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¿El inicio de la química básica en Bolivia?

TRIBUNA

En noviembre del pasado año, con la aprobación del Plan de Desarrollo Económico y Social (PDES), se establece nuevas metas quinquenales para cumplir la Agenda Patriótica del Bicentenario. Esta versión del PDES incorpora en su diseño 10 “ejes” que son articuladores de política pública entre la planificación de largo plazo, con la de mediano plazo; entre ellas, el eje 2, relacionado con la industrialización con sustitución de importaciones, que establece, entre otras metas, la implementación de la industria de la química básica para la producción de: ácido sulfúrico, ácido clorhídrico, carbonato de sodio, hidróxido de sodio e hidróxido de calcio.

La industria de la química básica es una de las más rentables a nivel mundial, con un aporte por demás interesante en el PIB en aquellos países donde fue implementada. En México representa el 2% de su PIB total, generando alrededor de 300.000 empleos y apoyando a más de 5.000 unidades productivas; en el caso de Chile, representa el 2% de su PIB total, con alrededor de 300 empresas dedicadas a esta industria y con 50.000 empleos. El informe del Consejo Internacional de Asociaciones Químicas (The Global Chemical Industry: Catalyzing Growth and Addressing Our World’s Sustainability Challenges) establece que la industria de la química básica aporta con $us 5,7 billones al PIB mundial y genera alrededor de 120 millones de empleos, proyectando un crecimiento aproximado del 4,5% anual hasta 2030.

En Bolivia, la meta de esta industria es lograr una producción de 300.000 toneladas métricas al año, que según el PDES permitirá la sustitución del 100% de las importaciones de productos de química básica, beneficiando a más de 1.000 unidades de productivas a nivel nacional hasta 2025. Asimismo, se sabe que a la fecha el estudio de preinversión está en marcha, para luego iniciar la construcción con un estimado de Bs 1.000 millones hasta 2024. En cuanto a las características de los productos generados por este complejo productivo, se tiene:

Ácido sulfúrico, utilizado como insumo para la generación de productos finales e intermedios de la maderera, textil y de fertilizantes, entre ellos el ácido fosfórico, de amigable absorción y asimilación en los sembradíos.

Ácido clorhídrico, utilizado como reactivo en la agroquímica o en la industria de la construcción. Sus aplicaciones también alcanzan al tratamiento de aguas industriales, decapado de metales en industria metalúrgica, potabilización de agua o la refinación de aceites.

Carbonato y el hidróxido de sodio, utilizado para la fabricación de productos de limpieza, en el sector farmacéutico, en el de tratamiento de agua, en la fabricación de papel, explosivos, tinturas y productos de petróleo.

Hidróxido de calcio, compuesto muy requerido en la industria de la construcción, por sus características de aglomerante; en el sector minero siderúrgico para la extracción de minerales no ferrosos, y en el sector de la agricultura como reductor de la acidez de los suelos.

Entre los países importadores de estos productos se encuentran: Brasil, Chile, Estados Unidos, Alemania, India, Francia, China; entre los exportadores, están Canadá, Alemania, Corea del Sur, Japón, Perú, entre otros.

Es evidente que estos productos, de seguro, dinamizarán varios sectores productivos de nuestro país, generando mayor competitividad en sus productos por la reducción de sus costos de producción traducidos en los precios finales de venta hacia la población, o generando mayor accesibilidad para nuevos negocios o emprendimientos en productos derivados o servicios asociados. No obstante, queda mucho camino por andar y mucha información por evaluar. Sin duda alguna es el inicio de un nuevo ciclo productivo en nuestro país, es el inicio de la química básica en Bolivia.

Christiam Cordero Rocha es ingeniero industrial.