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De grabaciones e injerencias

TRIBUNA

Una mujer se encuentra en el avión “casualmente” con el Ministro de Justicia de Bolivia, le increpa —teniendo el cuidado de hacer la grabación correspondiente—, luego hace viral su hazaña en redes sociales y garantiza primeras planas en varios medios de comunicación.

Podría pensarse que actúa sola, pero el golpe de Estado de 2019 está muy fresco en la memoria de los bolivianos.

Como se supo después del golpe, la Autoproclamada fue designada en la Universidad Católica por un conjunto de políticos que no eran parlamentarios, algún embajador extranjero y la bendición de la Iglesia Católica.

El perfil definido en aquella ocasión, para el o la presidenta de facto, era, según María Galindo: “alguien funcional a todos, dispuesto a matar gente por si hubiera alguna revuelta, dispuesto a asumir con los militares en las calles, alguien que se dejara imponer gabinete de asesinos y asaltantes”.

Fue así que se concretó el más grande de los crímenes del siglo XXI contra el pueblo boliviano. La Autoproclamada, con sus cómplices, salió al balcón del Palacio Quemado y blandió una Biblia gigante, pretendiendo justificar con el libro, un acto ilegal e injustificable.

El primer país en reconocer al gobierno de facto fue Estados Unidos, cuyo presidente, Donald Trump, felicitó a los militares: “Estados Unidos aplaude al pueblo boliviano por exigir libertad y a los militares bolivianos por acatar su juramento de proteger no solo a una sola persona”.

El encargado de Latinoamérica en el Departamento de Estado de EEUU, Michael Kozak, pretendió dar legitimidad al gobierno de facto diciendo mendazmente que Áñez había sido “presidenta interina del Senado”. “Esperamos con interés trabajar con ella y otras autoridades civiles del país mientras organizan elecciones”, dijo. Siguieron las felicitaciones de los gobiernos de Gran Bretaña y de Brasil.

Directamente desde la Embajada de EEUU en La Paz, el funcionario Érick Foronda ingresó al Palacio con el cargo de Secretario Privado de la Autoproclamada y desde EEUU llegó Mohammed Mostajo como flamante Embajador de Ciencia, Tecnología e Innovación.

Las redes sociales apoyaron a la Autoproclamada, pero meses después se supo que las miles de cuentas de Facebook no eran de paceños, cochabambinos o cruceños, sino que operaban directamente desde Miami y eran propiedad de la empresa estadounidense CLS Strategies.

Bastó un año para que se paguen sendos beneficios millonarios en Entel, “prescriban” impuestos de ciertos empresarios, se compren gases lacrimógenos con sobreprecio y la estatal petrolera suscriba adendas lesivas al Estado, entre otros delitos. Sin embargo, lo peor de todo, fue el asesinato de decenas de hermanos bolivianos.

Ahora, en junio de 2022, el venezolano “disidente” Leopoldo López y algún trasnochado ultraderechista europeo defienden a la Autoproclamada. Entretanto, la hija, con lágrimas en los ojos, se encuentra casualmente con un ministro de Bolivia para acusarlo de injerencia en la Justicia, mientras prepara su viaje a un foro en Estados Unidos.

Patricia Montaño Durán es licenciada en Historia.