Macron: entre la guerra y la paz
La historia contemporánea ha retado al más singular dirigente europeo para enfrentar desafíos tanto internos en su país como externos en su condición de presidente pro tempore de la Unión Europea, que lo colocan en la línea de frente del pleito ruso-ucraniano que sacude al planeta entero, con el riesgo de provocar la tercera guerra mundial, que por la implicación de las potencias nucleares podría convertirse en una apocalíptica guerra final. Tamaña responsabilidad reposa (entre otros) en aquel joven que a sus 39 años logró aquella remarcable victoria electoral en 2017, aplastando a los tradicionales partidos de izquierda y de derecha, usando el instrumento político de su inspiración, apropiadamente denominado En marcha…
Cuando en su primer quinquenio comenzaba a ejecutar su programa gubernamental de impecable corte tecnocrático para modernizar las vetustas estructuras económicas y sociales que Francia padecía durante décadas de soslayar agudos problemas en esos campos, apareció ese enemigo invisible y poderosamente letal: el virus del COVID-19 cuya propagación universal golpeó fuertemente a Francia, sin clemencia alguna para pobres y ricos por igual. Emmanuel Macron, con admirable sangre fría, organizó sus comandos sanitarios defensivos y aminoró en gran medida los efectos mortíferos de la pandemia. Apenas mitigado el mal, surge —ahora— en pleno corazón europeo el conflicto que enfrenta la Federación Rusa con Ucrania, coincidiendo con el calendario electoral francés para escoger a un nuevo mandatario o reelegir al actual. Hábil estratega político, Macron decidió esperar hasta el último minuto el anuncio de su candidatura, debilitando los flancos opositores que en el costado derecho parió tres opciones: dos de extrema derecha (Le Pen y Zemmour) y la tercera, conservadora moderada (Pecresse). Mientras que por la izquierda se anota Jean Louis Melenchon (Francia Insumisa) y otros retaceos sin importancia. Según todas las encuestas, en el escrutinio del 10 de abril próximo, Macron obtendría 25% en la primera vuelta, seguido por alguno del par neofascista que bordean el 17% cada cual. Se descuenta que el presidente vigente sería reelecto cómodamente en el balotaje que se realizará en mayo. La guerra europea atrapa a Macron en agitadas jornadas de mediación entre los beligerantes, mermando sus presentaciones cerca a los electores, lo cual si bien perjudica la clásica gimnasia electiva, por otro lado le asegura el apoyo de la mayoría silenciosa que, con explicable cautela, no favorecería el cambio de timonel en plena conflagración bélica de insospechados efectos. Europeísta convencido y convincente, Macron se desenvuelve con maestría en el viejo continente, aunque su carisma tiene menos éxito cuando debe lidiar con duros como Putin o Xi Jinping, y ahora cara a cara con el gélido Putin. En el escenario galo, la proximidad de la jornada electoral causó la multiplicación de libros sobre Macron y su enigmática vida privada y controvertida acción pública. La lectura detenida y objetiva de todos ellos, me llevó a detenerme en el más polémico, Le traitre et le néant (El traidor y la nada), en cuyas 629 páginas (Ed. Fayard) los periodistas Gerard Devet y Fabrice Lhomme tratan —sin éxito— de empañar la personalidad de Macron, a través de reportajes grabados a dos docenas de personalidades que de una u otra manera conocen de cerca al protagonista. Curiosamente, publican también la lista de 90 individualidades que se negaron a acceder a sus interrogatorios. En apretada síntesis, los autores insisten en calificar como un acto de traición la candidatura presidencial de Macron siendo ministro de François Hollande, provocando el retiro de éste y luego la gran expectativa suscitada por el triunfador, cuya gestión gubernativa, para ellos, se traduce en una palabra: nada. Sin embargo, a través de sus propias pesquisas el lector admirará que un joven aspirante, sin partido ni ideología definida, armado tan solo de sus altas calificaciones académicas y su innegable carisma, hubiese sido capaz de eliminar poder político a centenarias corrientes liberales y socialistas y de imponer su sello solitario en la conducción de la V República. Al cabo de cinco años de victorias y fracasos, Emmanuel Macron se apresta a ganar nuevamente el solio del palacio Eliseo para consolidar su programa nacional y la proyección de Europa en el ruedo internacional.
Carlos Antonio Carrasco es doctor en Ciencias Políticas y miembro de la Academia de Ciencias de Ultramar de Francia.