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Dos verdades periodísticas

Quienes estábamos en La Paz fuimos, hace casi una semana, testigos directos de la enorme marcha que llegó hasta el centro de la sede de gobierno. Abordaron la ciudad desde distintas extremidades y se unieron a los bloques de manifestantes que se iban yuxtaponiendo alrededor de la iglesia San Francisco. Veíamos en las calles o por el canal estatal el rompecabezas de la gran multitud que, como la votación de 2020, sorprendió hasta a los propios masistas. La lluvia y el intenso frío fueron la vestimenta de un pedazo de país que se dio cita para hacerse una sola boca. Era evidente que se buscaba responder a anteriores concentraciones o paros cívicos contra el poder del MAS que en semanas pasadas habían encontrado su sede en Santa Cruz, así como era evidente que se mandaba también un mensaje al gobierno de Arce. Esta A amante no contará millones, ni medirá fuerza oficialista versus fuerzas opositoras, ni especulará sobre el pago a marchistas, a bloqueadores, menos irá a la caza de funcionarios. Todo indica que sigue siendo un esfuerzo inútil el declarar ganadores o perdedores en una cancha donde quieren dinamitar a los árbitros, donde nadie registra las posiciones adelantadas, donde antes que el gol se busca romper la cabeza de cualquiera de los adversarios, donde las tribunas dejaron de prestar la debida atención al juego en el césped, pues se están dando de botellazos con el hincha que está al frente. Nos conformaremos con contar lo que se vio en dos pantallas de televisión a la misma hora de aquel lunes: el canal del Estado y un canal privado de gran audiencia.

En el canal estatal se dedicó a esta marcha una cobertura que no se prestó a las concentraciones en Santa Cruz (chocolate por la noticia, dirá usted con toda razón). Se la presentó como la marcha en defensa de la democracia. Se describía con detalle la movilización masiva. Los periodistas la calificaban como un hecho histórico. Hasta un nacimiento en plena concentración regaló ese lunes lluvioso. Más de una fuente del oficialismo negó cualquier tipo de pago a los marchistas. Los televidentes veíamos minutos enteros las escenas del centro de la concentración y en pantalla dividida cómo fueron llegando distintos sectores, todo con música para la ocasión. Las cámaras buscaban la alegría del anciano que marchó desde Oruro, de la vendedora que bailaba sin quitarse el mandil, del albañil que gritaba “Lucho no estás solo, carajo”. Testimonios de marchistas emocionados alternaban con imágenes de multitudes gracias a 10 unidades móviles, según contaron los propios presentadores. Momento inédito para el masismo post 2019 que Bolivia TV no iba a desaprovechar. ¿Y qué pasó en el canal vecino?

Al lado se mencionó el tema, sin duda. El presentador, sin musicalización, con cara de palo y rapidito, informó de un “mitín” en el centro paceño. Acto seguido y sin transmitir ni un segundo del discurso de Luis Arce, David Choquehuanca o Evo Morales, se pasó a focalizar sobre la declaración más incendiaria de la jornada: el dirigente de la Central Obrera Boliviana, Juan Carlos Huarachi, amenazando con ir a tomar las fábricas y las industrias en Santa Cruz. Y ahí se concentró la noticia sobre el tema. Siguiente paso: reacciones de opositores sobre las declaraciones de Huarachi. Roberto de la Cruz respondía al periodista que lo buscó que Evo había iniciado la campaña de su candidatura. Se insistió en que mucha gente no llevaba barbijo pese que el Ministerio de Salud les distribuyó gratuitamente tapabocas, en que obligaron a funcionarios a asistir al lugar (según testimonios de opositores al MAS) y que las oficinas públicas quedaron vacías, según las mismas fuentes. En los titulares se repitieron las declaraciones de Huarachi. Esto fue todo lo que se mostró y se dijo de esa La Paz bañada de gente. En esa misma hora y pico, similar tiempo de cobertura se dio a la noticia de la salida de prisión de la “exnovia de Evo Morales”. Unidad móvil con el abogado de la famosa Gabriela Zapata. Dos analistas afirmaron que este acto del MAS se había montado justo este día para cubrir la salida de prisión de la “exnovia”. Ahora ya está todo claro, dijo el experto politólogo. Las noticias en la tele toman un ritmo tan dinámico que termina en tiempo atropellado. Cuidado, no hay que olvidar que hay otros sucesos que tienen que entrar en esta “hora estelar”: el accidente de un motociclista en plena autopista, las hipótesis de las autoridades de Tránsito y la otra gran noticia de ese lunes: “Se quemó un kiosko de salchipapas”, con hipótesis sobre el origen del fuego, imágenes del kiosko ya sin salchichas ni papas porque se habían quemado, supusimos los atentos y confundidos televidentes.

Ninguno de los canales mintió. Ambos hacen periodismo independiente. Y así nos va.

Claudia Benavente es doctora en ciencias sociales y stronguista.