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¡Soy maestro!

TRIBUNA

En los últimos días, en Bolivia, a propósito de la conmemoración del Día de la Maestra y del Maestro (6 de junio), principalmente por medios de comunicación y redes sociales circularon expresiones que resaltan el rol de las y los maestros, así como felicitaciones por su labor en bien de la población. Cómo no sentirse bien ante estas expresiones de valoración y aprecio, sin embargo, estas congratulaciones también nos tienen que hacer pensar y replantear el sentido y significado de ser maestro, de «maestro de verdad» en el contexto actual. Por todo ello, principalmente desde mi propia vivencia de maestro comparto con ustedes algunas reflexiones y algunas propuestas al respecto:

1) Ser maestro es más que títulos y estudios —que no dejan de tener su valor—, es cuestión de vocación, de un proyecto de vida complementado por estudios de especialización. 2) Ser maestro, va más allá de enseñar y aprender, fundamentalmente de facilitador de la construcción de saberes y conocimientos en comunidad. Las y los maestros son como jardineros que cumplieron bien su rol, un día como las plantas florecen en primavera llega el momento que los saberes y conocimientos resplandecerán como producto de una acción comunitaria. 3) Ser maestro es pensar y sentir simultáneamente, quien más debe constituirse en un ser sentipensante debe ser el maestro que tiene que trabajar intensamente en la construcción de aprendizajes, pero también abrir su corazón para acompañar a las y los estudiantes en su vida misma. No hay buenos aprendizajes, menos enseñanzas, si éstos se desprenden de la vida y solo hacen simulación de la vida.

4) Ser maestro no se restringe únicamente a la pedagogía, didáctica y metodología que se desarrolla en el aula, es pensar y contribuir a generar «otra mujer y otro hombre nuevo» y «una otra sociedad». La educación es parte de las luchas sociales y de los procesos de transformación y construcción social, de esos procesos el maestro no puede estar ausente, así también educa. 5) Ser maestro, es un constante proceso de formación, sistematización e investigación, no solo en los centros de formación sino fundamentalmente en y desde la práctica educativa. El maestro tiene que ser ejemplo de procesos de educación permanente construidos y desarrollados en la práctica; tiene que demostrar de manera permanente que crea y recrea la educación y la pedagogía, y desde allí la sociedad; que es innovador de la teoría y la práctica educativa. 6) Ser maestro es ser parte de la comunidad, del barrio, de los grupos sociales; su convivencia con los sujetos sociales y comunitarios es vital para cumplir con su rol de educador.

7) Ser maestro es “ser educador de la sociedad”, se hace educación en el aula y también en la vida. Aunque el maestro tenga otros títulos, estudios y cargos de mayor jerarquía no puede dejar de pensar y actuar como educador; se hace bien cuando se le valora como licenciado, magíster, doctor, etc., pero será mucho más digno que a uno le reconozcan como maestro. No tiene sentido una nueva teoría aprendida ni título o cargo jerárquico si no se vincula con la experiencia y el reconocimiento del maestro. 8) Ser maestro, al igual o más que otras profesiones, es educar con el ejemplo, evidencia del posicionamiento ético-político del educador.

Se pueden expresar muchas reflexiones más. La situación actual es muy compleja, por cierto el maestro merece nuestras congratulaciones, más en su aniversario, pero en los hechos, en el día a día, la sociedad debe valorar el rol de los maestros en ella y crear las mejores condiciones para el cumplimiento de su misión, aunque recíprocamente los maestros tienen que cumplir su rol y misión, más en estos tiempos desafiantes de grandes cambios societales.

Por todo ello, asumiendo que el rol del maestro es fundamental para impulsar los procesos de transformación de la educación, más que exámenes de ingreso a las Escuelas Superiores de Formación de Maestros debemos vincular el ingreso a estos centros de educación superior a la consolidación de las vocaciones y la promoción de proyectos de vida en la educación secundaria; ampliar los cambios en la relación práctica-teoría, así como las estrategias que generan nuevas pedagogías y metodologías; y profundizar la transformación de la educación para generar las calidades educativas establecidas en la Ley de Educación 070 “Avelino Siñani-Elizardo Pérez”. Signos de lectura de nuestros tiempos e historias.

Noel Aguirre Ledezma es educador popular y pedagogo. Fue ministro de Planificación del Desarrollo y viceministro de Educación Alternativa y Especial.