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Friday 29 Mar 2024 | Actualizado a 05:30 AM

Vamos a salir adelante

/ 21 de agosto de 2021 / 02:40

En los últimos años, Bolivia alcanzó niveles históricos de crecimiento económico al cuadruplicar su Producto Interno Bruto (PIB) por la aplicación del Modelo Económico Social Comunitario Productivo (MESCP), logrando el liderazgo de la región sudamericana, aspecto que posibilitó la generación de estabilidad económica y mejoramiento en el nivel de vida de la población boliviana, ostentando una economía que iba creciendo más que el resto de América Latina.

Sin embargo, tras los conflictos sociales y políticos de octubre y noviembre de 2019, que desencadenaron en la disrupción del orden constitucional y la toma de mando del gobierno de facto, se inició en el país un periodo de incertidumbre con terribles impactos en la economía del país, deteriorando la calidad de vida de los bolivianos, sumado a este complejo escenario el arribo del COVID-19.

Desde noviembre de 2019, el gobierno de facto marcó la interrupción abrupta del MESCP, mediante determinaciones de políticas neoliberales y en contra de los logros alcanzados por el modelo, paralizando principalmente la inversión pública y las operaciones de las empresas públicas, entre otras medidas que impactaron negativamente en la economía del país.

En consecuencia, en la gestión 2020 la economía boliviana mostró su más grande contracción, alcanzando una tasa negativa de 8,2% hasta noviembre según cifras del Índice Global de Actividad Económica (IGAE), con una fuerte caída de la demanda interna, lo cual incidió en la disminución del consumo de hogares, reducción de la inversión pública y el retroceso de las actividades económicas, adicionando la pésima administración pública y medidas improvisadas.

Por otra parte, y con la asunción de un gobierno elegido democráticamente, comandado por el presidente Luis Arce Catacora desde noviembre de 2020, el Gobierno se enfocó en la implementación de medidas para la reactivación y reconstrucción de la economía boliviana, con pilares basados en el restablecimiento del MESCP y la lucha contra el COVID-19.

En este contexto, entre enero y abril de 2021, la economía boliviana logró un crecimiento estimado del 5,3% con una importante dinámica de la minería, construcción, hidrocarburos, industria manufacturera y comercio, entre los principales rubros, según datos estimados del IGAE; no obstante, durante el mismo periodo de 2020 dicho indicador mostraba una variación acumulada negativa de -7,5%.

Actualmente, se registra una recuperación de los indicadores de comercio exterior, donde las exportaciones, en promedio, llegaron a $us 3.096 millones, con un crecimiento de 34%, mientras que las importaciones alcanzaron a $us 2.643 millones, con un ascenso de 15,8%, según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), logrando una balanza comercial positiva; asimismo, el índice de desempleo bajó 4 puntos porcentuales, de 11,6% registrado en julio de 2020 a 7,6% en abril de 2021.

Con relación a la lucha contra el COVID-19 y de acuerdo con el plan estratégico, el Gobierno asignó recursos adicionales por Bs 1.709,7 millones para la compra de insumos, equipamiento y personal médico, a cuyo efecto se tiene ocho millones de vacunas garantizadas, ampliando el rango de edad de vacunación desde los 18 años.

En el marco del Programa Fiscal Financiero 2021, suscrito por el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas y el Banco Central de Bolivia, se proyecta un crecimiento de la economía de 4,4% para la presente gestión, estimación que es ratificada por organismos internacionales como el Banco Mundial, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, y el Fondo Monetario Internacional, que proyectaron un crecimiento para Bolivia de 4,7%, 5,1% y 5,5%, respectivamente, ubicando a Bolivia entre los 10 países que más van a crecer en América Latina.

Finalmente, con la aplicación del MESCP y la soberanía de las políticas económicas y financieras, queda demostrado que Bolivia está retornando a la senda del crecimiento económico, a través del fortalecimiento de la industrialización, sustitución de importaciones, promoción de la actividad económica y la redistribución de los ingresos en favor de la población más vulnerable, garantizando a los bolivianos que vamos a salir adelante.

Fernando Chuquimia es especialista financiero.

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Bonos bolivianos en Wall Street

Fernando Chuquimia

/ 23 de marzo de 2024 / 08:12

Wall Street (WS) es una de las calles más famosas de los últimos siglos, está ubicada en Manhattan de la ciudad de Nueva York de los Estados Unidos. En WS se encuentran entidades financieras, firmas de inversión, aseguradoras y un conjunto de empresas internacionales, donde resalta la Bolsa de Valores de Nueva York, que es una de las más importantes del mundo, en términos de volumen de transacciones en el mercado financiero global.

En WS, las instituciones financieras ofrecen distintos servicios, como la gestión de carteras de inversión, emisión y negociación de bonos, entre otros instrumentos de financiamiento. Su funcionamiento está regulado por entidades como la Comisión de Bolsa y Valores de los EEUU. En sí, el mercado financiero de WS está impulsado por la oferta y la demanda de títulos valores, así como las expectativas de los inversionistas respecto al desempeño futuro de las empresas y las economías de los países, entre otros factores.

Actualmente, es noticia mundial que están repuntando los rendimientos de los bonos de deuda soberana de Bolivia, razón por la cual los párrafos precedentes son necesarios para una mejor comprensión del lector. En gestiones pasadas, nuestro país efectuó distintas emisiones de bonos soberanos que están vigentes. Es así que los $us 1.000 millones en bonos de Bolivia con vencimiento en 2028, aumentaron 12 centavos, a 59 centavos por dólar este año, mientras que los $us 850 millones en instrumentos financieros al 2030, subieron 5 centavos, a 61 centavos por dólar.

Pero, a qué se debe el ascenso de los rendimientos de los bonos. Esto se debe principalmente al acuerdo económico, productivo y empresarial entre el Gobierno y el empresariado boliviano, que tiene el objetivo de normalizar el escenario transitorio de escasez de dólares, además de abrir el diálogo y escenarios de concertación para que se generen expectativas positivas que permitan mayor producción e ingreso en beneficio de la población.

Asimismo, dicho incremento también se explica por el crecimiento económico en la gestión pasada; la reducción de la pobreza moderada mediante la redistribución de los ingresos en beneficio de la población más vulnerable; la estabilidad de precios; la solidez en el sistema financiero, que es uno de los pilares fundamentales en el funcionamiento de la economía; la administración responsable de la deuda pública externa; y la reducción del desempleo. La posible emisión de bonos de entre $us 500 millones y $us 1.000 millones, ligados a la generación de energía limpia y cambio de la matriz energética, también son factores preponderantes.

No obstante, es necesario recordar que en 2023 los bonos sufrieron un declive en su cotización debido a los conflictos internos en el país, cuando la población vivió un sabotaje a la economía por parte de la Asamblea Legislativa, que frenó la aprobación de leyes, bloqueando el acceso a financiamiento externo. Adicionalmente, se presentaron fenómenos naturales como sequías e incendios forestales, que también tuvieron efectos en el desempeño económico.

En este sentido, el repunte de los rendimientos de los bonos en la actualidad se debe a que el Gobierno liderado por el presidente Luis Arce viene ejecutando políticas sociales y económicas con base en el Modelo Económico Social Comunitario Productivo, permitiendo resultados positivos para el país. Finalmente, mantener la estabilidad promoviendo el crecimiento económico y el proceso de industrialización con sustitución de importaciones son factores determinantes para el buen desempeño de los bonos bolivianos en Wall Street.  

Fernando Chuquimia es especialista financiero.

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Aceptar lo inaceptable

Bolivia ha mantenido la estabilidad de precios con crecimiento económico

Fernando Chuquimia

/ 30 de enero de 2024 / 07:30

Muchos escritores y pensadores, tanto antiguos como modernos, nos llevan a entrenar y poner en práctica la aceptación, es decir, que admitamos lo que nos ocurre, que no nos resistamos a la realidad, es decir, que dejemos que las cosas fluyan. Tal es el caso de una teoría tan compleja como sencilla; una idea profunda que en ocasiones es entendida de forma superficial, ocasionando restricción en su esencia, por hacerla más asequible. Sin embargo, el pensamiento es exigente, y la aceptación es una de las prácticas sapienciales más productivas.

En 2023, a nivel internacional, el conflicto constante en Ucrania y Palestina ha seguido generando repercusiones negativas en materia económica; asimismo, las turbulencias en el sistema bancario de los Estados Unidos tensionaron el sistema financiero mundial, así como el aumento histórico de tasas de interés restringieron las condiciones de financiamiento. Estos aspectos ocasionaron desaceleración global y las tensiones geopolíticas ralentizaron los volúmenes de comercio exterior.

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A nivel interno, la población boliviana vivió un sabotaje a la economía por parte de la Asamblea Legislativa Plurinacional, que frenó la aprobación de leyes, bloqueando el acceso a financiamiento externo. En este sentido, bloquear el canal al financiamiento de recursos para la inversión pública reduce la producción y los ingresos del país. Adicionalmente, se presentaron fenómenos naturales como sequías e incendios forestales, que también tuvieron sus efectos sobre el desempeño económico nacional.

No obstante, a pesar del contexto externo e interno desfavorable, Bolivia ha mantenido la estabilidad de precios con crecimiento económico. ¿Cómo lo hizo?, pues lo logró mediante la aplicación del Modelo Económico Social Comunitario Productivo (MESCP), así como la ejecución de políticas sociales y económicas implementadas por el gobierno nacional, y gracias al trabajo y esfuerzo del pueblo boliviano.

El Producto Interno Bruto, al tercer trimestre de 2023, creció en 2,3%, donde el mercado interno incidió para ese crecimiento en 6,6%. Otros servicios presentaron un aumento de 9,5%; electricidad, gas y agua 5,8%; establecimientos financieros 4,0%; construcción 3,4%, entre los principales rubros. Con este nivel de crecimiento registrado, Bolivia se mantiene entre la tercera economía con mejor desempeño a nivel de la región.

Con relación a la inflación, el gobierno nacional garantizó la estabilidad de precios, manteniendo el poder adquisitivo de las familias bolivianas, logrando una tasa de inflación de 2,12% al cierre del 2023. Este indicador fue resultado de las siguientes medidas: subvenciones a los combustibles y alimentos; vacunación en granjas de aves mitigando el brote de la gripe aviar; ejecución del plan de corto plazo para combatir la sequía; operativos de control en puntos fronterizos para frenar la salida ilegal de producción ilegal; realización de ferias denominadas “del campo a la olla”; y comercialización de productos a precio justo, frente a escenarios de agio y especulación.

Otro de los indicadores fue la reducción de la pobreza moderada, que disminuyó de 39% en 2020 a 36,4% en 2023, con una disminución de 2,6 puntos porcentuales. Respecto al mercado laboral boliviano, el mismo se recuperó postpandemia, destacando a nivel regional con una baja tasa de desempleo, con 3,6% al tercer trimestre de la gestión pasada.

Para la presente gestión y en aplicación del MESCP, se prevé crecimiento económico con una inflación baja y controlada; se profundizará el proceso de industrialización con sustitución de importaciones; se dará continuidad a las políticas de redistribución de excedentes, que coadyuvarán al incremento del ingreso, reduciendo la pobreza, el desempleo y la desigualdad económica. Finalmente, el lector está invitado a poner en práctica la aceptación, admitiendo y comparando sobre lo que está ocurriendo en la realidad socioeconómica internacional respecto a nuestro país.

(*) Fernando Chuquimia es especialista financiero

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Presupuesto para el pueblo

La inversión pública registra $us 4.274 millones, de los cuales se destinarán $us 2.375 millones al sector productivo

Fernando Chuquimia

/ 12 de diciembre de 2023 / 09:50

La Constitución Política del Estado (CPE) establece que la administración económica y financiera del Estado y de todas las entidades públicas se rige por su presupuesto; asimismo, la CPE señala que el Órgano Ejecutivo presentará a la Asamblea Legislativa Plurinacional, al menos dos meses antes de la finalización de cada año fiscal, el proyecto de ley del presupuesto para la siguiente gestión anual.

En este contexto, el Presupuesto General del Estado (PGE) se constituye en el instrumento más importante de la política fiscal para el desarrollo de la economía boliviana, priorizando la asignación de recursos a inversión pública, seguridad alimentaria y energética, políticas sociales, así como la subvención a los hidrocarburos, alimentos, servicios básicos, entre otros programas de interés social y de necesidad poblacional.

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El proyecto de PGE 2024 tiene entre sus objetivos asegurar la estabilidad macroeconómica y la sostenibilidad de las finanzas públicas; profundizar la industrialización con sustitución de importaciones que permita robustecer la soberanía productiva; fortalecer el aparato productivo e industrial, impulsando la productividad y el mayor rendimiento; consolidar la política de acceso universal y gratuito a la salud y educación; y continuar con la implementación de políticas sociales, buscando la equidad en la redistribución de recursos para disminuir la pobreza y la desigualdad.

El PGE refleja el impacto de la intervención del Estado en la economía, asumiendo con responsabilidad el papel protagónico para la implementación y aplicación del Modelo Económico Social Comunitario Productivo, convirtiendo al sector estatal en planificador, empresario, inversionista, regulador, benefactor, promotor y banquero del país. El proyecto de PGE 2024 prevé una tasa de crecimiento del PIB de 3,71%, una tasa de inflación del 3,60%, una inversión pública de $us 4.274 millones, un resultado fiscal de -7,80% y estabilidad en el tipo de cambio.

En la siguiente gestión, la economía seguirá expandiéndose con estabilidad de precios, mejora en los mercados laborales, incremento de las recaudaciones tributarias y la consolidación de las bases para una Bolivia industrializada, razón por la cual, el presupuesto agregado de 2024 presenta un crecimiento del 7,3% respecto a 2023, de Bs 317.129 millones a Bs 340.318 millones, y un presupuesto consolidado que aumenta en 8,9%, de Bs 243.950 millones a Bs 265.558 millones.

La inversión pública registra $us 4.274 millones, de los cuales se destinarán $us 2.375 millones al sector productivo, para proyectos del sector agropecuario, industrial, hidrocarburos, turismo, minería y energía; $us 962 millones para el sector social, destinados a proyectos de educación, cultura, salud, seguridad social, deportes, saneamiento básico, urbanismo y vivienda; $us 690 millones para el sector infraestructura, para proyectos en comunicaciones, recursos hídricos y transportes; y $us 248  millones para el multisectorial.

Se garantizan los recursos económicos para dar continuidad a las políticas sociales como el pago de los bonos Juancito Pinto y Juana Azurduy, la Renta Dignidad, además de la ayuda económica para las personas con discapacidad grave y muy grave. Asimismo, en el marco de la CPE, se priorizarán los recursos para educación y salud, destinando Bs 28.760 millones y Bs 26.866 millones, que representan el 10,8% y el 10,1%, del PGE consolidado, respectivamente.

Finalmente, el proyecto permitirá continuar en la senda del crecimiento económico sostenido, con una inflación baja y controlada; y se dará continuidad al proceso de industrialización con sustitución de importaciones, así como las políticas económicas y sociales con redistribución de excedentes, que coadyuvarán al incremento del ingreso, la reducción de la pobreza extrema, la disminución del desempleo y de la desigualdad económica. 

(*) Fernando Chuquimia es especialista financiero

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Tres años de gestión de Arce

La política de Industrialización con Sustitución de Importaciones permitirá tener una economía diversificada

Fernando Chuquimia

/ 8 de noviembre de 2023 / 09:37

Este 8 de noviembre se cumple el tercer año de gestión del presidente Luis Arce, quien fue elegido democráticamente con el respaldo mayoritario del pueblo boliviano, con un histórico triunfo que superó el 55% de la votación, recuperando de esa manera el orden constitucional, tras su ruptura y la toma de mando del gobierno de facto.

A tres años de la posesión presidencial, es importante un balance de lo que hizo el gobierno de Arce, así como la proyección para los próximos dos años, rumbo al Bicentenario en 2025. En este sentido, con el objeto de que dicho balance sea serio y objetivo, inicialmente expondré las condiciones económicas y sociales en las cuales se encontró al país.

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Durante el gobierno de facto, Bolivia inició un periodo de incertidumbre con terribles impactos negativos en su economía y en la calidad de vida de la población, sumado a este escenario el arribo del COVID-19 y la pésima administración pública, llevando a la economía a una profunda crisis con un acentuado decrecimiento de -8,7%, que significó una pérdida de más de $us 4.000 millones; el déficit fiscal alcanzó 12,2%, traducido en un pronunciado descenso de ingresos y retroceso de gastos de capital, desplomando la ejecución de inversión pública a 52,7%, de $us 3.769 millones (2019) a $us 1.784 millones (2020), y una tasa de desempleo que se incrementó a 11,6%.

Al ver un país con indicadores económicos críticos, los cuales se tenían en tiempos neoliberales, indudablemente el gobierno de Arce implementó medidas económicas y sociales para la reconstrucción y la reactivación de la economía, con pilares basados en el restablecimiento del Modelo Económico Social Comunitario Productivo (MESCP), sin descuidar la salud de la población, mediante la ejecución del plan estratégico de lucha contra el COVID-19.

Producto de las acertadas políticas y la administración responsable con soberanía de las finanzas públicas, el país logró el crecimiento económico en 2021, superando el 6%; en 2022, alcanzó el 3,5%. Al segundo trimestre de 2023, y pese al contexto internacional adverso con desaceleración económica mundial, Bolivia se mantiene en la senda del crecimiento, registrando un incremento del 2,21%, aspecto que permite situar al país entre las primeras economías con mayor expansión económica a nivel de Sudamérica.

Asimismo, ante el aumento de precios a nivel mundial, Bolivia ha mantenido una inflación baja y controlada. En 2021, esta variable fue inferior al 1%; en 2022, se cerró con 3,1%. A septiembre de 2023, la inflación se sitúa en 1,5%, uno de los indicadores más bajos de la región y del mundo, gracias a las medidas implementadas por el Gobierno para preservar la estabilidad de precios y cuidar la economía familiar. Se destaca el descenso de la tasa de desempleo y la pobreza extrema, así como el cierre progresivo de brechas de desigualdad.

Por otra parte, el horizonte hacia el Bicentenario es la Industrialización con Sustitución de Importaciones (ISI), que es la segunda fase del MESCP, donde se está consolidando las bases para una Bolivia industrializada, mediante el aprovechamiento de todas sus potencialidades y fortalezas productivas, con más de 130 plantas en el país y una importante inversión, a fin de crear una economía de base ancha en diversos rubros orientados a dinamizar y beneficiar a la población.

En este marco se tienen importantes resultados traducidos en la producción de urea, industrialización del litio, construcción de plantas de biodiésel y HVO para obtener diésel ecológico, además de la nueva planta de zinc y la culminación de la planta del Mutún, entre otras. La política de ISI permitirá tener un país con una economía diversificada, industria con valor agregado, generando ingresos y empleo para los bolivianos, disminuyendo la dependencia de insumos y productos importados.   

Finalmente, estos tres años de gestión del presidente Arce han permitido devolver a la población la esperanza y la estabilidad, por cuanto Bolivia está retornando a la senda del crecimiento económico sostenido, con una inflación baja y controlada. La continuidad del MESCP prioriza la demanda interna y garantiza la distribución de recursos para reducir la pobreza y la desigualdad, por cuanto la administración de la economía es efectuada de manera soberana.

(*) Fernando Chuquimia es especialista financiero

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Sembrador de esperanza

Un 8 de noviembre de 2020, el presidente Arce fue elegido democráticamente con el respaldo mayoritario del pueblo boliviano

Fernando Chuquimia

/ 27 de septiembre de 2023 / 07:44

Tradicionalmente, el cumpleaños es el aniversario del nacimiento de una persona, institución u organización. Respecto a las personas, en muchas culturas es costumbre celebrar el cumpleaños con una fiesta, acompañada de familiares y amigos, donde se dan regalos a la persona homenajeada. En este sentido, el 28 de septiembre, el presidente Luis Arce celebra sus 60 años de vida y, para la ocasión, quiero compartir con los lectores los siguientes párrafos para dicha autoridad. Un 8 de noviembre de 2020, el presidente Arce fue elegido democráticamente con el respaldo mayoritario del pueblo boliviano (55,11%), recuperando el orden constitucional, tras su ruptura y la toma de mando del gobierno de facto (GF), debido a los conflictos sociales y políticos de octubre y noviembre de 2019.

Durante el GF, Bolivia inició un periodo de incertidumbre e inseguridad, con terribles impactos negativos en su economía y en desmedro de la calidad de vida de la población, sumado a este escenario el arribo del COVID-19 y la pésima administración pública del GF, llevando a la economía nacional a una profunda crisis con un acentuado decrecimiento económico, déficit fiscal traducido en un descenso de ingresos y retroceso de gastos de capital, desplomando la ejecución de inversión pública y una tasa de desempleo que incrementó.

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Al ver un país con indicadores económicos desalentadores, los cuales se tenían en el viejo modelo neoliberal (1985-2005), de manera inmediata, el Gobierno del Estado Plurinacional implementó medidas económicas y sociales para la reconstrucción y la reactivación de la economía, con pilares basados en el restablecimiento del Modelo Económico Social Comunitario Productivo (MESCP), sin descuidar la salud de las bolivianas y bolivianos mediante la ejecución el plan estratégico de lucha contra el COVID-19.

Producto de las acertadas políticas y la administración responsable con soberanía de las finanzas públicas, la economía boliviana bajo el liderazgo del presidente Arce fue distinguida por distintas instituciones internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, The Economist Intelligence Unit, BBC Mundo, Sputnik y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, a pesar de la coyuntura mundial compleja.

Es así que Bolivia, al ser destacada por su economía y la resiliencia del MESCP ante shocks externos e internos, ha dado mucho de qué hablar a nivel mundial. Por lo que el jefe del Estado participó en julio en la primera jornada de la Tercera Cumbre de la Unión Europea y la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe, donde expuso la propuesta de reactivación económica para encarar las distintas crisis globales, en un contexto marcado por la crisis climática, social, económica, energética y política, mismas que requieren de acciones conjuntas.

Asimismo, en agosto, la máxima autoridad del país participó en la decimoquinta cumbre de los países miembros del BRICS y en su intervención destacó las virtudes del MESCP, siendo éste un modelo económico que permitió la redistribución de excedentes, la disminución de la pobreza y empleo, así como la diversificación de la economía y la industrialización de los recursos con sustitución de importaciones.

Finalmente, los mejores regalos para el presidente Arce estarán guardados para siempre en su memoria y corazón, por lograr la recuperación de la democracia y la reconstrucción económica del país. Además de ser sembrador de vida, estabilidad, justicia social y esperanza, para un futuro prometedor en favor del pueblo boliviano.

(*) Fernando Chuquimia es especialista financiero

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