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Convivir con el COVID sin morir en el intento

ORDEN CAÓTICO

La seguidilla de oleadas de contagios y de nuevas variantes del COVID- 19 van a continuar luego de que Ómicron deje de estar de moda. Los primeros 12 meses de la pandemia, críticos para encarar el problema con una visión de mundo, transcurrieron en un escenario global en el que los líderes mundiales relegaron la coordinación y prevaleció el sálvese quien pueda, olvidando que o nos salvamos todos o ninguno.

El escenario más probable es que enfrentemos una endemia. En Europa las autoridades sanitarias empiezan a asumir esta hipótesis y se habla de vigilar al COVID como si fuese una gripe fuerte.

En este escenario, lo que considerábamos trastornos temporales se convierten en trastornos permanentes para la economía, la vida doméstica y la gestión pública. La inevitable movilidad humana, los cuestionamientos religiosos e ideológicos a las vacunas y hasta el tráfico de animales son factores de persistencia para la transmisión del virus.

La vacunación masiva va a seguir siendo pertinente, pues gracias a ella los nuevos casos son menos severos y la mortalidad es reducida; el desarrollo de nuevos medicamentos para tratar la infección está ahora en una fase que promete y lo que se espera ahora es una mayor innovación en medidas de seguridad y bioseguridad.

Si los trastornos provocados por el COVID van a ser permanentes, se abren nuevos terrenos de requerimientos vitales: por ejemplo, se necesitarán laboratorios más sofisticados para producir vacunas masivamente —en Bolivia, hablamos de al menos 8 millones de dosis anuales—, medicamentos genéricos para tratar la infección e implementos de seguridad. De cualquier manera, necesitaremos proporcionar estas soluciones a toda la población: será el nuevo estándar de salud.

Para aprovechar esta ventana de innovación en Bolivia será preciso un diseño detallado de asociación público/privada que incluso contemple alianzas internacionales, con esquemas de incentivos y regulaciones calculados con precisión, pues el equilibrio puede ser frágil. Si lo hacemos bien, será un golazo para el país: produciremos los insumos necesarios para mantener la endemia controlada permanentemente. Si lo hacemos mal, el impacto irá en desmedro de nuestra balanza comercial.

Una segunda ventana de oportunidad se abre en el campo de la educación: no podremos mantener la virtualidad en todas las situaciones, así que lo más seguro es que transitemos hacia una semi-presencialidad. El escenario tendencial es que colegios y universidades del sector privado se adapten con algún rezago, pero que eventualmente lo logren, mientras el sector fiscal siga esperando el regreso de las condiciones imperantes desde hace 200 años. En este caso, las brechas entre la educación pública y la privada se ensancharán exponencialmente.

El segundo escenario (darwinista) es que las autoridades sectoriales pongan a disposición de los alumnos contenidos e infraestructura para que ellos accedan a programas más avanzados que los que las limitaciones actuales les permiten. Un puñado poco desdeñable de jóvenes del sector fiscal se beneficiarán de estas facilidades y lograrán cerrar las brechas.

El tercer escenario implica ponerle el cascabel al gato a todo el sistema fiscal y potenciar el acceso a más y mejor internet, innovar en metodologías de aprendizaje, optimizar los contenidos y dotar de equipos e infraestructura para que el sector fiscal garantice calidad para toda la población.

Otros ámbitos donde se presentan retos para superar con innovación y creatividad son los del turismo, los espectáculos culturales y los eventos deportivos. De nuevo, lo híbrido se impone como modalidad. Vale cada minuto que se le dedique a aprender cómo están lidiando, por ejemplo, los países que acostumbran a recibir más de 5 millones de turistas al año.

Por último, pero no por ello lo último, habrá que pensar en accesos y facilidades para las personas mayores, que proporcionalmente irán ganando peso en la pirámide poblacional.

Al final de cuentas, los ganadores serán quienes logren innovar en servicios híbridos y generen soluciones compatibles con una situación más o menos permanente de contagios, resolviendo problemas cotidianos con soluciones inventivas en comercio minorista, banca, educación formal y no formal, trámites, etc.

Pablo Rossell Arce es economista.