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Educación en tiempos actuales

Son tiempos en los que la educación debiera convertirse en prospectiva y hasta osada porque es evidente que a partir de la llegada de la pandemia el mundo cambió y su población requiere de una extensión del conocimiento reforzada por lo informacional. Esto, porque los países en desarrollo debieran aprovechar el momento para brindar una educación apoyada no solo en el conocimiento humanista, sino en el científico e informacional.

Para ello, los programas lineales deben desaparecer y centrarse en nuevos métodos de descubrimiento, en los que la investigación acelere nuevas situaciones creativas que estén respaldadas por una gran dosis de información significativa con proyección a convertirse en interactiva.

No se puede olvidar que los últimos dos años fueron una demostración de la evolución del conocimiento, lo cual exige ampliar el currículo de la educación incorporando dentro de ella lo informático. Para esto no se necesita una infraestructura educativa con un sinnúmero de aulas tradicionales, sino una o dos aulas especiales: las informáticas, cuyo espacio esté concebido, construido e instalado para la interrelación informacional, a traves de un sistema monitoreado que logre la extensión del conocimiento por red. Demás está decir que debieran estar dirigidas y mantenidas por personal especializado.

Una nueva visión de futuro con instalaciones que consideren la distribución de conocimientos científicos para los estudiantes, especialmente de los últimos cursos. Hecho que significa llevar a esa juventud a los nuevos tiempos.

Es indudable que la educación debe ser de primordial importancia en este momento, sobre todo en lo que se refiere a lo informacional. Esto porque en el país la educación pareciera haberse estancado en la lógica de pensar en el pasado y el presente, olvidando la responsabilidad de construir un futuro para los jóvenes.

Esto significa que la educación ofrezca una formación sólida sobre la base de que lo informacional y comunicacional sean interactivos. Una forma de descubrir nuevos saberes que darán la posibilidad a la juventud de obtener una educación para el presente y el futuro.

Así, el pensar el presente implica planificar el ingreso a una nueva era educativa, alejada de aquella educación dirigida, poco creativa y memorizante. Para convertirse en una educación investigativa también en lo informacional, acorde a los tiempos actuales, ya que es hora de dejar atrás aquellos enlatados memorísticos que tanto daño le han hecho al ciudadano pensante.

Un quiebre en el tiempo que hoy vive el planeta en pos de que se efectúen grandes reestructuraciones, especialmente en los países menos desarrollados. Por tanto, un momento especial para la educación, al darle la oportunidad al estudiante de formarse y descubrirse para proyectarse a un futuro alentador.

Nietzsche afirmaba que las palabras guardan un sentido, los deseos su dirección, y las ideas su lógica. Una frase cuyo trasfondo señala que se puede lograr descubrir nuevos horizontes. En este caso, el aprovechamiento del potencial de una juventud, que debiera tener la posibilidad de prepararse a partir de lo informacional, sin olvidar la investigación y reflexión de lo que ya aprendió.

Evidentemente, la educación —la verdadera riqueza de un país— se encuentra en un paradigma crítico, cuyo futuro esperemos sea manejado con pensamiento sólido y científico, pues es preciso impulsar la extensión del conocimiento aprovechando la actual coyuntura de la era de la información.

Patricia Vargas es arquitecta.