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Neoliberalismo: ¿la historia sin final?

TRIBUNA

Paradójicamente, al transcurrir cierto tiempo un grupo de economistas tiene fijado en su pensamiento que la historia se puede repetir, pregonan a los cuatro vientos que el mejor escenario para el desenvolvimiento de la sociedad y, más aún, de la economía es el libre mercado, añorando las enseñanzas del viejo escocés Adam Smith. Sin embargo, no se dan cuenta de que la historia transcurre y se desplaza hacia adelante. Que la sociedad y la economía tienen que ir más allá del mercado como asignador de los recursos, ya que a estas alturas del desarrollo histórico, en una etapa posmonopólica del capitalismo el Estado juega un rol fundamental en la organización de la sociedad y la economía. Por lo que la literatura económica del norte está equivocada porque, por un lado, difunde el libre mercado, pero, por otro, los países realizan acciones proteccionistas.

El Modelo Económico Social Comunitario Productivo (MESCP), vigente desde 2006, tiene el mérito de mirar desde adentro la economía boliviana, ya no desde el exterior.

En ese sentido, el papel del Estado es demasiado importante. Cuando se retoma el Estado, tanto el excedente económico como el papel del Banco Central de Bolivia se constituyen en elementos centrales para pensar el crecimiento y el desarrollo económico con soberanía. En esta ocasión, tomaremos estos ejemplos para mostrar las virtudes del MESCP.

Por el lado de la economía, en el periodo neoliberal hubo una entrega del excedente económico al capital privado transnacional, vía privatización y capitalización, y a sus operadores internos, que fueron justificados por los economistas neoliberales, los que ahora pregonan volver a ese periodo. Incluso entregándoles el excedente económico, el modelo neoliberal se agotó a inicios de los años 2000, ya que el excedente fue a parar al exterior y solo quedaron los impuestos gravados a estas actividades, que al final no fueron suficientes para sostener el modelo neoliberal, generándose espirales de desequilibrios macroeconómicos que desembocaron en crisis sociales y políticas. Una vez retomado el control del Estado, el excedente se constituye en un instrumento central para pensar el desarrollo económico.

Los gobiernos desde Víctor Paz, Jaime Paz, Gonzalo Sánchez de Lozada, Hugo Banzer y Tuto Quiroga administraron el modelo neoliberal bajo una lógica de ceder la iniciativa económica al capital transnacional y local en un contexto de libre mercado. Al mismo tiempo que privatizaron las empresas estratégicas (YPFB, Entel, ENDE, LAB, ENFE y otras), entregaron toda posibilidad de crecimiento con soberanía y al desarrollo económico administrado desde el interior del país.

La política monetaria estaba sometida a los designios del Fondo Monetario Internacional (FMI) con la denominada independencia del BCB, como una institución al margen de la economía. Una vez retomadas las funciones del Estado en 2006, el BCB empieza a pensar en el desarrollo económico, una de las acciones centrales fue la bolivianización, con el objetivo de controlar soberanamente la política monetaria, puesto que administramos nuestra moneda y no el dólar norteamericano.

Por todo lo anotado, volver al pasado desastroso y sin soberanía es un salto al vacío. Se trató de hacerlo en 2019 con resultados desastrosos, que actualmente dificultan la construcción de un crecimiento sostenible. Queda por delante pensar y accionar el desarrollo económico mirando desde adentro, a partir de nuestra realidad y enfrentándonos a desafíos que se irán sorteando.

Efraín Huanca Quisbert es economista.