La reconstrucción de la economía avanza
La economía boliviana continúa recuperándose, y uno de los principales indicadores que respaldan dicho avance es el repunte del nivel de ocupación urbana en el país, que entre agosto de 2020 y agosto de este año se incrementó en 917.225 bolivianos y bolivianas adicionales que tienen una fuente de empleo y generan ingresos. Estos resultados son innegables, contrariamente a lo que esperarían críticos a los indicadores de recuperación de la economía, como Gabriel Espinoza, que en una reciente publicación en redes sociales nuevamente arremete, esta vez contra las cifras de los avances en el ámbito laboral, con argumentos que no tienen validez técnica e insinuaciones de “manipulación de datos” y “desesperación” del Gobierno, que son completamente falsas.
Al margen de varias imprecisiones en el manejo de cifras y comparación de periodos por parte de Espinoza, el error fundamental de su razonamiento radica en intentar sumar el ascenso de la población ocupada y la tasa de desempleo, con el cual concluye un supuesto nivel de desocupación de alrededor de 22% el año anterior e insinúa que la cifra de incremento de la población ocupada señalada por el Gobierno no es cierta. Este planteamiento es técnicamente incorrecto.
Primero, es importante precisar la forma de cálculo de la tasa de desempleo, que corresponde al ratio entre la población desocupada y la Población Económicamente Activa (PEA), que en agosto llegó a 6,5%. Así, el resto, 93,5%, corresponde a la población ocupada. Es esta población ocupada la que mostró un incremento de 917.225 personas entre agosto de 2020 y agosto de 2021, desde 3.288.419 personas hasta 4.205.644, como se puede apreciar en las cifras del INE y que son de fácil acceso a la población a través de la página web de la institución. Así, añadir la proporción del incremento de ocupados a la tasa de desempleo no tiene lugar.
Una de las formas más precisas de ver esta relación sería, por ejemplo, calcular la diferencia de la proporción de la población ocupada respecto a la PEA en agosto de 2021 respecto a aquella en el mismo mes de 2020, que registra un ascenso de 4 puntos porcentuales, el cual está en línea con el descenso en los mismos 4 puntos porcentuales de la tasa de desocupación en el periodo mencionado.
El incremento de la población ocupada urbana en el país es evidente y varios sectores están mostrando esta recuperación. Por ejemplo, en el rubro de la industria manufacturera la ocupación creció en 28%, en el sector de comercio en 39%, en la construcción en 24%, en la actividad de alojamiento y servicio de comidas en 35% y en el sector de transporte en 17%. Igualmente, la tasa de desempleo se redujo desde el 11,6% que había alcanzado en julio de 2020 hasta 6,5% en agosto de este año, un significativo descenso.
A este resultado se suman muchos otros, como el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 9,4% en el primer semestre del año en relación al mismo periodo de 2020; el ascenso de la recaudación tributaria en 17% a septiembre, con un importante repunte de las recaudaciones del IVA mercado interno que crecieron en 32%, reflejo del dinamismo de la actividad económica interna; el crecimiento de las operaciones del sistema financiero, con el ahorro que ascendió interanualmente en 8% a septiembre y que muestra la recuperación de la capacidad de generación de ahorro e ingresos de la población, y la mejora de los créditos; entre otros, que configuran los resultados del proceso de recuperación que actualmente vive la economía, y que son innegables, a pesar de voces que al parecer preferirían, por posiciones políticas, que el país no se recuperara.
Claudia Ramos es economista.