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LOP: cuenta regresiva

Las organizaciones políticas del país, todas ellas, tienen poco menos de seis meses para hacer algo sustantivo que no hicieron durante toda su existencia legal (algunas desde los 80 del siglo pasado): asumir, con carácter obligatorio, procedimientos democráticos y paritarios en su estructura y para el ejercicio de su vida orgánica. Es el mandato, con plazo, establecido en la disposición transitoria tercera de la Ley de Organizaciones Políticas (LOP). Parece difícil de cumplir.

En rigor, el reto es más complejo: adecuarse a las disposiciones de la LOP. Para los partidos y las agrupaciones ciudadanas ello implica, como mínimo, modificar sus estatutos orgánicos, incluido el establecimiento de un régimen de despatriarcalización; ajustar sus declaraciones de principios, empezando por el reconocimiento de la plurinacionalidad del Estado y la interculturalidad de la democracia; y adoptar un conjunto de mecanismos para su democratización interna.

Actualmente existen en Bolivia 10 partidos de “alcance nacional” y más de una centena de agrupaciones ciudadanas departamentales y locales con personería jurídica vigente. Semejante número podría dar cuenta de un sistema de representación política robusto, plural y diverso, pero es solo un espejismo. La mayoría de tales organizaciones habitan como sigla en el papel y se activan, si acaso, para “competir” en elecciones. Otras son nominales o francamente residuales.

¿Cuántas de estas organizaciones políticas están en condiciones de acudir a sus instancias orgánicas de decisión para modificar sus documentos constitutivos? Si el proceso supera la formalidad, con supervisión estricta del Órgano Electoral Plurinacional, es probable que en enero próximo el paisaje de la representación política sea diferente. Igual de incierto, ya, pero menos ficticio. Y claro que no basta cambiar o adecuar las normas internas: es fundamental garantizar su ejercicio.

Para los partidos y agrupaciones que cumplan el mandato de adecuación, el siguiente desafío es una suerte de “prueba de vida”: hasta marzo de 2022 (un año después de las elecciones subnacionales) deben actualizar el registro de su militancia conforme a las cantidades mínimas establecidas en la LOP. Está claro lo que eso significa para casi todos los partidos políticos (en el extremo, pensemos en ADN, PDC, FRI). Sincerar (no) militantes puede conducir a la cancelación.

¿Cuántas organizaciones políticas con democracia interna, en un horizonte intercultural, paritario y, en su caso, de libre determinación, hay en Bolivia? ¿Existen? ¿Son posibles más allá de la norma? Que venga la cuenta progresiva.

FadoCraciamonterrosiana

1. Con sus siete palabras, se lo asumecelebra como el cuento más breve del mundo: “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”. 2. Tras su publicación el año 1959, en Obras completas (y otros cuentos), los críticos sentenciaron: “no señor, eso no es un cuento”. Entonces Augusto Monterroso, grande como era, concedió: “Bueno, no es un cuento: es una novela”.3. Creo que más bien —o también— es un ensayo. O mejor: una travesía. 4. Lo cierto es que El dinosaurio del escritor guatemalteco se ha multiplicado en innumerables estudios literarios, antologías, ediciones anotadas, variaciones. Hasta fue confundido con un cocodrilo (Fuentes) y con un unicornio (Vargas Llosa). Los sueños/ pesadilla dan para todo. 5. Pero la interrogante esencial permanece: ¿qué es/qué representa el famoso dinosaurio? Abundan interpretaciones. 6. Hoy en democracia —siglo veintiuno, cachivache— cabe asociarlo, como plaga, al ruido de sables, los altos mandos, las “sugerencias” en traje de campaña, las masacres. 7. Basta abrir un diario local: Cuando despertamos, los milicos todavía estaban allí.

José Luis Exeni Rodríguez es politólogo.