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¿Dónde está el maíz?

TRIBUNA

El maíz tiene un rol importante en la seguridad alimentaria del país; aparte de ser un grano de alto consumo humano, es alimento para la crianza de pollos, cerdos y vacunos; por tanto, influye en la oferta y demanda de productos básicos de la canasta familiar como la carne, huevo, leche y otros derivados.

En los últimos meses, la disponibilidad de maíz para el abastecimiento del mercado interno fue cuestionada. Resulta muy inusual y contradictorio que Bolivia tenga este problema, la oferta total que incluye la producción nacional e importación del grano, históricamente fue suficiente para atender la demanda interna. Entonces ¿dónde está el maíz?, la respuesta a esta interrogante puede tener varias aristas. Una posición intransigente es de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), ya que afirmó que se redujo la producción debido a la restricción para su exportación, algo totalmente falso; otra posición más racional y evidente es que los productores agroindustriales lo están usando como pretexto para presionar al Gobierno, para buscar una autorización del uso de biotecnología para cultivar transgénicos.

De acuerdo con el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras (MDRyT), en 2020 la producción de maíz llegó a 954.834 toneladas métricas (TM) y en 2021 se logró 981.254 TM, registrando un crecimiento de 26.420 TM, mostrando que la CAO miente a la población cuando afirma que la producción se redujo.

El MDRyT añade que Bolivia tiene una oferta nacional superior a la demanda interna de maíz, en 2019 se registró un superávit de 164.000 toneladas (t), en 2020 se tuvo un sobrante de 158.000 t y en 2021 de 145.000 t, y para 2022 estimaron un superávit de 34.000 t; por tanto, el Gobierno asegura que no hay desabastecimiento, más bien existe agio y especulación por parte de los agroindustriales, porque estarían ocultando el grano para comercializarlo cuando su precio suba.

Por otro lado, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2020 la exportación de maíz llegó a 3.464 t y en 2021 se exportó 57.703 t, incrementándose en 54.240 t. Los agroindustriales priorizan la exportación en desmedro del abastecimiento en el mercado interno y la seguridad alimentaria del país; en la presente gestión continúan dando mayor importancia al mercado externo, ya que a marzo de 2022 la exportación del grano ascendió a 2.874 t y el mismo periodo de 2021 fue de 731 t y en 2020 se vendió 311 t, representando incrementos de 293% y 825%, respectivamente, con lo que se vuelve a confirmar que la CAO miente.

La CAO y los agroindustriales crearon la escasez ficticia de maíz para presionar y chantajear a Bolivia, están pidiendo a gritos la inmediata liberación y autorización para la producción de maíz transgénico, argumentando que aumentaría la productividad y reduciría los costos de producción, lo que no fue demostrado. Al contrario, Pamela Cartagena, en su publicación denominada Producción de transgénicos en Bolivia: expectativas y problemas, advierte de los efectos perversos sobre la salud humana y ambiental, las desventajas económicas que representa, afirmando que existen evidencias de los serios riesgos que tiene en el medio ambiente y la biodiversidad.

En el fondo, el problema artificial generado por los productores se basa en intereses económicos mal intencionados de grupos de poder liderados por la CAO, que sueñan con semillas transgénicas que están prohibidas por la Constitución Política del Estado. Queda demostrado que los agroindustriales priorizan la exportación para tener mayores ganancias, que no está mal en sí, lo perverso se evidencia cuando estos intereses extremistas se anteponen a las necesidades de la población más vulnerable, poniendo en serio riesgo su alimentación y obligando a realizar mayores sacrificios económicos a las familias bolivianas.

De forma acertada, en el marco de la soberanía alimentaria, el Estado, a través de la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa), está garantizando el abastecimiento de maíz a precio justo. Asimismo, la mencionada empresa produciría 46.000 toneladas adicionales a la producción actual. Otra noticia positiva para el país es que la Empresa de Producción Agrícola Boliviana sembrará y obtendrá 15.000 t del grano. Estas son algunas de las medidas que harán frente al agio y especulación del sector agroindustrial, con la finalidad de reducir impactos económicos negativos en la población de menores ingresos.

Gróver Tapia Alcázar es economista.