, con la cara y las manos de los embajadores europeos. ¡qué vergüenza!
¿De dónde viene esta sinvergüenzura de los y las europeas? Pues de su complejo de superioridad, basado en la ignorancia que les acompaña por cinco siglos, desde la invasión colonial a nuestros territorios de Abya Yala en 1492. Olvidan que pudieron imponer su dominio gracias a las divisiones y problemas internos que como pueblos teníamos, fueron traidoras y traidores de los territorios los que les sirvieron a los invasores colonialistas; cierto, son muy hábiles manipuladores —los europeos—, saben aprovechar las broncas internas de nuestros pueblos.
Este aparato judicial es herencia colonial, desde entonces siempre fue así, por eso en el proceso de cambios la Justicia tuvo un cambio fundamental. Para el pueblo lo que es del pueblo, es decir que podamos votar por los mejores magistrados y magistradas, eso indudablemente es lo mejor que hicimos sobre la representación social de la responsabilidad de la Justicia. Pero desde el Ministerio de Justicia no se acompañó ese proceso, que anunciaba un cambio cultural y educativo en las conductas respecto del derecho del otro y de la otra. No se puso en acción políticas comunicacionales, educativas y culturales para crear conciencia sobre la Justicia. No se hizo un proceso educativo y epistemológico para jueces y fiscales —las escuelas de jueces repiten los mismos errores que las universidades—, mucho menos se hicieron procesos de descolonización y despatriarcalización del aparato judicial y de las concepciones de lo que es justo con relación a las otras personas y a la madre y hermana naturaleza.
Facilonamente se habla —peor—, se ordena la reforma judicial; claro, cuando les conviene. Apuntan con el dedo a quitarle al pueblo el derecho a decidir y ahí se esconde el racismo. ¿Qué sabe el pueblo sobre justicia? No, no vamos a dejar que se nos quiten derechos, tampoco vamos a dejar sin justicia a todos y todas quienes fueron víctimas del golpe de Estado. Los juicios a los y las golpistas deben seguir, ser públicos (online) y transparentes. Mientras tanto hay que hacer cambios necesarios dentro de la Justicia, cambios que apunten hacia un proceso revolucionario del derecho, con la descolonización, la despatriarcalización y el desaburguesamiento del aparato judicial y la justicia en Bolivia.
Julieta Paredes es feminista comunitaria.