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La bandera argentina, historia que nos une

Como cada 20 de junio, hoy se celebra en Argentina el Día de la Bandera, recordando la figura de su creador, el Gral. Manuel Belgrano. Los orígenes de ese símbolo que flamea a lo ancho y largo de la Argentina, como una parte fundamental de la identidad nacional, se remontan a su pasado como insignia militar. Belgrano, economista, abogado, político y militar, luego de haber participado en la Primera Junta de Gobierno, el 25 de mayo de 1810, fue designado por el Primer Gobierno Patrio para hacerse cargo de los ejércitos en el Litoral y el Alto Perú. En esas campañas fue donde ordenó la creación de una bandera que viniera a aportar unidad al ejército patriota y pudiera diferenciar a los soldados en el campo de batalla.

Así fue como en 1812 diseñó una bandera de color blanco y azul celeste, usada por primera vez en la ciudad de Rosario, donde el ejército tomó juramento a favor de la libertad y la independencia. La historia de aquella bandera vuelve a hermanar a los pueblos de Argentina y Bolivia, ya que es una de las dos Banderas de Macha, nombre que adquirió por haber sido hallada en la capilla de Titirí, al norte de Bolivia, en la ciudad de Macha, donde Belgrano montó su cuartel general tras la batalla de Vilcapugio. Según los relatos fue el cura Juan de Dios Aranívar, amigo de Belgrano, quien escondió las banderas allí tras la retirada del ejército revolucionario para que no cayeran en manos de los realistas. Allí estuvieron durante más de 70 años hasta ser recuperadas por la historia para ambos países.

Indudablemente, las dos banderas flamearon en tiempos de guerra en los que América soñaba con la libertad y hoy ambas son un símbolo de la emancipación americana. Hoy, una de ellas está en el Museo Histórico en Buenos Aires y la otra, en la Casa de la Libertad en Sucre. El 20 de junio, día del fallecimiento de Belgrano, se eligió para conmemorar la actuación pública de él en el proceso que condujo a la independencia del país, y por la creación del símbolo patrio por excelencia, al mismo tiempo que para homenajear a un hombre adelantado a su época y a sus ideas innovadoras, porque además de ser el creador de la bandera, fue uno de los más notables economistas argentinos, precursor del periodismo nacional, impulsor de la educación popular, la industria nacional y la justicia social.

Fue él quien pidió el grado de Teniente Coronel para Juana Azurduy y quien la homenajeó en vida y dio los atributos (uniforme y sable) a la heroína de la Patria; fue él quien donó todos sus ingresos y pagos por las campañas militares para que se construyeran escuelas en Tarija, Salta y Jujuy; fue él quien ante la búsqueda de dotar a las provincias unidas del Río de la Plata de una forma de gobierno, planteó el nombrar en una monarquía parlamentaria al hermano del líder revolucionario Túpac Amaru II, Juan Bautista Túpac Amaru, lo cual demostraba su actitud de integración y respeto a los pueblos originarios; fue Belgrano quien dijo: “Mucho me falta para ser un verdadero Padre de la Patria. Me contentaría con ser un buen hijo de ella”.

Hoy la Patria Grande está nuevamente en proceso de reconstrucción y tiene a nuestros presidentes, Alberto Fernández y Luis Arce como los impulsores de ese sueño sudamericano por el cual Belgrano luchó hace 200 años. Belgrano dio todo sin pedir nada a cambio, siendo de una familia acomodada murió en la absoluta miseria. En la situación de pandemia que vive el mundo, como dijo el Presidente argentino, nuestro patriota “debe ser un faro en esta noche que vivimos”.

Ariel Basteiro es embajador de la República de Argentina en Bolivia.