Icono del sitio La Razón

Su pesadilla

La victoria del proceso de cambios del pueblo boliviano, frente al conservadurismo de grupos racistas, neoliberales y fascistas, deja —a esta última parte de la sociedad boliviana— con un fuerte sentimiento de frustración y amargura, sentimientos muy peligrosos para la estabilidad y tranquilidad, hoy muy necesarias e importantes, pues necesitamos salir adelante y recuperar nuestras vidas, economía, trabajo, amores, estudios, planes y proyectos que fueron violentamente interrumpidos, destruidos y sañudamente atacados.

Estas fuerzas contrarrevolucionarias juntaron a una variedad grande y no prevista por los análisis políticos ideológicos, psicológicos y sociales. ¿Cómo así se juntaron indios con terratenientes, feministas con jóvenes machos paramilitares? ¿Cómo así se unieron trotskistas y comunistas con neoliberales y oligarcas con tufos medievales, oenegeras proaborto con curas y pastores fundamentalistas, etc.?

Algunos elementos para el análisis. El racismo es un factor de unidad de estos grupos, racismo que se expresa de diferentes maneras; el más evidente en su virulencia es aquel que descalifica a los indios en el gobierno, dicen que los indios no hicieron nada más que robar, son pedófilos, salvajes hediondos, no tienen capacidad para gobernar. Por otro lado, están quienes dicen que los verdaderos indios son aquellos serviles a sus intereses de terrateniente y que por ejemplo ahora marchan un rato a pie, otro rato en carro, al encuentro de sus patrones en Santa Cruz.

En su conjunto quieren conservar el “orden” de la sociedad racista en la que todos podían pelearse, pero sabiendo que los y las indias que se reivindicaran desde los valores de los pueblos originarios no cuentan.

Hoy, ante el espejo de lo que hicieron cuando tomaron el poder, con el golpe fascista que demostró el carácter autoritario y dictatorial de sus movilizaciones, acciones que están muy lejos de sus discursos, demostraron no solo sus incongruencias, sino el uso que hoy hacen —los y las dictadoras fascistas— de los discursos, narrativas y fake news difundidas por medios de comunicación y redes sociales. Son la mentira organizada.

“El Evo no debía postularse”, dicen. Sí debía postularse, afirmamos, porque en aquel momento y en esas condiciones no teníamos de otra. El proceso de cambios no logró en 14 años propiciar otra persona con la capacidad de unir los movimientos sociales, lo que tiene el Evo. El error del proceso de cambios es que no producimos el recambio y ese es error del pueblo y sus organizaciones sociales. Pero de ninguna manera fue un error que Evo se repostule, era lo que teníamos. Si se perdió en el referéndum fue por la mentira del hijo del Evo, ese referéndum fue un fraude preparado por la manipulación de los medios de comunicación. ¡Ahí estuvo el fraude!

Hoy pretenden lavarse las manos con la golpista Jeanine, todos ellos y ellas la pusieron y son responsables de todo lo que ella hizo. Estos y estas hoy movilizados demostraron su improvisación, su incapacidad para gobernar, su mediocridad. Sueñan con dar otro golpe, no saben que eso se convertirá en su pesadilla. ¡ Jallalla proceso de cambio!

Julieta Paredes Carvajal es feminista comunitaria.