Caranavi, historias y carreteras
Caranavi es el eje histórico de interrelación andina-amazónica y hoy entre los pueblos de ambas regiones a través de su extendida y accidentada topografía. A. Zalles trató estas relaciones en los años 80 del siglo XX, entre aymaras, quechuas y lecos. En Perú y Ecuador también existen similares relaciones entre poblaciones amazónicas y de los Andes. Está claro entonces que esas relaciones en el pasado y hoy son de ambas vías. Son relaciones interecológicas. Se observa ahora que esa dinámica es de otro modo, con una fluidez más amplia.
¿Qué nuevos hechos existen en esas relaciones, en lo que en nuestra tesis en sociología hemos llamado los “nuevos espacios sociales”, en la región de Caranavi? Sin duda las historias de interrelación son extraordinarias entre ésta con Alto Beni o el departamento de Beni.
En 1988 estudiamos Caranavi para conocer el proceso de la “colonización” de Alto Beni en su estrecha relación entre ambas regiones. Aquel año logramos conocer a la familia Roque, de la comunidad de San Antonio de Bolinda, ubicada al norte de la localidad de Caranavi, a entre dos y tres horas de camino a pie en subida. Allí por excelencia se produce café de altura, tan apreciado en el mercado internacional y poco valorado en nuestro medio.
La familia Roque nos contó sobre cómo llegaron a la zona en los años 80 cuando todavía era selva y con presencia de animales silvestres. Arribaron del altiplano porque allí ya no había tierra. En esa relación, Caranavi resultó ser un lugar extraordinario, como fue con seguridad en el pasado por sus conexiones entre los Andes y la Amazonía. Aunque dentro de esas relaciones interecológicas la familia Roque tuvo que atravesar muchas dificultades por las condiciones climáticas y las enfermedades, que en el pasado también eran factores de importancia como refieren varios estudios.
En 2021 volvimos para averiguar sobre cómo se movían esas relaciones. Pudimos observar que tales dinámicas son aún más intensas y las historias humanas son de distinta índole. Esas historias son, en muchos casos, de éxito económico, aunque otras son de tragedias humanas. Caranavi creció enormemente al presente tanto en población, en producción agrícola y en actividad turística.
Las comunidades productoras de café en las alturas, plátano, cítricos y la crianza de animales en las partes bajas, son trascendentales. Caranavi, así, es el nexo dinamizador del comercio, de las ferias de la región y la migración poblacional entre los Andes y la Amazonía.
Sin embargo, el problema de la carretera La Paz-Caranavi es un factor negativo en esas relaciones. En Choro y Ch’uxña, donde los viernes se prenden velas a los fallecidos y al “tío”, referencia de accidentes de tránsito que en el pasado eran historias oscuras. Entre 1980 y 1990, los derrumbes y los accidentes han cobrado muchas vidas humanas. Y entonces habría que preguntarse ¿por qué las autoridades nacionales y departamentales tienen casi abandonada esta carretera y a la propia ciudad de Caranavi? El túnel de Choro ha estado como 25 años en construcción. ¿Por qué?
Este es uno de los factores que no permiten que esas relaciones sean más fluidas para la dinámica social y económica de la propia ciudad de La Paz y El Alto, junto con las provincias del altiplano y los valles que son actores de esas conexiones interecológicas.
Pablo Mamani Ramírez es sociólogo.