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Justicia de datos

Internet a la boliviana

El proceso de datificación de las sociedades implica la extracción de datos personales y no personales de las más diversas actividades. Imaginemos una persona que sale a pasear a sus perros en la mañana y pensemos ahora qué datos se extraen de esa actividad, por mencionar algunos: hora de la salida, duración, cantidad de pasos, recorrido, imágenes cada vez que pasen delante de cámaras de seguridad, tipo de comida, variedad y precios de otros artículos para perros que adquiera, con quién vive esa persona, cómo se siente durante el paseo, antes y después, etc. etc. Muchos datos, y se extraen muchos más.

¿Para qué se usan esos datos? Principalmente para estudios de marketing comercial, aunque también se han usado para campañas políticas. Un ejemplo de uso comercial podría ser: si la hora del paseo coincidiera en esa zona con la hora de salida de otros perros quizás se podría pensar en que un camión con promoción de alimento de perros saliera a esa hora por esa zona, de manera que se pueda colocar más ventas promocionales y generar competencia. Eso suena como una estrategia justa de mercado.

Pero si nos ponemos a pensar que se realice un perfilamiento con estos datos, es decir, identificar que las personas que viven solas, tienen un perro que sacan a pasear a una hora determinada y se compran un café en el camino tienen un alto índice de depresión y sentimiento de vacío en la vida, y ese camión saliera a hacer promoción de alimento con publicidad que dijera que los animales son los únicos seres en quienes se puede confiar, que los seres humanos fallan pero los perros no y, por eso, merecen el mejor alimento, ¿sigue sonando como acciones totalmente justas de mercado?

Si bien hay incontables casos de uso publicitario de emociones de manera poco ética a lo largo de los últimos 50 años, la capacidad de uso de computadoras para el análisis de datos multiplica por miles ese desbalance de poder, y con gobiernos débiles como suelen ser los del hemisferio sur del mundo que no regulan o regulan muy poco estas actividades privadas, sumado a la escasa información y formación por parte de la sociedad civil para ejercer control social y tener un rol más activo, finalmente tenemos un panorama de explotación de datos con resultados injustos y que incrementan las inequidades sociales y económicas.

Como dijimos, además estos perfilamientos con datos personales también se realizan en campañas políticas cuyos resultados son el incremento de polarización y desintegración social.

Estas problemáticas se recogen en el debate de la gobernanza de datos y de justicia de datos que está completamente ausente en Bolivia, y carecemos de políticas públicas o políticas empresariales éticas al respecto.

Eliana Quiroz es ciberactivista y burócrata. blog: www.internetalaboliviana. word-press.com