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Chile: ¿cambio de modelo o de políticas?

Los “sorpresivos” resultados electorales en la primera vuelta en Chile muestran que las dos fuerzas políticas “extremas” lideradas por José Antonio Katz y Gabriel Boric pasarán a dirimir en la segunda vuelta, que más parece un verdadero plebiscito presidencial, al alcanzar apenas cada fuerza menos del 30% de los votos. Lo curioso es que las dos corrientes políticas autotituladas de centro derecha (Sichel) y centro izquierda (Provoste), que dominaron vía coaliciones el panorama político en los últimos 30 años, se ubicaron en cuarto y quinto lugar, superados por el Partido de la Gente, un partido emergente con la candidatura virtual de Parisi, porque prácticamente no pudo hacer una campaña física por estar fuera del país.

Desde el punto de vista de los programas económicos, se considera que las propuestas de Katz básicamente son de preservar el modelo neoliberal que tiene cerca de medio siglo de vigencia y que Boric representaría, de una u otra forma, el fin del modelo con un cambio hacia el “Estado de Bienestar basado en derechos sociales garantizados”.

Uno de los puntos clave de ambas propuestas es el relativo a la política fiscal. Katz plantea continuar con las AFP y minimizar el papel del Estado mediante la reducción de impuestos de todo tipo, que serían absorbidos por un menor gasto fiscal. De esta forma se elevaría la tasa de inversión privada desde 19% hasta 28% del PIB, lo cual haría que Chile crezca a tasas de 5% a 7% anual, logrando de esta manera duplicar en una década el ingreso por persona. En el recorte de impuestos, está la rebaja del impuesto de primera categoría, que grava las rentas provenientes del capital, del 27% al 17%, la reducción del IVA del 19% al 17% y la eliminación de los impuestos que afectan al patrimonio personal como contribuciones, herencias y donaciones.

Boric, por el contrario, plantea impuesto a los súper ricos y a las actividades contaminantes. Según su programa “La reforma tributaria recaudará del orden del 8% del PIB… y la implementación será gradual, en un periodo de seis a ocho años, contribuyendo así a la estabilidad del sistema tributario”. El nuevo régimen de impuesto a la renta implicará una mayor contribución de aquellas personas (cerca de un 1,5% del total de contribuyentes) que obtienen rentas mensuales de más de $ 4.500.000 ($us 5.600), el fin de las exenciones tributarias y un impuesto al patrimonio neto de aquellas personas naturales de alto patrimonio (0,1% de la población adulta). Adicionalmente está el impuesto a las empresas contaminantes y el royalty a la minería del cobre.

El programa de Boric contempla cuatro reformas estructurales: acceso garantizado universal a la salud, pensiones dignas sin AFP, un sistema educativo público gratuito y de calidad y la condonación de deudas educacionales que van a significar una expansión del gasto público estimado en un 8% del PIB.

Es así que en la disyuntiva electoral de Chile vuelve la vieja discusión entre los neoliberales, de las épocas de Thatcher y Reagan, basados en la Curva de Laffer que se utiliza para bajar los impuestos, aumentar la recaudación e impulsar el crecimiento económico versus la política clásica keynesiana de aumentar el gasto público financiado por el aumento de los impuestos, dilema que está desarrollado en mi libro digital Neoliberalismo vs. Neopopulismo, un falso dilema, que ya está en las principales plataformas digitales como Amazon y Google Play.

Los dos extremos en materia de política fiscal están tendiendo a moderarse para ganar no solo los votos dispersos del centro sino también para lograr consenso en un parlamento donde no tienen mayoría. En palabras de José Pablo Arellano: “La ciudadanía dijo pónganse de acuerdo, construyan acuerdos y consensos y eso es muy importante para la economía”.

Es decir que en el campo económico van a tener que buscar diversas opciones de política económica y especialmente en el área de la política fiscal donde las diferencias son muy notorias, puesto que en materia de política monetaria existe un consenso relativo sobre la independencia del Banco Central y el control de inflación.

Por tanto, no creo que un modelo neoliberal recargado llegue a imponerse, si gana Kast, ni tampoco leeremos el obituario de la muerte del neoliberalismo, si triunfa Boric en la segunda vuelta el 19 de diciembre.

Gabriel Loza Tellería es economista, cuentapropista y bolivarista.