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Monday 18 Mar 2024 | Actualizado a 22:20 PM

Entre mujeres

/ 13 de junio de 2021 / 01:41

Las energías de las luchas de las mujeres en lo que hoy llamamos Bolivia, han nutrido con muchas experiencias y reivindicaciones que favorecen a todos y todas que habitamos estos territorios. Cuestionar la representación parlamentaria dentro de la democracia burguesa, es una muestra de ello.

El feminismo tiene la cuna de la Revolución Francesa y proviene del planteamiento de luchas por los derechos individuales de las mujeres, principalmente basados en los derechos que las mujeres burguesas consideraban como sus demandas, ante los hombres burgueses en Europa.

Es necesario, sin embargo, analizar el concepto globalizador de “las mujeres” porque es uno destinado a confundirnos y manipularnos a partir de que vivimos en nuestros cuerpos el machismo, como un instrumento de control de nuestras vidas; es un concepto que pretende decir que las mujeres entre mujeres seríamos iguales, y no lo somos.

Quiero compartir el análisis de la actuación de las mujeres en el poder. Desde los movimientos sociales —en el proceso de cambios en Bolivia— iniciamos discusiones profundas sobre la forma cómo se llevaba adelante la participación política de las mujeres; si bien estábamos presentes, a veces era una simple decoración.

El proceso de cambios se inicia en 2003; sin embargo, desde 1985 en nuestros territorios el sistema dominante, a partir de los financiamientos de la cooperación internacional, privatizó el accionar político organizativo de las mujeres, supeditándolas a la intermediación de las ONG.

Tanto en Bolivia como en Perú, como ejemplo de este accionar, las ONG hablaban con los Estados y gobiernos neoliberales a nombre de las organizaciones de mujeres, este control no permitía la organización autónoma, el pensamiento propio, las demandas y metodologías propias de las mujeres. Controlaron su iniciativa y creatividad, pero lo peor fue que en la negociación e intermediación de las demandas de las mujeres, las ONG y las feministas neoliberales de los partidos consiguieron limosnas ridículas, como el 35% de cuotas para las mujeres, más ridículo aún cuando esa cuota de poder en el gobierno de las representantes de las mujeres estaba en las manos y los cuerpos de las mujeres familiares y amigas de los hombres neoliberales.

Las mujeres de la derecha como Jeanine Áñez y Keiko Fujimori son hoy una excelente representación de lo que son y en lo que están estas mujeres como clase social.

Están llenas de amargura y odio, racistas, ávidas de la sangre y la humillación del pueblo.

Las mujeres no somos lo mismo y los procesos de cambios revolucionarios en los que se inscriben en Bolivia y Perú van a garantizar los derechos de todas las mujeres, incluidas las derechistas, pero construyendo un país sin discriminaciones y opresiones de ningún tipo.

Julieta Paredes es feminista comunitaria.

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El asesinato de la Ley 348

La Ley 348 es emblemática, pues declara la violencia hacia las mujeres como un delito de orden público. ¿Por qué? Porque hay un sistema patriarcal que se ha encargado de educar a los hombres machistas y discriminadores de las mujeres.

/ 14 de mayo de 2023 / 20:53

El Estado Plurinacional de Bolivia tiene, hasta la fecha, un armazón importante de leyes de protección de las mujeres; la razón radica en que se ha logrado una reflexión sustanciosa sobre los cuerpos de las mujeres, ellos fueron discriminados y oprimidos por ser mujeres, valga la redundancia. Tenemos dos leyes emblemáticas: la Ley 243 “contra la violencia política hacia las mujeres” y la Ley 348 “para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia”.

Yendo de lo general a lo particular podemos decir que el sentido histórico de la creación y desarrollo de las leyes, dentro de una sociedad y territorio, corresponde a las pugnas políticas de poder que en su seno se van a dar. Sin duda, el sistema —tanto las clases y sectores dominantes—, dentro de sus estrategias, tiene comprendidas las probables y potables modificaciones a las leyes, de manera que siempre se garantice sus privilegios y así no poner nunca en peligro la estructura de dominación.

La Ley 348 es emblemática, pues declara la violencia hacia las mujeres como un delito de orden público. ¿Por qué? Porque hay un sistema patriarcal que se ha encargado de educar a los hombres machistas y discriminadores de las mujeres. A través de la escuela, la religión, la cultura, la familia, los medios de comunicación, se ha construido históricamente la supuesta superioridad de los hombres respeto de las mujeres. Educar decíamos, pero también podemos decir condicionar, inficionar, presionar para que los hombres controlen y ejerzan violencia hacia las mujeres. Se considera como natural y normal que las mujeres sean entendidas como seres y cuerpos inferiores a los hombres y por eso deban servirles sexualmente, afectivamente, económicamente, social y políticamente.

Por todo eso decimos que la violencia que ejercen tanto las instituciones del Estado como los hombres sobre las mujeres, es un delito de orden público.

Las prácticas judiciales al operar esta ley son de lo más desastrosas. Será necesario, con este ejemplo de la 348, analizar y ubicar el percorrer de las leyes y cómo —social y políticamente— se les quita el carácter de justicia, para convertirlas en meros procedimientos judiciales arbitrarios y manipulables. Entonces ya no será más un instrumento de reeducación, reparación y creación de cultura no violenta en la sociedad, perdiéndose la oportunidad de construir leyes que sirvan a los pueblos.

Hoy la 348 es perforada cotidianamente en su objetivo principal: demostrar que hacia las mujeres hay una violencia estructural del Estado y de los hombres, y eso debe ser solucionado en el orden de delito público. Hoy, irónicamente, son las mujeres que son puestas en el banquillo del acusado por la 348, rompiendo con todas las luchas, los logros y claridades obtenidas. Si hay mujeres corruptas, violentas, asesinas o genocidas, pues tenemos otras leyes, tenemos el Código Penal, tenemos la Constitución, etc. Pero no pues la 348, esa es una ley para garantizar a todas las mujeres una vida libre de violencia.

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Bolivia gana tres títulos en el Chuquiago Junior Open

Los tenistas nacionales de Sub-16 obtuvieron el primer lugar en el torneo paceño que terminó este sábado y que forma parte de la Gira Cosat y del ITF World Tennis Tour.

La ganadora del torneo.

Por Julieta Paredes

/ 22 de mayo de 2022 / 09:26

Bolivia conquistó tres títulos de los 12 que estuvieron en juego en el Chuquiago Junior Open, torneo válido por la Gira de la Confederación Sudamericana de Tenis (Cosat) y por la ITF World Tennis Tour Junior, que terminó este sábado en las canchas del Club Alemán de La Paz.

Fue una semana de competición la que se vivió en la zona sur de la urbe paceña con el mejor tenis juvenil a nivel internacional.

Hubo tres categorías habilitadas: Sub-14 y Sub-16 (ambos por la Cosat), además del Sub-18 (ITF), tanto en damas como en varones en las modalidades de singles y dobles.

Los vencedores por parte de Bolivia fueron: Nathalie Marinovitch (en Sub-16), Dayanara Velasco con Flavia Villegas (dobles Sub-16 damas) y Santiago Lora con el brasileño Joao Didoni (dobles Sub-16 varones).

Marinovitch arrancó el cuadro principal como la segunda sembrada y gracias a ello debutó directamente en segunda ronda, instancia en la que venció a la boliviana Natalia Salinas (6-1 y 6-0), en cuartos de final derrotó a la peruana Valeria Casusol (6-0 y 6-3) y en semifinales ganó a la boliviana Isabella Canedo (un doble 6-2).

La final tuvo como protagonistas a dos tenistas nacionales. Su rival en el duelo decisivo fue Velasco, quien cayó por 6-4 y 6-3.

Por esta misma categoría, pero en dobles, Velasco y Villegas conformaron la segunda mejor pareja. En su primer duelo superaron a la boliviana Canedo y a la peruana Casusol (6-1 y 6-0), mientras que en “semis” se impusieron ante las nacionales Nicole Bares y Danara Marcos, quienes se retiraron previo al duelo.

El encuentro por la corona fue ante las bolivianas Marinovitch y Alexandra Ortiz, a quienes vencieron por 7-5 y 6-2.

Lora y Didoni comenzaron en segunda ronda del Sub-16 masculino al ser los mejores sembrados. Ganaron en cuartos a los bolivianos Matías Peñaranda y Diego Villafañe (7-5 y 6-2) y en semifinales a los brasileños Caio Dourado y Felipe Moretti (6-1, 5-7 y 10-8).

En la final derrotaron al boliviano Pablo Serrano y al peruano Joaquín Rodríguez (3-6, 6-2 y 12-10).

Los vencedores de las demás categorías por la Gira Cosat fueron: el brasileño Didoni (singles Sub-16), los mexicanos Mauricio Schtulmann y Hanne Estrada (ambos en singles Sub-14); Schtulmann con el guatemalteco Harold Cotom y Estrada con su compatriota Azul Vázquez (dobles Sub-14).

Los ganadores de las categorías que pertenecen al ITF World Tennis Tour Junior fueron: el peruano Josué Guzmán y la argentina Lourdes Ayala (singles Sub-18); los brasileños Kaua Lopes con Henrique Hamamoto y la ecuatoriana Tania Andrade con la argentina Ayala (dobles Sub-18).

El circuito de tres torneos internacionales que se realizarán en el país continuará en Cochabamba con el Tunari Junior Open que arrancó este sábado y concluirá el sábado 28.

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Proletariado machista

/ 1 de mayo de 2022 / 02:12

Será necesario ubicar las formas y métodos que tiene el sistema de poder para darle la vuelta a las conquistas que los pueblos realizamos, como por ejemplo leyes o la conciencia de clase, para tratar de convertir estos instrumentos en inútiles para el uso constructivo de los pueblos.

Las leyes, en origen, son un armazón hecho por los sectores dominantes para evitar que el pueblo pueda obtener justicia. A través de ellas el sistema se cuida, por eso que las propuestas de reformas a las leyes o las leyes nuevas, propuestas dentro del proceso de cambios, tienen que ser luchadas palmo a palmo y ni así salen como queremos, son modificadas en la Asamblea plurinacional, en la práctica real de la llamada democracia, donde las minorías fascistas patalean y logran hacer retroceder normas importantes: recuerden que se desechó la modificación del Código Penal, que traía importantes cambios para la aplicación de las leyes.

El pueblo trabajador lucha para lograr sus reivindicaciones, lo recordamos este 1º de mayo, será necesario entonces, en este contexto de luchas, afirmar que las mujeres somos la mitad de la fuerza trabajadora de Bolivia, vivimos y sufrimos los ataques del capitalismo en la explotación, con la diferencia de que a las mujeres se nos explota mucho más, porque, por ejemplo, se nos paga menos por igual trabajo que los hombres. Claro, también analizar que el sistema patriarcal, a través de la cultura machista, ya se ocupó de instaurar en los hombres —también en los hombres del pueblo trabajador— la idea de que todo lo que hagamos las mujeres es de peor calidad y no merece respeto.

En este análisis sobre cómo el sistema da la vuelta las luchas, tenemos que decir que el sistema también usa a los hombres trabajadores, como ejecutores y cómplices, para debilitar a la mitad de la fuerza revolucionaria del proletariado. El patriarcado colonialista, capitalista y neoliberal, a través de hombres machistas, está matando a las mujeres del pueblo trabajador en sus propias casas, son los feminicidios. El sistema patriarcal explotador y racista —a través de los hombres proletarios y trabajadores— está debilitando y torturando a la mitad de la fuerza revolucionaria de Bolivia, que son las mujeres, golpeándolas, violándolas, humillándolas como forma de amedrentar a la mitad del pueblo trabajador.

Nuestros compañeros hombres pueden ser, de boca para afuera, muy revolucionarios y con “conciencia de clase” este 1º de mayo, pero mientras no se discuta políticamente, y con la seriedad que merece, el machismo feminicida del proletariado boliviano; si no se discute políticamente los comportamientos machistas de nuestros compañeros de clase; mientras la COB no incorpore como parte de la formación política la lucha contra el machismo, de la misma manera que luchamos contra el fascismo, estamos más bien siendo contrarrevolucionarios, cómplices del sistema de dominación y opresión.

¿Entonces cuál conciencia de clase? Cada muerte de las mujeres en manos de los hombres del pueblo trabajador es una traición a la clase trabajadora y una complicidad con el sistema explotador, fascista y racista. No nos engañaremos, compañeros.

Julieta Paredes es feminista comunitaria.

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La revolución es del pueblo

/ 2 de abril de 2022 / 23:36

Las prácticas de justicia son conocidas por la impunidad y la manipulación que las y los operadores de justicia —jueces y fiscales—, todos abogados con títulos, realizan desde la fundación de la República. Prácticas de apropiación de tierras, gente, trabajo, bienes que la Madre Tierra dio a los pueblos, son impunes en la historia. También han quedado impunes asesinatos, feminicidios, genocidios, torturas, desapariciones.

El aparato judicial, con algunas excepciones, siempre estuvo subordinado al poder político. Es a partir del proceso de cambios cuando hay un quiebre y un vacío que algunos operadores políticos trataron de llenar, manteniendo las prácticas, pero cambiando de gobierno. La mayoría del pueblo boliviano no estábamos en eso, nos convocamos a la primera Cumbre de Justicia realizada en Sucre, en 2016, que fue la culminación de una etapa de remover y proponer soluciones a esas prácticas mañudas y serviles de la Justicia.

Las conclusiones finales, leídas por el entonces vicepresidente Álvaro García, al culminar la cumbre, no recogían lo que de verdad se había discutido en las mesas, las propuestas revolucionarias planteadas. Era mejor dejar tal cual los documentos de cada mesa para la lectura en plenaria, conservando el espíritu de las reflexiones. Se forzó un único documento que era el maquillaje que el aparato judicial necesitaba.

Desde ningún gobierno se hará revoluciones, los gobiernos del pueblo pueden facilitar los procesos revolucionarios, pero las revoluciones vienen de los pueblos organizados. Por eso, que el Gobierno suspendiera justamente ahora la posibilidad de hacer la segunda Cumbre de Justicia, obedece a un cálculo político, donde el Gobierno juzga que puede ser peligroso para la correlación de fuerzas de la gobernabilidad.

Entonces es el momento de retomar la iniciativa política y la autonomía organizativa popular, nos parece de importancia vital generar los espacios de reflexión y propuestas sobre los caminos de reformas y principalmente de revolución de la Justicia. Por ejemplo, las prácticas de usos de la Ley 348 son de lo más deplorable, jueces y fiscales ignorantes de la norma no se quieren mover de su zona de confort y entender qué tipo de norma es la 348. Un instrumento de lucha contra la impunidad que las mujeres tenemos ante la violencia machista de los hombres, se convierte en espacio de uso para fines de lucro y venganza personal, entre otros.

Muchos abusos y manipulaciones están dando vueltas en los juzgados y no es la reflexión, ni el sesudo juicio los que triunfan en los tribunales, es un vaivén entre la corrupción de la coima y el show mediático, de oportunistas en las calles. Las reales víctimas continúan arrastrando su dolor, como cruz, en cada audiencia.

No es el Gobierno el que facilitará el camino de construir otra justicia —suspendieron la cumbre—, mucho menos harán la revolución de la Justicia. Seremos las organizaciones del pueblo, que debemos reunirnos autónomamente en diferentes espacios para reflexionar, realizar las propuestas y finalmente sacar de sus puestos a quienes están manipulando la Justicia. Nosotras y nosotros los pusimos, nosotras y nosotros los sacaremos, como lo hicimos con los gobiernos neoliberales. Tendrán que rendir cuentas y reparar a la sociedad por el mal que nos están haciendo.

Vamos a construir el thaki, el camino de la Cumbre de Justicia de los Pueblos, es una propuesta del feminismo comunitario de Abya Yala. ¡Jallalla proceso de cambios revolucionarios!

Julieta Paredes es feminista comunitaria.

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¿De quién es la tierra?

/ 3 de octubre de 2021 / 00:11

No es ninguna novedad que el fascismo en Bolivia vuelva a vociferar y medios de comunicación amplifiquen esos ruidos estridentes, que crispan las luchas justas que el pueblo boliviano en jornadas largas e históricas realizó. Con el objetivo de establecer qué, en este territorio de Abya Yala hay dignidad, sueños, capacidad, inteligencia y creatividad.

La nueva asonada fascista evidencia elementos que me parecen importantes de reflexionar. Las mujeres y hombres de ideología fascista —que es ideología dictatorial— son gente que necesita la muchedumbre para actuar. Mujeres y hombres que son lamebotas de sus patrones, que son unos cuantos. Patrones que les dan sobras y limosnas de sus banquetes lujosos a los cuales los y las fascistas no están invitadas e invitados. Esto aclaro para quien no sabe qué quiere decir fascista y cree que es un halago.

Los y las fascistas son los sirvientes de la burguesía colonialista. Los burgueses o aburguesados colonialistas de Bolivia no se ensucian ni las manos ni el zapato, son a los que apoyan los fascistas. La burguesía colonialista en Bolivia se puede vestir de demócratas porque la democracia, cuando no se posiciona y no dice del “gobierno de cuál pueblo” se está hablando, da para cualquier cosa. Los y las burgueses, colonialistas además de demócratas, se pueden vestir de feministas ecologistas, de LGBT. Porque el feminismo, el ecologismo y las llamadas diversidades sexuales también dan para todo y finalmente dan para combinar — como anillo al dedo— con el fascismo boliviano. Así nos explicamos que famosas feministas hayan apoyado y apoyen golpes fascistas y dictaduras.

Las características de un “facho” son: 1) creer ( fe en un cristo, y creen todo lo que les dicen); 2) obedecer (no funciona ni su cerebro, ni su raciocinio, cumplen órdenes); 3) combatir (son los y las que están orgullosos de matar, torturar, abusar). Fascistas, en idioma italiano, puede tener varias traducciones en contexto, puede ser banda, “manojo de gente que combate”, o también podemos decir pandilla de paramilitares waykeadores, patoteros, dedicados a matar a quien piensa distinto a ellos. Son un grupo de gente que actúa en grupo para abusar. Que hay indios e indias fachos, sí, claro que sí, y son indígenas tanto de oriente como de occidente.

Lo que es importante al analizar la coyuntura, son los discursos sobre la tierra, que hoy son apoyados por los burgueses colonialistas y por indígenas. Los discursos de la propiedad privada de la Madre Tierra. Ese es el centro de la discusión. El proceso de cambios desde la Asamblea Constituyente empezó la discusión sobre el latifundio, la propiedad privada de la Madre Tierra y el territorio. Como pueblos originarios de occidente no estamos libres de tener dentro de nuestras concepciones también esta concepción de la propiedad privada de la tierra. La reforma agraria del MNR hizo un excelente trabajo para hacernos olvidar que la tierra es Madre Tierra y que las mujeres no tenían derecho a la tierra. Esa es —a nuestro juicio— la principal discusión para todos los 36 pueblos originarios de Bolivia.

La Madre Tierra no es de nadie, es la madre. Sus hijas e hijos pedimos permiso para vivir bien, en su abrigo y regazo. ¡Jallalla proceso de cambios!

Julieta Paredes es feminista comunitaria.

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