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Renta Dignidad, un beneficio garantizado

TRIBUNA

En el devenir de la vida, las personas permanentemente tienen que tomar decisiones en diferentes escenarios de certidumbre e incertidumbre, una de las cuales está relacionada con el ciclo de vida de cada una de ellas; la vejez forma parte ineludible de ella, un proceso fisiológico en el que se producen cambios físicos, psicológicos y sociales que impiden paulatinamente la generación de recursos económicos, que dificultan solventar las necesidades básicas.

El Estado boliviano garantiza los derechos de las personas adultas mayores a una vejez digna, con calidad y calidez humana, proporcionando la Renta Dignidad, precautelando los recursos necesarios para efectuar el correspondiente pago, en observancia al ordenamiento jurídico emanado por el marco constitutivo y normativas conexas.

La Renta Dignidad es un pago mensual y de carácter universal que provee el Estado Plurinacional de Bolivia a las personas de 60 o más años de edad, residentes en el país, con el objeto de que cuenten con una vejez digna. Desde su creación, en 2007, los beneficiarios alcanzaron a 752.338 personas, a su vez, para diciembre de 2021 el número total alcanzó a 1.140.882, en tanto que en abril de 2022 la cantidad de personas que se beneficiaron fue de 1.053.197. Por otra parte, los montos pagados por dicho beneficio se incrementaron de Bs 1.616 millones en 2008 a Bs 4.743 millones en 2021, siendo que en abril de 2022 este monto alcanzó a Bs 928 millones.

Como se puede evidenciar, la cantidad de beneficiarios se fue incrementando, así como el monto pagado en el lapso de 14 años, denotando una tasa de crecimiento que está alrededor del 52% con relación al número de beneficiarios y 194% referida a los montos pagados. Esta diferencia se debe, entre otros aspectos, a que la población adulta mayor aumenta debido a las mejores condiciones de vida que suben la esperanza de vida de las personas al nacer; al mismo tiempo, se destaca que la Renta Dignidad se incrementó, desde su creación en 2007 a la fecha, en 90% para los rentistas y 117% para los no rentistas.

Es importante mencionar que el Fondo de la Renta Universal de Vejez (FRUV) cuenta con los recursos necesarios para pagar la Renta Dignidad, con fuentes de financiamiento establecidas en la Ley 3791 de 28 de noviembre de 2007 y el Decreto Supremo 29400 de 29 de diciembre de 2007, en las que se establece que el 30% de todos los recursos percibidos del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (de gobiernos departamentales, municipales, Fondo Indígena y Tesoro General de la Nación) y los dividendos de las empresas públicas capitalizadas/nacionalizadas se destine al mencionado fondo.

Por otra parte, la emisión del Decreto Supremo 4716, de 11 de mayo de 2022, no se constituye en un mecanismo de financiamiento directo para el Fondo de Renta Universal de Vejez, tiene por objeto “coadyuvar al financiamiento” de dicho fondo con recursos de las utilidades que genere la Gestora, que “podrán” ser transferidos al Fondo Solidario y/o al Fondo de la Renta Universal de Vejez; en tal sentido, no se determina la obligatoriedad de transferir recursos al FRUV. Por lo establecido precedentemente, las fuentes de financiamiento para el pago del referido fondo cuentan con el respectivo marco normativo que garantiza su pago.

Finalmente, cabe mencionar que la realidad económica que atraviesa nuestro país, en pleno proceso de reactivación económica con medidas que están siendo adoptadas a través de políticas públicas enmarcadas en el modelo económico social comunitario productivo, reconocido por instituciones extranjeras como Economist Intelligence Unit y otros organismos internacionales, que destacan la fortaleza del modelo aplicado en Bolivia, garantizan el cumplimiento de las obligaciones del Estado.

La Renta Dignidad es parte de las medidas adoptadas al amparo del exitoso modelo económico boliviano, constituyéndose en un beneficio que ha generado un impacto positivo en los adultos mayores. La vejez es una etapa de la vida a la cual en algún momento todos llegaremos y con seguridad, para la mayoría de la población, estos recursos serán importantes para tener una vejez digna.

Gustavo Gómez es economista.