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Animales de zoo y vacunas experimentales

El Zoológico de Oakland Zoo en California empezó con osos, pumas, tigres y hurones, los primeros de unos 100 animales que se espera recibirán una vacuna experimental contra el COVID-19. Zoetis, una compañía de farmacología veterinaria, está donando 11.000 dosis a unos 70 zoológicos y santuarios, universidades y otros centros de conservación en 27 estados de Estados Unidos. La vacuna es de uso exclusivo para animales, tiene un proceso de aprobación diferente al de las vacunas para personas y no puede aplicarse para proteger a los humanos. Felinos de gran tamaño y otros animales vulnerables como los gorilas se han infectado en zoológicos de Estados Unidos y otras partes.

Zoetis, con sede en Nueva Jersey, también les ha proporcionado la misma vacuna experimental a granjas de peletería en Oregón luego de que en la primavera el estado dispusiera que todos los visones en granjas debían ser vacunados. La donación de la vacuna es el último avance en la reacción accidentada que se ha presentado ante los animales infectados por el virus.

Desde el inicio de la pandemia, los dueños de mascotas, encargados de zoológicos, granjeros de peletería y científicos han tenido sus propias preocupaciones diferenciadas sobre el contagio en animales. A los dueños de mascotas les ha preocupado la salud de sus queridos perros o gatos, mientras que los investigadores y funcionarios de salud pública han advertido que algunas especies animales, ya sean domésticos o salvajes, podrían convertirse en un reservorio donde el virus puede vivir y mutar aunque el mundo intente erradicarlo en las personas.

Los contagios en granjas de peletería danesas hicieron que Dinamarca sacrificara toda su población de visones, unos 17 millones de especímenes. Rusia aprobó una vacuna para visones y otros animales, y al parecer ha comenzado a vacunar perros y gatos.

El USDA no ha considerado ninguna vacuna para perros o gatos, y de manera insistente los veterinarios han dicho que no hay evidencia de que las mascotas transmitan el virus a los humanos. Sin embargo, el virus sí se transmitió de visones criados en granjas a humanos.

No obstante, los científicos han seguido encontrando que los dueños sí pueden contagiar a sus mascotas perros o gatos. Estos últimos son más susceptibles y, aunque la mayoría presenta síntomas leves, varios estudios han informado de gatos con síntomas graves. Un gato en Reino Unido tuvo que ser sacrificado.

Dorothee Bienzle, veterinaria e inmunóloga en la Universidad de Guelph, en Ontario, Canadá, quien hace poco terminó un estudio de perros y gatos que viven en hogares con humanos infectados de COVID, encontró varios casos de gatos con sintomatología grave. Pero dijo que para atribuir con certeza los síntomas al coronavirus, habría que excluir todas las demás enfermedades.

En la reciente reunión en línea del Congreso Europeo de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas, Bienzle presentó los resultados preliminares de la investigación que ella y sus colegas habían realizado. Los primeros gatos y perros que estudiaron fueron los que vivían en hogares en los que algún humano había dado positivo por el coronavirus.

Como era de esperar, encontraron que más gatos que perros dieron positivo: 67% contra un 43%. Además, respecto a los gatos, el tiempo que pasaban con los dueños, sobre todo si dormían en la misma cama, aumentaba sus probabilidades de contagio, lo cual no fue cierto en el caso de los perros.

A continuación, los investigadores analizaron a gatos admitidos en refugios y gatos que habían llevado a clínicas de bajo costo para esterilización. Estos gatos, de los que no se tenía información de que hubieran convivido con humanos infectados, tenían una incidencia de infección notablemente menor, un 9% para los gatos de los refugios y solo un 3% para los que se habían llevado a las clínicas.

Bienzle dijo que los consejos para los dueños de mascotas han sido los mismos durante toda la pandemia. Si tienes COVID, debes aislarte de tus mascotas como lo harías de un humano. Ni Estados Unidos ni Canadá apoyan la vacunación de las mascotas. Bienzle dijo que la transmisión humana a los animales podría evitarse con una sana distancia y mascarillas.

Los investigadores de los santuarios y quienes trabajan con especies vulnerables como los murciélagos han adoptado medidas más estrictas para proteger a los animales del contagio.

Para los zoológicos, la pregunta no es si vacunar, sino cómo tratar al paciente si éste es un tigre. El zoológico de Oakland entrena a sus animales dándoles recompensas para que se presenten de manera voluntaria a ser inyectados. Es más o menos la misma idea que la de recibir una paleta después de una inyección, aunque los animales parecen más dispuestos a ir de modo voluntario que los humanos.

James Gorman es columnista de The New York Times.