Asegurar las vías de exportación alternativas

La alternativa efectiva para llegar a los mercados del mundo —se explicó en el Foro de las Américas organizado por la Cámara Nacional de Comercio— es la hidrovía Paraná-Paraguay, parte fundamental del proceso de integración física de la Cuenca del Plata.
Todos sabemos de la recesión económica que vive el mundo entero, fruto de las acciones tomadas por los países para frenar el avance de la pandemia que afecta a la humanidad. En este ambiente de crisis, como lo remarcó de manera clara el empresario Carlos Gill, en un anterior seminario, “urge hacer un diagnóstico que promueva políticas tecnológicas de desarrollo portuario, medidas y acciones factibles en el aprovechamiento operativo del transporte acuático de las zonas francas y del puerto, para facilitar el desarrollo del comercio exterior”.
Esta vía alterna a las exportaciones tiene cifras que deben ser tomadas en cuenta y que, con mejoras en la infraestructura, pueden ser mejores:
Los volúmenes totales de las exportaciones nacionales por la hidrovía entre 2015 y 2019 subieron de manera sostenida de 1,0 a 1,38 millones de toneladas; en 2020 bajaron a 660.000 toneladas. En el mismo período, el valor de las exportaciones fue fluctuante: en 2015 fue de $us 365 millones, al año siguiente subió a 387 millones, en 2017 bajó a 310 millones, para subir en 2018 a 410 millones de dólares, en 2019 volvió a bajar a 392 millones, llegando en 2020 a su punto más bajo con 197 millones.
Entre 2015 y 2019, el volumen de las importaciones por la hidrovía, con ligeras fluctuaciones, pasó de 500.000 a 700.000 toneladas, y en 2020 bajó hasta 200.000. Mientras que el valor total pasó, luego de algunas fluctuaciones, de $us 427 millones en 2015 a 588 millones en 2019, y en 2020 también tuvo su nivel más bajo con 194 millones.
Entre los productos con mayores valores de exportaciones están la torta de soya, con $us 141 millones de dólares; el aceite de soya, con 50 millones, y cal y cemento, con 2,7 millones. Los productos importados por la hidrovía con mayor valor son los aceites de petróleo, con $us 122 millones; maquinaria eléctrica, con 48 millones, y las láminas de hierro, con 7,8 millones.
El cambio climático está afectando la navegabilidad de los ríos de la hidrovía. La sequía que afecta a estas vías tiene efectos en los cinco países que las utilizan como medios de transporte, entre ellos Bolivia. Se tienen informes de que algunos tramos tuvieron un descenso de aguas de hasta 1,5 metros, que no se veía en los últimos 50 años.
Esta sequía llegó a paralizar algunas operaciones y reducir los volúmenes de carga en otros, provocando en los últimos tres meses una pérdida estimada en $us 100 millones. El país estima retomar el uso de la hidrovía en 2022.
Para evitar estos problemas en el futuro, se recomienda el dragado del lecho del río y otras tareas complementarias en la parte boliviana, aumentando el período de navegación.
De igual forma se debe implementar un programa logístico integral (multimodal) en la región para poder dar soporte a los puertos, definir una clara política fluvial nacional, y trabajar en el mejoramiento de infraestructura de conectividad hacia los puertos, por carreteras y vías férreas.
Rolando Kempff Bacigalupo es economista y presidente de la Cámara Nacional de Comercio.