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¡Sufragio libre, no reelección!

Bajo el lema “sufragio libre, no reelección”, Francisco Madero fue impulsor principal de la Revolución Mexicana que, en 1910, marcó el final de las repetidas reelecciones de Benito Juárez (cinco veces) y Porfirio Díaz (siete periodos), al instaurar como principio constitucional ese grito libertario que es la base de la institucionalidad mexicana. Por ello, provocó sospecha los intentos del actual presidente Andrés Manuel López Obrador, alias AMLO, de que, a través de la astucia de una proyectada consulta popular para revocación del mandato, podría ocultarse la aspiración reeleccionista del fatigado mandatario. No sorprende ese furtivo deseo por la inclinación amistosa de AMLO con los jerarcas perpetuos, adversos a la alternancia. Ilustrativo ejemplo fue la visita inopinada que AMLO realizó el 20 de julio de 2020, a la Casa Blanca, para secundar a Donald Trump en su campaña electoral y la secuela de ese romance fue no reconocer la victoria de Joe Biden, hasta bien entrada su elección. Concordante con esa conducta, aparece en su reciente libro A la mitad del camino (Ed. Planeta, 328 pp. 248 pesos) en el capítulo de política exterior, páginas 138-174, una risueña narrativa referente al precipitado escape de Evo Morales en el avión que AMLO puso a su disposición para salvarlo de la vindicta popular, después de un porfiriato de 14 años que desembocó en un frustrado ensayo de fraude electoral denunciado por la misión observadora de la OEA.

AMLO escribe casi como cuando habla con el mismo tedio usado en sus cotidianas conferencias de prensa, ante un auditorio cautivo y somnoliento que tiene que aguantar sus peroratas francamente aburridas, prolongadas por silencios donde escudriña nombres, lugares y situaciones que huyen de su memoria, en incidentes que los neurólogos calificarían como comienzos de mentis-gap.

Esa condición clínica, harto evocada por la prensa mexicana, podría atribuirse a la revelación achacada al piloto de la nave que conducía a Evo y su comitiva quien, desde hace casi dos años nunca se refirió a aquel episodio, ni al supuesto ataque de un cohete disparado desde Cochabamba y esquivado por ese hábil aviador que podría haber inventado la historieta para lograr ascensos o condecoraciones al valor. AMLO reproduce ese sueño de una noche de verano, con pluma de afiebrada imaginación, propia para un libreto de sitting comedy mexicana o noveleta turca. Por otro lado, se duda que militares bolivianos anhelacen objetivo alguno en derribar esa aeronave extranjera cuya clientela a bordo, era francamente superflua para el interés nacional.

La agitada llegada a México de aquel expresidente boliviano admitido como refugiado, contrasta con la visita de Estado realizada por Víctor Paz Estenssoro en la primavera de 1963, invitado por el entonces presidente Adolfo López Mateos. Como miembro de la comitiva recuerdo que, al descenso del avión, por la alfombra roja, el gabinete en pleno y el cuerpo diplomático homenajearon al ilustre visitante y luego, el recorrido hasta la residencia presidencial de Los Pinos fue saludada por miles de obreros y simpatizantes de la Revolución Nacional, muñidos de banderolas alusivas a la analogía de las dos más grandes revoluciones latinoamericanas.

Era la época de notables estadistas, hacedores de la verdadera confraternidad indoamericana.

Carlos Antonio Carrasco es doctor en Ciencias Políticas y miembro de la Academia de Ciencias de Ultramar de Francia.