El libreto del drama y los ecos
Hoy los ruidos mediáticos sustituyen las notas del pentagrama ideológico que deberían escribir los titulares que aspiran a ser actor político y no solo jugador electoral de las previas.
Asistimos a la temporalidad fáctica desde el fin del siglo pasado y la apertura de este nuevo siglo donde los medios privados de comunicación que tienen el monopolio de la palabra y la información agendan temas políticos en función de su interés.
Programan e imponen el libreto, el drama y tienen para divulgar a los cuatro vientos a un selecto elenco integrado por analistas, articulistas, parlamentarios sin brillo y dirigentes políticos que tienen imagen, dinero o una sigla electoral —sin militancia—. Todos ellos con la habilidad para hablar, tuitear, a veces para insultar, se van desenvolviendo en el teatro mediático y de las redes sociales, pues su público alimenta su ego, sus emociones, se sienten en el olimpo de la mitología de la vieja República confesional, colonial y liberal.
Los que inspiran el libreto son personas e instituciones externas a los medios, sin embargo, el drama y la trama se tejen en los medios; esta combinación de fuente, libreto y drama construida mediáticamente se constituye en la verdad irrefutable.
El fraude monumental desapareció en las portadas y titulares de prensa, ahora es solo una noticia más sin ningún tipo de relevancia, se ha limitado a ser una frase —y quizás, forzosamente— eslogan imprescindible en el discurso público y mediático de los políticos, pero más por costumbre que por relevancia y convicción.
El debate central que los medios han posicionado los últimos meses está concentrado en la sucesión constitucional versus golpe de Estado.
Es importante anotar este hecho que no es menor, es decir, abandonaron la retórica del fraude porque saben que no tiene ningún tipo de sustento técnico: es solo frase política y mediática, por lo tanto, no es sostenible en el tiempo, necesitan construir una narrativa que impugne la tesis irrebatible del golpe de Estado. Los ejes por donde circula esta narrativa que no es nueva, y que en los últimos meses pretenden darle mayor relevancia es: “La dimisión de Evo se decidió horas antes que militares y policías pidan su renuncia”, y lo segundo es que: “Jeanine asumió la presidencia frente al vacío de poder y que la Iglesia Católica, cívicos y políticos solo facilitaron en la UCB la sucesión constitucional”.
Veamos lo primero, utilizaron deliberadamente y sin éxito frases sueltas del relato que hizo Evo en el libro escrito durante el exilio, Volveremos y seremos millones, para justificar que la renuncia ya fue decidida incluso el 9 de noviembre (2019); como no tuvo repercusión esta historia inventada, decidieron poner en escena de primer orden la declaración ante la Fiscalía del general Terceros, excomandante de la Fuerza Aérea. La nota de prensa empieza presentándolo como el general que salvó la vida del Presidente y el Vicepresidente porque ordenó que los trasladen al aeropuerto de Chimoré en el avión presidencial y de allí puedan salir al exilio en un avión mexicano. Acto seguido, el relato del general nos describe el escenario entre las 12.00 y 16.00 del domingo 10 de noviembre de 2019: “El Gral. Kaliman les informó que el Presidente presentará su renuncia en tres horas, por lo que instruyó que se elabore un comunicado de las FFAA pidiendo la renuncia de la principal autoridad electa del país”. Esta afirmación y línea de tiempo descrita por el militar es vital y fue amplificada en varias notas periodísticas con la finalidad de posicionar la idea de que la renuncia no fue forzada; por el contrario, fue decidida con anterioridad y como consecuencia de ello Evo tuvo que huir del país. La idea central construida es renuncia voluntaria y huida versus la verdad histórica: Renuncia del Presidente por los niveles de violencia, de insubordinación de las FFAA y de la Policía, y salida al exilio con ayuda del gobierno de López Obrador.
La segunda es la sucesión, para ello utilizan la memoria-informe de la CEB, que ha descrito una cronología centrada en 14 días, no obstante, lo central son tres: 10, 11 y 12 de noviembre. En estas tres jornadas nos relatan la reunión, quienes participaron —ante el aparente vacío de poder— decidieron que Jeanine sea presidenta y cómo implementaron sus acuerdos, todo con el objetivo y desde el punto de vista celestial de (¿) pacificar el país (?).
En el libreto elaborado la retórica es posicionar los escenarios de la renuncia voluntaria y sucesión, son los ruidos mediáticos que tararean sin un ritmo ideológico, inconsistente el selecto elenco de artistas temporales de la palabra mal repetida.
César Navarro Miranda es exministro, escritor con el corazón y la cabeza en la izquierda.