La tan esperada devolución de aportes
Hace cerca de un año se anunció, dentro de las promesas de campaña, una posible devolución de los aportes efectuados a las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP). Esta iniciativa busca que los asegurados que están desempleados puedan acceder de manera parcial o total a la devolución de sus aportes para así cubrir sus necesidades resultantes de la pandemia. En este artículo comparto mis impresiones al proyecto de Ley 078.
La posibilidad de retirar voluntariamente una parte de los aportes a la jubilación debe ser comprendida por la población como una decisión ante todo intertemporal y no de carácter coyuntural, motivada por la falta transitoria de ingresos.
Si a usted le propusieran entregarle Bs 1 el día hoy o recibir el doble dentro de 20 años, ¿qué elección realizaría? El sentido común probablemente le incline a tomarlos hoy, finalmente el mundo es incierto y uno no sabe lo que puede pasar mañana. Desde el análisis económico la respuesta es un poco más compleja, pues tiene que confrontarse el hecho de que el valor del dinero cambia en el tiempo y el carácter subjetivo que le otorgan los individuos al consumo a la hora de valorarlo en el tiempo. Por un lado, recibir el dinero hoy vale más porque el dinero tiene un costo de oportunidad. Por otro lado, los consumidores podrían valorar más el consumo actual que el futuro, lo que reflejaría un cierto grado de impaciencia, pero también es posible que haya consumidores pacientes que no gasten toda su renta para ahorrarla y consumirla en periodos futuros.
Lo más probable es que los trabajadores más jóvenes sean los primeros en retirar sus aportes dado que la tasa de impaciencia es mayor que la de los adultos cercanos a la edad de jubilación; sin embargo, los jóvenes deben tener menores saldos acumulados, lo cual generaría una especie de compensación en términos financieros.
Ahora bien, las familias tienen derecho a reactivar su economía a partir del uso de estos recursos, empero, se debe tomar en cuenta que, a pesar de que cada afiliado es propietario de sus fondos, éstos tienen como finalidad esencial otorgar una pensión de jubilación. La posibilidad de retirar tempranamente una parte de sus ahorros podría comprometer el cálculo final del monto de su jubilación. Para no caer en la miopía del consumidor impaciente, es imprescindible que quienes retiren esos recursos hagan un uso óptimo y sean conscientes de que deberán reponerlos en el futuro o en su defecto volver a cotizar pronto.
Según los datos del Gobierno, esta medida inyectará a la economía cerca de Bs 4.000 millones, que representa aproximadamente 1,4% del PIB y 4,3% del fondo global, y podrá alcanzar hasta el 60% de asegurados, de los cuales solo el 4% tiene cuentas mayores a Bs 100.000, lo que quiere decir que las devoluciones estarán bien focalizadas, al concentrarse en la población de menores aportes.
La norma no implica una descapitalización del fondo como confusamente se ha interpretado. Imagine que usted habría trabajado los últimos 10 años recibiendo un sueldo fijo de Bs 7.000 (omitiendo los incrementos salariales). Tendría en su cuenta individual un monto acumulado de Bs 84.000 más la rentabilidad que le paga la AFP, que para dicho periodo estuvo en 4% promedio, así el monto acumulado en su cuenta ascendería a Bs 103.104. Según el proyecto de ley, usted podría solicitar hasta Bs 15.000. Este somero cálculo muestra que la norma devolverá los intereses mas no el capital. La devolución total para saldos menores a Bs 10.000 podría estar motivada también por una estrategia de optimización de costos administrativos al finiquitar las cuentas menores.
Tampoco se debilita al sistema financiero porque la principal fuente de financiamiento serán recursos frescos y disponibles que no están en la banca. Pero, dado que las inversiones de las AFP son una fuente de recursos de los bancos, se podría pensar en exonerar el encaje legal de las operaciones financieras con las AFP considerando el horizonte de plazos en el que operan; ello ayudaría a aumentar la liquidez del sistema financiero.
Finalmente, si bien el financiamiento para devoluciones no compromete la actual rentabilidad del fondo, tampoco la mejora. Considerando los bajos rendimientos de los últimos años y las menores disponibilidades a corto plazo para inversiones más rentables, se debiera flexibilizar los criterios y límites a las inversiones nacionales e incentivar el diseño de instrumentos financieros alternativos en el sector público y privado que compiten por esos fondos.
Omar Velasco Portillo es economista.