Mundialización del Año Nuevo Andino, Amazónico y del Chaco

Más o menos 50 años atrás, la primera generación de la revolución nacional de 1952, que se denominó movimiento indianista y katarista, frustrada de las políticas del Estado que solo habían sido promesas y porque había muy pocos cambios, emprendió una serie de planteamientos de carácter político, económico, social y cultural. Sobre este último, se relanza la celebración del año nuevo aymara-quechua: Mara T’aqa, Machaq Mara, Wilka Kuti…
Las primeras celebraciones en el centro arqueológico de Tiwanaku no fueron posibles, producto del colonialismo interno y la imposición del año nuevo occidental como la única valedera. Recuerdo el entusiasmo de Rufino Phaxsi y familia. Aquel amawta del ayllu Waraya, ante la imposibilidad de ingresar al sitio arqueológico, construyó una réplica de la Puerta del Sol en el patio de su casa, para celebrar simbólicamente el ritual del recibimiento al Tata Inti o el Padre Sol el día 21. Algunos años después, recién se pudo ingresar al centro ceremonial de Tiwanaku, que se fue llenando de mucha gente e incluso masificando en cada celebración.
El Willka Kuti no solo es la celebración del año nuevo, sino también el agradecimiento espiritual a la Pachamama y a los apus. En la cosmovisión andina, en la tierra no solo habitan los seres humanos sino también otros seres con los que se comparte. Estos espacios sagrados están identificados como las wak’as. En estos años, publica Germán Choque o Kara Chukiwanka, recientemente finado, el calendario Mara Wata con los 13 meses del año en Los Andes.
En la década de 1990 se fue acrecentando la celebración en la región andina, recuerdo en Ecuador, donde aún se celebraba el San Juan y hoy se denomina Inti Raymi, que varía unos días del día 21. Desde principios del siglo XXI comenzó a celebrarse en otros países europeos, con el entusiasmo de los residentes bolivianos o de la región andina, pero en otros casos con europeos que vivieron en el Abya Yala sur o están convencidos de que hay que impulsar antiguas formas de vida espiritual en el mundo.
En el septuagésimo tercer periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas se aprobó la resolución que reconoce el 21 de junio como el “Día Internacional de la Celebración del Solsticio en sus diferentes manifestaciones”.
Además, alienta a los Estados miembros a que se esfuercen por dar a conocer la celebración del solsticio en sus diferentes manifestaciones, entre otras el Inti Raymi, el We Tripantu, el Willka Kuti y el Yasitata Guasú, y que organicen eventos anuales para celebrarlo, según proceda. También invita a los Estados miembros de las Naciones Unidas, en particular a sus organismos especializados y sobre todo a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), a que participen en los eventos organizados por los Estados miembros, los pueblos indígenas y las comunidades donde se celebra el solsticio y creen conciencia al respecto. Lamentablemente, esta resolución aprobada por la Asamblea General de la ONU, el 20 de junio de 2019, por la propuesta boliviana y apoyada por otros países, no fue difundida ni en la actualidad.
Otro hecho llamativo en la reciente celebración es el saludo de Karl Mercer, diplomático de la sección consular de Estados Unidos en Bolivia, quien en un aymara muy aceptable hizo su saludo por el Willka Kuti. Varios medios de comunicación copiaron la mala traducción del mensaje, sin cotejar lo que dice Mercer. Frases como “Que el señor Sol fortalezca a la humanidad con toda su energía para vencer a los males, para que el sufrimiento con la enfermedad (pandemia) termine”. Karl no hace ninguna referencia a la pandemia… ¿Cuánto de flojera, de ignorancia existe en la prensa que cree en serio en sus fuentes?
¡Jallalla 5529mara t’aqa. Sumaki irnaqapxañani. Wipha,wipha!
Esteban Ticona Alejo es aymara boliviano, sociólogo y antropólogo.