La planificación y la reconstrucción económica
Álvaro Nina Nina
Luego de haberse cumplido un año del gobierno del presidente Luis Arce, surgen posiciones encontradas en torno a los resultados obtenidos tras la recuperación de la democracia en octubre de 2020. Sin embargo, más allá de las críticas vertidas por parlamentarios de la oposición, que carecen de argumentos sostenibles, existe una verdad objetiva que permite demostrar los importantes avances direccionados a la reconstrucción económica del país.
Con la restitución del modelo económico social comunitario y productivo, Bolivia se encaminó a la vía de la sostenibilidad económica, dando prioridad a las necesidades inmediatas de la población, con el objetivo de lograr los niveles de crecimiento económico que se habían alcanzado antes de la ruptura del orden constitucional.
Entre los hitos se puede resaltar una destacada gestión en el ámbito de la salud, avanzando de manera significativa en la apertura y equipamiento de centros hospitalarios y cobertura de la población vacunada contra el COVID-19, reduciéndose sustancialmente la tasa de letalidad a un 0,8% hasta noviembre. Asimismo, se restituyó un derecho fundamental de la población (educación), lográndose retomar las clases en sus modalidades presenciales y semipresenciales después de la súbita clausura del año escolar en 2020.
Por otro lado, la reconstrucción económica resulta ser una realidad evidente, en tanto que el Producto Interno Bruto (PIB) al segundo trimestre de 2021 mostró un crecimiento de 9,4%, en comparación de la caída del 12,9% en similar periodo de 2020. Ante esta situación no es posible refutar que las medidas implementadas por el Gobierno han tenido resultados considerablemente positivos, revirtiendo el indicador del nivel de producción de la economía hacia una tendencia positiva. Sin embargo, la realidad actual demuestra que esta tendencia debe ser acompañada por un proceso de planificación de mediano y largo plazos, para un crecimiento sostenido en los próximos años.
En este contexto, se ha formulado el Plan de Desarrollo Económico y Social 2021-2025 “Reconstruyendo la Economía para Vivir Bien, Hacia la Industrialización con Sustitución de Importaciones” (PDES), en el que se encuentran metas, resultados, acciones, el escenario macroeconómico y el presupuesto plurianual, alineado a los objetivos trazados en el Plan General de Desarrollo Económico y Social, y la Agenda Patriótica.
El PDES es el resultado de una construcción participativa emanada no solo de una coordinación sectorial sino también de las nueve cumbres departamentales para la Reconstrucción Económica y Productiva y una cumbre nacional, de entre agosto y octubre, en las que fueron partícipes organizaciones sociales, microempresarios, artesanos, juntas vecinales, así también las organizaciones afiliadas a la Central Obrera Boliviana como gremiales, trabajadores, médicos, mineros y una diversidad de sectores representativos de la realidad económica nacional; a la par de las organizaciones sociales del Pacto de Unidad, universidades y el sector privado.
En línea a la tendencia asumida por el PIB, el PDES establece lineamientos de política económica y social enmarcados en el modelo económico social comunitario y productivo, proyectándose un crecimiento promedio anual del PIB de 5,1%, ineludiblemente ligado al componente social a través de la reducción de la pobreza moderada del 39% al 19%, disminución de la pobreza extrema del 13,7% al 5,3% y reducción de la desigualdad de ingresos del 0,45 a 0,42 hasta 2025.
Estos objetivos responden a un programa de inversión nunca antes realizado de $us 33.197 millones hasta 2025, de los cuales el 53% está destinado al sector productivo, para fortalecer una estrategia de industrialización con sustitución de importaciones, acompañada de una política en materia de seguridad alimentaria con soberanía, incrementando así los niveles de productividad del sector agropecuario enfocados al abastecimiento del mercado interno y además de la generación de excedentes para la exportación con valor agregado, sentando las bases para el crecimiento con desarrollo económico en el mediano y largo plazos.
Finalmente, es importante una reflexión respecto a la desinformación y la generación de falsos debates, entendiendo que la reconstrucción económica de nuestro país será el resultado de la participación activa de cada boliviano desde el ámbito de sus potencialidades, en la que cada uno se apropie y se haga partícipe de la ejecución del PDES 2021-2025.
Álvaro Nina Nina es economista.