El hombre, el agua y fuego
Agua y fuego, parecen dos elementos contrapuestos, pero en realidad están estrechamente relacionados uno con el otro. El hombre utiliza el fuego para quemar los “desechos de vegetación” y así dar paso a una nueva área de cultivo. Este cultivo necesitará la proporción justa de agua para producir. En algunas regiones, donde el agua era abundante ahora es escasa notoriamente en la época de seca. En otras regiones, en la época de lluvias, éstas se concentran unos pocos meses provocando inundaciones. En ambos casos el cultivo se pierde por las modificaciones que el hombre ha causado al clima.
¿Cómo el hombre puede modificar el clima? Al modificar la cobertura de bosques que regulan la humedad y la temperatura, cambian los ciclos naturales de la lluvia. Las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera que generan la combustión de la vegetación aceleran este proceso. Entonces sí, estamos modificando el clima.
Debe quedar claro que la presencia del fuego en áreas naturales (tierras con bosque, matorrales, pastos) no es “normal” ni espontánea. Se inicia en proximidades de áreas donde el hombre está presente, puede ser por necesidades de producción a diferentes escalas, por cazadores, por quema de desechos. Este fuego se propaga rápidamente, favorecido por las condiciones de baja humedad y de altas temperaturas dificultando su sofocación.
Estudios científicos recientes demuestran que la frecuencia de incendios forestales de gran magnitud son más frecuentes en una proporción de dos veces más que en décadas pasadas. Otros estudios indican que los bosques están perdiendo la capacidad de secuestrar carbono, esto quiere decir que, si seguimos deforestando de forma descontrolada, las catástrofes en las que desembocan estas actividades serán cada vez peores. Si el hombre sigue utilizando el fuego para su propia devastación se quedará sin agua suficiente para sobrevivir.
El hombre y sus acciones están generando daños al medio ambiente. El mal uso de prácticas ancestrales, como el manejo del fuego, entre otros, es lo que verdaderamente está deteriorando nuestros suelos. El cambio climático y sus eventos severos, como sequías extremas y la poca disponibilidad de agua, son otros de los factores críticos de los problemas ambientales, en tal sentido esta trilogía — hombre, fuego y agua—, que debería estar estrechamente ligada, se está rompiendo en su esencia.
Esto muestra un escenario poco alentador para la humanidad. Pero de qué vale saber esto, si nuestras acciones no cambian.
El manejo integral del fuego intenta recuperar esta esencia perdida, de tal forma que permita orientar las acciones a la prevención, la organización de los usuarios de fuego para minimizar los impactos. Falta mucho por hacer, queda seguir cohesionando esfuerzos para que cada año tengamos menos incendios forestales.
Armando Rodríguez es gerente de Proyecto de la FAN.