Brecha digital
La pandemia hizo más evidentes las brechas digitales que están aún pendientes de resolver en Bolivia, Latinoamérica y en el mundo, en general.
Si bien casi el 63% de la población boliviana se conecta a Internet, todavía tenemos grandes retos: 1) Incluir al restante 37% que aún no se conecta a la red; 2) mejorar la calidad de las conexiones que ya existen, y 3) mejorar las capacidades de usuarios y usuarias para que se beneficien al máximo de esas tecnologías.
Explico con más detalle. 1) Acerca de incluir a quienes no se conectan aún, las brechas están asentadas principalmente por área geográfica y condición socioeconómica. La diferencia de conectividad entre el segmento urbano no pobre, y en el otro extremo el segmento rural pobre, es de casi 55%. Es decir que mientras en el primer segmento 80% usa Internet, en el segundo solo el 26%. Existen además brechas de género y generacionales que deben tomarse en cuenta a la hora de diseñar políticas de conectividad en el país. Es cierto que en la última década se ha incrementado la cantidad de tendido de fibra óptica, pero falta el paso de los municipios que, aunque tienen la red en sus puertas, todavía no se han conectado. Además, faltan aún muchas poblaciones a las que no llega la fibra. Se tiene que incentivar las inversiones.
2) Acerca de mejorar la calidad de las conexiones, el 92% de todas las conexiones en Bolivia son móviles. Si el objetivo es conectarnos para fines educativos y laborales, debemos entender que las conexiones móviles son limitadas para esos objetivos. Las conexiones que necesitamos incrementar son las ADSL y para esto, abaratar sus costos y principalmente poner más conexiones a disposición. Para nadie es desconocido que la oferta de conexión de fibra de Entel es barata y es una buena opción, pero no existe disponibilidad desde hace años. De la misma manera en pueblos y ciudades intermedias donde el servicio ni siquiera existe.
3) La implementación a tropezones de la educación en línea en establecimientos de educación pública y privada fue una muestra de la necesidad imperiosa por mejorar las capacidades de profesores, profesoras, estudiantes, padres y madres de familia. De la misma manera, los intentos de uso de banca en línea para pagos de bonos y otros beneficios no fueron tan exitosos. La mayoría de instituciones públicas no pudieron migrar a servicios en línea, todos estos casos por la falta de conocimientos de uso de la tecnología, entre otros factores.
Antes de la pandemia, la agenda global de políticas públicas de Internet ponía escaso énfasis en la brecha digital por diversos motivos, entre los cuales está que los países desarrollados no consideran que sea una tarea pendiente tan urgente. Pero esto no es tan cierto. Con sorpresa leí un artículo de El País de España acerca de los retos de Alemania para mejorar su conectividad, Alemania —dice la nota—, un país que se comunica aún por fax, que es la principal forma de contacto entre instituciones públicas. La penetración de fibra óptica apenas llega a un 16% de los hogares y empresas, mientras que en España supera el 80%.
El cierre de brechas digitales es una tarea para el mundo entero y para Bolivia en especial.
Eliana Quiroz es ciberactivista y burócrata. blog: www.internetalaboliviana.word-press.com.