¡Hay que detener la escalada militar israelí a tiempo!
Las peligrosas prácticas del gobierno de ocupación israelí en Palestina y su desafío a la comunidad internacional, y el último anuncio del primer ministro de nuevas miles de unidades de asentamientos en Cisjordania se han convertido en un obstáculo y en una grave crisis que perjudicará a la región ante la falta de un horizonte político y la continua escalada israelí.
Israel está escalando deliberadamente a la luz de sus engañosas llamadas a la calma. Los crímenes diarios perpetrados por los colonos conducen a la confrontación y a incrementar la tensión en los territorios palestinos ocupados. Estas acciones son incompatibles con los esfuerzos realizados por alcanzar la tregua para hacer que el sagrado Mes de Ramadán y la Semana Santa transcurran en paz y tranquilidad.
La última manifestación de la escalada israelí fue la provocativa incursión del ministro de Relaciones Exteriores israelí, Yair Lapid, en la ciudad vieja de Jerusalén, ocupada por el régimen de apartheid israelí, el 3 de abril. Ese mismo día, Aviv Kohavi, jefe de Estado Mayor del ejército de ocupación israelí, dijo que había dado instrucciones al ejército para que se preparara para la “operación militar en Gaza”; asimismo, el ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, también emitió una amenaza a Gaza y dijo que los palestinos saben muy bien lo que sucederá en la Franja de Gaza si la situación en Cisjordania se escala. Paralelamente, el extremista primer ministro israelí, Neftalí Bennett, y su Ministra del Interior están llamando a los civiles israelíes a portar armas en el proceso oficial más claro de incitación a la violencia y al asesinato, brindándoles protección y otorgándoles los permisos necesarios para continuar con sus agresiones y con los continuos ataques de terror, mientras que los civiles palestinos indefensos siguen bajo la opresión del ejército de ocupación y las organizaciones de asentamientos sin recibir protección de nadie. Las intenciones y planes israelíes apuntan a escalar la situación del conflicto, empujándolo hacia la violencia para servir a los intereses de la ocupación y a sus proyectos coloniales expansionistas en el territorio del Estado de Palestina.
La ocupación y sus prácticas son la causa básica de la violencia y un motivo de gran preocupación. Dichas prácticas deben eliminarse para crear una nueva realidad más tranquila y pacífica. El gobierno de ocupación es el responsable de esta escalada y de sus repercusiones. Sus medidas y prácticas no cambiarán la identidad de la tierra y no desalentarán a los palestinos para adherirse a su derecho a la resistencia popular pacífica y legítima en defensa de sus derechos nacionales.
Todo ello prueba la falsedad de los llamamientos israelíes a la calma y sus reclamos de preocupación por esta situación, en un engañoso intento de responsabilizar a los palestinos por la escalada de tensión que el gobierno de ocupación y sus colonos practican contra el pueblo palestino.
Hasta este momento, la parte israelí no ha abierto ni una sola investigación sobre estos crímenes, es más, todos ellos se llevan a cabo en presencia y con la protección del ejército y de la policía de ocupación que vigilan y observan los ataques de los colonos y elementos del terrorismo brindándoles protección. El gobierno de ocupación ofrece cobertura legal, apoyo de seguridad y protección, interviniendo para reprimir cualquier intento palestino de autodefensa y permitiendo la práctica de estos crímenes a la vista de las instituciones internacionales.
La comunidad internacional no se debe dejar llevar por la engañosa propaganda israelí con respecto a la tregua, tiene que responsabilizar al gobierno israelí por la escalada y por sus crímenes. Es necesario brindar protección internacional a los palestinos para frenar a la institución ocupante. Hay que detener esta política que empuja a una situación explosiva y de tensión en el área. El terrorismo israelí y la política de apartheid practicada por el gobierno ocupante son innegables. No es posible permanecer en silencio ante estos crímenes. Hay que recordar a la comunidad internacional su reciente actuación ante otros conflictos, guerras y crímenes de lesa humanidad cometidos en otras partes del mundo, debe tenerse presente que la diferenciación entre unas víctimas u otras es una forma de romper el equilibrio legal y moral. La comunidad internacional debe ser audaz para trascender la política de doble moral y triunfar a la legitimidad y sus decisiones que enfatizaron la justicia de la causa del pueblo palestino y su legítima lucha por la libertad y la independencia.
Mahmoud Elalwani es embajador del Estado de Palestina en Bolivia.