Respecto a la desigualdad boliviana
Ante las aseveraciones de algunas personas sobre que las medidas asumidas por la línea política del actual Gobierno no muestran resultados ni impacto en la sociedad, es necesario desnudar la fiabilidad sobre la veracidad de estos argumentos.
En tal sentido, si bien el análisis que se requiere es amplio, nos limitaremos a mostrar el impacto que las políticas públicas han tenido en la reducción de la desigualdad, concentrándonos en tres periodos: antes de 2006, de 2006 hasta 2019 y de 2019 hacia adelante. Ello permitirá corroborar si efectivamente existe o no evidencia de un cambio en la sociedad a partir de las políticas públicas implementadas.
El principal indicador que describe el comportamiento de la desigualdad es el Índice de Gini (o Coeficiente de Gini) que, según definición del Fondo Monetario Internacional, mide la desigualdad en la distribución de los ingresos de los hogares: entre más cerca se encuentre de 1, existe mayor desigualdad; por el lado opuesto, si el valor se acerca a 0, la desigualdad es prácticamente inexistente.
En ese sentido, el primer periodo (antes de 2006) se caracteriza por una elevada desigualdad entre los ciudadanos bolivianos, derivada de un modelo económico donde se priorizaba el libre mercado, no se precautelaba los recursos naturales en beneficio de la sociedad, se eliminaban las empresas públicas y el mercado externo era priorizado por sobre el mercado interno.
Como resultado de este modelo, el Coeficiente de Gini calculado por el Banco Mundial muestra el indicador preocupante de 0,616 para 2000, es decir que ese año se registró la desigualdad más alta en el país, lo que significa que el dinero de los bolivianos se concentraba en pocas manos mientras el resto se empobrecía.
En el siguiente periodo (2006-2019) se cambia de modelo económico; las políticas apuntan a un Estado interventor de la economía, por lo que se nacionalizan los recursos naturales, se nacionalizan empresas, se crean más empresas públicas (cuyos ingresos sirven para los bonos Juancito Pinto, por ejemplo), y se inicia un periodo de industrialización de la mano del Estado, entre otros aspectos.
Los resultados se reflejan en un Coeficiente de Gini de 0,416 en 2019, lo que significa que la desigualdad se reduce en 20 puntos respecto a 2000. Un avance muy significativo, ya que demuestra que la desigualdad disminuye de manera considerable; en sí, el nuevo modelo económico tiene resultados favorables para el conjunto de la sociedad, con datos avalados por el Banco Mundial.
Para el periodo 2020 en adelante es necesario dividir el estudio en dos partes: 2020 (periodo de un gobierno improvisado) y 2021 a la actualidad (nuevo gobierno).
En 2020 la desigualdad se incrementa de 0,416 a 0,45, según la Unidad de Análisis de Políticas Económicas y Sociales. Dicho año es caracterizado por la implantación de políticas sin planificación y la desarticulación del Estado, que conllevó a estos resultados negativos, sin desmerecer el efecto económico derivado del COVID-19.
De 2021 en adelante aún no existen datos oficiales, pero se espera que la desigualdad continúe con la tendencia a disminuir, ya que se retomó el modelo económico vigente por casi 15 años, profundizando las políticas orientadas a equilibrar la balanza entre ricos y pobres, por ejemplo a través de la creación del Régimen de Reintegro del Impuesto al Valor Agregado (RE-IVA), que devuelve dinero en efectivo a personas que tengan ingresos menores o iguales a Bs 9.000 mediante sus facturas de compra; y el Impuesto a las Grandes Fortunas (IGF), que alcanza a las personas opulentas con un patrimonio mayor o igual a Bs 30 millones, con un tributo específico por su fortuna, al mejor estilo de Robin Hood.
En síntesis, los datos internacionales del Banco Mundial muestran que el actual Gobierno sí ha tenido medidas acertadas de impacto positivo en la sociedad, en la que la brecha entre ricos y pobres poco a poco viene disminuyendo. Sin duda existen otros aspectos que merecen atención del Gobierno, pero no se puede desmerecer los avances ya logrados y respaldados con información estadística.
Wilson Atahuichi es economista.