Antagonismos
Según la Real Academia Española de la Lengua, la oposición entre personas, opiniones, acciones o ideas es a lo que normalmente llamamos antagonismos. Si bien hay más de un hecho de situaciones antagónicas que se vivieron en los últimos años entre las relaciones que tuvieron el gobierno argentino de Mauricio Macri y el actual gobierno de Alberto Fernández con respecto a Bolivia, este lunes se podrá apreciar en toda su dimensión el antagonismo de lo que sucedió hace poco más de dos años (13 de noviembre de 2019) y los hechos que provocan hoy escribir este artículo de opinión.
El 13 de noviembre de 2019, Macri y los funcionarios de su gobierno enviaban a Bolivia un contrabando de 70.000 municiones de balas y 600 gases lacrimógenos, que llegaban al sector militar del aeropuerto de El Alto en un avión Hércules C-130. Acompañando ese cargamento venían gendarmes de un grupo de élite, con armas de guerra; lo hacían en la oscuridad, en secreto, en plena madrugada. Ese contrabando llevado adelante de manera subrepticia, ilegal, llegaba en un momento complicado y difícil para Bolivia y su pueblo; por ese cargamento hay procesados y presos en ambos países, ese cargamento traía dolor, represión y muerte.
Dos años después, este lunes, llegará al mismo sector del aeropuerto, en el mismo avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea argentina, otro cargamento, un millón de vacunas AstraZeneca, enviadas en este caso por el gobierno de Alberto Fernández, que autorizó el envió de la manera más transparente que se puede tener: un decreto del Poder Ejecutivo, a partir de un pedido formal del gobierno boliviano, que fue elegido de manera abrumadora en elecciones hace apenas un año.
Ese cargamento es acompañado por una dotación de cascos blancos, una fuerza humanitaria que Argentina despliega en distintos destinos del mundo. Llegan también la Ministra de Salud y funcionarios argentinos. Lo hacen a plena luz del día, los recibirán funcionarios bolivianos, la prensa y el pueblo. Nadie puede objetar un hecho humanitario. Obvio que un hecho como de aquel avión enviado por Macri es para ocultar y repudiar por su contenido; en cambio, este avión que envía Alberto Fernández es para reivindicar y mostrar que éste trae salud, solidaridad y vida.
Hace algunos meses, cuando se conoció la noticia de que Argentina fabricaría vacunas contra el COVID-19, muchas fueron las consultas realizadas por la prensa local sobre la posibilidad de que Argentina compartiera esas vacunas. Era natural que un gobierno como el de Alberto Fernández se solidarizara dando lo que tiene, no lo que le sobra, así entendemos la solidaridad desde un gobierno argentino que batalla desde el primer día y entiende que la lucha debemos darla junto a los pueblos de la región y de los gobiernos que trabajan conjuntamente para paliar las consecuencias de esta pandemia mundial.
Está muy claro el antagonismo entre los proyectos que gobernaron en el pasado y en la actualidad, entre sus opiniones y acciones, tal como lo define el diccionario. Hoy, Argentina y Bolivia trabajan juntas, se desarrollan juntas, y juntas luchan para terminar con la pandemia, ya no vienen municiones y armas como hace dos años, hoy es salud y solidaridad.
Es realmente gratificante que el gobierno argentino no se quede solo en palabras y avance con ayuda concreta y necesaria, si bien las palabras de Alberto Fernández pidiendo disculpas y expresando dolor y vergüenza por el hecho de que un gobierno argentino enviara armas para reprimir al pueblo boliviano que salía a defender la democracia, muestra los antagonismos entre un gobierno como el de Macri que apostó a la muerte y este de Alberto Fernández que apuesta por la vida.
Ariel Basteiro es embajador de Argentina en Bolivia.