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‘Mansplaining’

PENSAR

Mansplaining proviene de la unión de la palabra man (hombre) y del verbo en inglés to explain (explicar). Según el diccionario Oxford, “dícese de la actitud (de un hombre) que explica (algo) a alguien, normalmente una mujer, de un modo considerado, condescendiente o paternalista”. Aprendí sobre este término en el libro de Rebeca Solnit titulado Los hombres me explican cosas, en el que reúne un conjunto de ensayos sobre la violencia contra las mujeres. Justamente, el ensayo que da título al libro es el que explica este término, aunque Solnit aclara que, pese a que se le atribuye a ella el haber acuñado la palabra, ella no tuvo nada que ver.

Solnit narra experiencias personales en las que hombres le explican cosas, a ella o a otras mujeres, la mayoría de las veces sin que ellos sepan de lo que están hablando. Por ejemplo, comienza contando un encuentro con un hombre mayor y adinerado que, sorprendido de que ella es escritora, le pregunta sobre qué ha escrito (con un tono paternal, como el de un padre a una niña que hizo su tarea), ella le menciona el tema de su último libro y el señor mayor le recomienda leer un libro que había leído recientemente sobre la misma temática. Después de una larga conversación, en la que el hombre le explica el libro que ella debería leer, muy molesta ella y su amiga le indican que el autor del libro es en realidad ella. Solnit cuenta que su amiga tuvo que decirle tres o cuatro veces “ese es su libro” hasta que el señor fue a comprobar, no a su librero sino al “New York Times Book Review”, que ella era la autora, lo cual mostraba que el sujeto ni siquiera había leído el libro sino una reseña del mismo. El ensayo está repleto de referencias similares, sin embargo, lo que trata de hacer notar Solnit es que la mayoría de las veces los hombres no escuchan a las mujeres y no ven la violencia que practican con ello. Cuando Solnit publicó una primera versión de este ensayo, recibió muchas cartas, algunas de ellas de hombres que le decían que no es cierto que los hombres no escuchan a las mujeres, sino que ella desconoce algunas cosas, y entonces una vez más empezaban a explicarle cosas.

El argumento de Solnit no se encuentra solo en la sordera de algunos hombres, sino en el efecto que ello genera en las mujeres, que cansadas de escuchar a los hombres explicándoles cosas empiezan a dudar de ellas mismas, y de lo que saben. La violencia cognitiva no se encuentra solo en no escuchar al otro, sino en restarle valor a su palabra, para Solnit, ello impacta, por ejemplo, en la cantidad de denuncias de violencia contra la mujer que no son atendidas por los policías, porque ellos en vez de escucharlas, les empiezan a explicar que lo que vivieron no es violencia o que, de alguna manera que ellos explican, es culpa de ellas.

Farit Rojas T. es abogado y filósofo.