Monopolios contra el comercio internacional
Rolando Kempff, licenciado en economía de la UMSA, académico de Número de la ABCE y Presidente de la Federación de Empresarios Privados de La Paz (FEPLP)
El comercio exterior boliviano que durante el 2021 pudo lograr un gran superávit comercial por 1.471 millones de dólares, necesita contar con las vías de exportación expeditas para que le permita al país seguir creciendo.
Lamentablemente, esta actividad —generadora de divisas y creadora de nuevas fuentes de trabajo digno— tiene que sufrir las consecuencias de actividades monopólicas que deben ser resueltas por el gobierno.
Por un lado está el transporte por carretera, que con medidas de presión no permitió que el ferrocarril Arica-La Paz volviera a operar.
Entre estas conexiones está el ferrocarril, especialmente el que vincula La Paz con Arica, más ahora que se presentan filas de cientos de vehículos demorados en la frontera con Chile y otros países, por los controles sanitarios impuestos por sus autoridades.
Carlos Gill, accionista de Ferroviaria Andina, explicó que la prueba técnica que se hizo el año pasado en los 616 kilómetros del tramo ferroviario fue satisfactoria.
Las ventajas del ferrocarril como medio de transporte de carga: un caballo de fuerza (HP) en un camión que circula por una vía pavimentada puede mover 150 kilogramos, mientras en la ferrovía, 500 kilogramos. Si queremos transportar una tonelada de mercancía por carretera necesitaríamos un litro de combustible para recorrer 23 kilómetros, mientras que en el ferrocarril se recorrerían 90 kilómetros.
La empresa privada está a cargo de las vías férreas en el país y está cumpliendo con su papel de inversor, mejorando los servicios que presta a los exportadores e importadores de productos. Y, debemos aprovechar este medio que, como se ha demostrado con estadísticas, no quitará el trabajo a los camiones de carga que ahora trasladan la mercadería hacia/desde los puertos que utilizamos.
Cynthia Aramayo, gerente de Ferroviaria Andina, fue clara al afirmar que el transporte ferroviario es complementario a los demás medios de transporte, y que mejoraría la competitividad del comercio boliviano.
Otro monopolio que afecta nuestras exportaciones es el Transporte Aéreo Boliviano (TAB), empresa que se encarga del transporte de carga hacia mercados internacionales, que debido a los problemas que enfrenta no puede cumplir con su tarea de llevar la carga fuera del país.
En este caso, desde la Cámara Nacional de Comercio se pide que el gobierno considere la posibilidad de abrir los cielos para el ingreso de una nueva línea aérea que pueda poner las naves necesarias para las exportaciones. Se debe considerar la construcción de un aeropuerto hub en La Paz.
La demora en los envíos perjudica las exportaciones, pues no se cumplen los compromisos adquiridos. Si se quiere que las exportaciones sigan en crecimiento, este sector debe tener todos los medios disponibles para incrementar las ventas al exterior.
Como lo señala un estudio de la ALADI, dentro de los procesos y operaciones que se llevan a cabo para realizar transacciones en el comercio internacional, el transporte es uno de los más importantes, pues se ha convertido en una actividad de suma relevancia dentro de cada operación de importación y exportación de los países, consolidándose como una variable imperativa en el alcance de los niveles de competitividad de una empresa en el mercado. “El transporte ha ido cobrando cada vez una mayor importancia en los países industrializados, emergentes y en vía de desarrollo, convirtiéndose así en una actividad básica desde un escenario económico y social, en el que se convierte en un contacto entre consumidores y productores”.
Si queremos mejorar la competitividad de los productos nacionales en el mercado internacional, este sector debe contar con todos los medios necesarios para rebajar costos y lo más importante, cumplir los plazos de entrega.
Rolando Kempff Bacigalupo es economista, presidente de la Cámara Nacional de Comercio y miembro de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas.