Incremento salarial y desempleo
Se dice que un incremento al salario mínimo repercute negativamente en una economía, principalmente por el hecho de despedir trabajadores en empresas, generando desempleo, pero esta afirmación no pareciera ser tan cierta en nuestro país.
La Cámara Nacional de Industrias (CNI) expresó su preocupación por la demanda y pidió que se “congele el ajuste salarial” para precautelar la reactivación económica y la generación de empleo. La Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) alertó que el incremento se evidenciará en pérdida de fuentes de trabajo, informalización y precarización laboral, insostenibilidad económica y financiera, y la imposibilidad de realizar nuevas contrataciones e inversiones, “lo que derivará en problemas sociales, ocasionados por la desocupación y sus secuelas”.
Para 2022, con el Decreto Supremo 4711 del 1 de mayo, se aprobó el alza salarial del 3% al haber básico (sector salud y educación) y del 4% al salario mínimo nacional.
Para esta oportunidad, tomaré en cuenta cinco años en los que se pudo evidenciar que no es tan cierto lo que señalan la CNI y la CEPB sobre el desempleo, más al contrario, en nuestro país, un incremento al salario mínimo no hizo aumentar el desempleo. Asimismo, en el periodo de 2015 a 2019 (años con incrementos salariales), la tasa de desempleo abierto urbana disminuyó de 4,6% en 2015 a 4,3% al tercer trimestre de 2019.
David Card, Nobel de Economía 2021, con su investigación Salarios mínimos y empleo estudió las consecuencias de la subida del salario y contradijo la teoría de que ésta acababa expulsando a los trabajadores, y demostró que un aumento del salario mínimo no incrementa el desempleo.
Según el INE, en 2015 hubo un incremento al salario mínimo nacional (SMN) de 15% con relación a la gestión anterior y la tasa de desempleo alcanzó a 4,6%; en 2016 el aumento fue del 9% y la tasa se redujo a 4,4%; en 2017 las cifras fueron 11% y 4,5%, respectivamente; en 2018, de 3% y 4,3%; a octubre de 2019, de 3% y 4,3%. Es decir, dichos incrementos no subieron la tasa de desempleo en el país, en promedio el aumento al SMN fue de 8% y la tasa de desempleo se redujo en 2%.
En 2020, la tasa de desempleo alcanzó a 8,4%; sin embargo, al primer trimestre de 2022, según las Oficinas Nacionales de Estadística (ONE), la tasa de desocupación en el área urbana alcanzó a 5,9%, siendo con la de Ecuador (5,5%) de las más bajas de la región. La tasa más alta es de Colombia con 13%, seguido por Brasil, con 11,2%.
La teoría económica nos dice que el aumento de la producción ofrecida eleva el nivel de empleo; en ese sentido, el Gobierno ha puesto a disposición de las empresas una serie de políticas económicas para mejorar su productividad, entre las cuales están el Fondo de Garantía para el Desarrollo de la Industria Nacional (Bs 150 millones), para garantizar hasta el 50% para nuevos créditos productivos en el sistema financiero nacional; el Fideicomiso para la Reactivación y Desarrollo de la Industria Nacional (Firedin-SIBOLIVIA, con Bs 1.261 millones), destinado a otorgar créditos a micro, pequeñas, medianas y grandes empresas a una tasa de interés del 0,5%; los Fondos de Garantía de Créditos para el Sector Gremial y el fortalecimiento del Fondo de Garantía de Créditos de Vivienda de Interés Social, entre otros.
Las condiciones para mejorar la productividad de las empresas, industrias, están dadas, dependerá del interés de cada una de ellas hacerlo; por otro lado, se ha observado y evidenciado con datos que el incremento al salario mínimo durante los periodos de análisis, no generaron desempleo como señalan la CNI, la CEPB, la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco), etcétera.
Romer Bello Bernal es economista.