El mundo gira
El mundo se está abriendo poco a poco. Seguramente ya no aguanta tanto encierro, tantas medidas restrictivas. Nuestro perplejo planeta quiere terminar con las secuelas de la pandemia que azota de norte a sur y de este a oeste. Los aeropuertos vacíos, los hoteles con puertas cerradas, desolados o con muy pocos huéspedes. Tomada esa decisión, las calles vuelven a poblarse, los restaurantes hacen todo lo posible para tener mesas al aire libre, incluso en lugares fríos donde las estufas a gas dan calor. La gente en general ha cambiado sus hábitos, no sabemos si para siempre. Hace unos días presencié una romántica pedida de mano en una calle de La Paz, los transeúntes fueron testigos y se pararon a aplaudir y escuchar las melodías de un violín interpretadas a cielo abierto y a la hora del ocaso.
En abril de este año renovar el pasaporte era tarea sencilla. Las oficinas de Migración tenían muy pocas solicitudes, recién comenzaba a aplicarse la vacuna en Bolivia, así como en el resto de los países. Las fronteras estaban cerradas. El turismo, las vacaciones, se convirtieron en palabras. “Qué bien que pudimos viajar el anteaño pasado y no nos quedamos con las ganas”, decían muchos. Las agencias de viaje cerraron sus oficinas y solo atendían solicitudes extremas por razones humanitarias. Un sinnúmero de ellas quebraron, las que dieron la batalla redujeron su personal al máximo, con medio sueldo y con todos los inconvenientes del trabajo a distancia, dando instrucciones mediante WhatsApp.
Cuatro meses después, desde agosto de 2021, como en los viejos tiempos, en Migración tienen colapsadas las solicitudes para hacer el trámite de emisión o renovación de pasaportes. Las agencias de viaje que soportaron la crisis de la pandemia no abastecen en la atención a todos los posibles viajeros. Varios países europeos, mes tras mes, dan a conocer el fin de las restricciones impuestas por el COVID-19. Países fronterizos, con importantes aeropuertos como el de Lima en Perú, cesaron en el requisito de cuarentena para los viajeros que ingresan a sus territorios, los vacunados tienen libre ingreso. Estados Unidos también anunció que los viajeros de todas partes con la presentación de su certificado de vacunación, podrán ingresar libremente desde noviembre.
Ante la condición de la vacuna como requisito para viajar, muchas personas van en busca de sus dosis. Ojalá éste sea un incentivo lo suficientemente motivador para que los puestos de vacunación no estén vacíos o con personas que acuden como cuentagotas. El mundo quiere seguir girando con alegría, con esperanza, con reencuentros. ¿Por qué no darnos esa oportunidad?
Lucía Sauma es periodista.