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Ética y Papeles de Pandora

Hace tan solo unas semanas se dio a conocer la investigación internacional denominada Los Papeles de Pandora (Pandora Papers), un estudio del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) que pone al descubierto un entramado de turbias operaciones en paraísos fiscales que permite mantener fortunas en secreto a más de 300 personalidades del mundo público, entre ellos presidentes, monarcas, ministros y políticos vinculados a sectores conservadores, así como empresarios, artistas, futbolistas y modelos. Más de 11,9 millones de documentos confidenciales han salido a la luz y destapado los negocios offshore de algunas de las personas más ricas y poderosas del mundo. Aunque no hay certeza de las fortunas que se ocultan bajo este mecanismo, el FMI estima que cada año hay una merma de $us 600.000 millones de impuestos perdidos por los gobiernos de todo el planeta. Este tipo de sociedades, radicadas en países distintos del domicilio fiscal de sus administradores, son legales siempre que el propietario las declare allí donde resida. El problema comienza cuando lo que se busca es anonimato y nula tributación. Las consecuencias de los paraísos fiscales se traducen en que las personas más ricas, aproximadamente el 1%, tienen la posibilidad de elegir dónde pagar sus impuestos; cuando los pagan, eso significa que terminan pagando menos impuestos e inclusive evaden la tributación. Este hecho no es reciente, menos único, según especialistas en el tema tienden a convertirse en acciones recurrentes.

Lo extraño es que, pese a las magnitudes de los montos y las consecuencias identificadas, autoridades, opinión pública y medios de comunicación social, entre otros, no le dan el tratamiento suficiente y adecuado. Siendo un asunto que no solo compromete los ingresos de los países, sino que también se convierte en un accionar carente de ética de precisamente personalidades del mundo público que están llamadas a convertirse en referentes de la sociedad. La ética no solo es cuestión de lecciones de moral, es fundamentalmente una praxis de conciencia propia de las y los seres humanos. Lo que significa la existencia de elementos éticos que en la práctica, en la vida diaria, también se hacen públicos, como parte inmanente de toda persona que se precie como tal.

Ocultar la posesión de ingentes recursos financieros, recurriendo a operaciones de dudoso mecanismo, no es ético, todo lo contrario, ratifica un accionar carente de principios, valores, coherencia entre lo que se dice, piensa y hace, y fundamentalmente evidencia la intencionalidad de encubrir información con fines personales. Tampoco contribuye a la construcción de una cultura de transparencia y disminuye credibilidad. Para los Estados, estas acciones con paraísos fiscales expresan las conductas que tienen sus contribuyentes, así como el conocimiento de las estrategias que utilizan para no pagar impuestos.

Recurrir a negocios offshore en países distintos a los de origen de los recursos financieros con fines de anonimato y buscar una nula tributación, no contribuye al bien común. No pagar tributos como corresponde, no permite el desarrollo de políticas económicas y sociales para beneficio del conjunto de la población. Tampoco es patriota, como suelen manifestar precisamente las personas vinculadas al mundo público, mucho más de aquellas que repiten con frecuencia su supuesto “amor por la patria”, es una acción para servir a sus intereses y no para el bienestar de la patria.

Quedan muchas acciones por hacer, las más dependen de la ética y coherencia de vida de las personas involucradas con los paraísos fiscales, pero también de normas que generen una cultura de ética y transparencia. Habrá que promover la continuidad de investigaciones, como las realizadas por el ICIJ, definir normas que contribuyan a una mayor transparencia, la creación de una comisión internacional para regular estas acciones, ya que el capital se moviliza de manera global. Urge reformar las reglas impositivas internacionales, garantizando que los países se involucren en su elaboración y aplicación. Como dice Dereje Alemayehu, presidente de la Alianza Global para la Justicia Fiscal, corresponde “Encontrar una solución global a la evasión y la elusión impositiva global será sin duda un proceso difícil, desordenado y prolongado. Pero la transparencia y el compromiso de todos los países son fundamentales, como así también el compromiso de la ONU”.

Noel Aguirre Ledezma es educador popular y pedagogo. Fue ministro de Planificación del Desarrollo y viceministro de Educación Alternativa y Especial.