Voces

Monday 18 Mar 2024 | Actualizado a 22:09 PM

El MAS, Morales y sus tensiones

Rubén Atahuichi

Por Rubén Atahuichi

/ 6 de julio de 2022 / 01:52

Jichhapi jichaxa decían en 2005, antes de ganar las elecciones. Ahora es cuando, en aymara. “Nunca más sin nosotros”, también. Era la irrupción del movimiento popular más importante en el país, incluso más que la Revolución de 1952. Era el anticipo de la llegada al poder del Movimiento Al Socialismo (MAS) y la instalación de su líder histórico, Evo Morales.

Desde su victoria electoral, el 18 de diciembre de ese año, ese partido surgido de los sectores más deprimidos del país no cesó en su fuerza; se reprodujo a través de acciones históricas, como la instalación de la Asamblea Constituyente, la aprobación de la nueva Constitución, la denostada nacionalización de hidrocarburos, la consolidación de las autonomías, la reivindicación indígena, la gestión de un nuevo modelo económico y sus resultados favorables, y la propagación de obras en lugares donde ni conocían un presidente, aunque en otros también elefantes blancos…

Sin embargo, no todo lo que hizo fueron cosas buenas. Una serie de hechos ensuciaron su gestión y, entre ellos, el desfalco al Fondo Indígena —que desahució la “reserva moral”— y la insistencia en la repostulación de Morales, el incumplimiento del mandato del referéndum de 2016 y el recurso planteado ante el Tribunal Constitucional que convalidó esa acción, que le restaron crédito al MAS y generaron movilizaciones políticas que se decantaron en la crisis poselectoral de 2019.

De esa crisis, el MAS resultó casi desahuciado; solo su fuerza social pudo mantenerlo en pie. Su fuerza política decayó con la renuncia de Morales y circunstancialmente cedió terreno a fuerzas rupturistas y negacionistas, que —a título de recuperación de la democracia— instalaron, a fuerza de interpretaciones legales antojadizas y una hegemonía mediática, un poder político distinto al de 14 años.

Mientras Jeanine Áñez usufructuaba el poder y Morales deambulaba en el exilio tras su salida a México, los cuadros políticos del MAS quedaron dispersados y anulados a fuerza del ministro Arturo Murillo, un funcional Ministerio Público y una politizada Policía Boliviana, que junto a las Fuerzas Armadas había sido el factor clave del derrocamiento de Morales.

El MAS no tenía voz; así como se cuestionaba el abandono de Morales a sus bases, los que se quedaron en el país no lograron neutralizar el discurso que lo vinculaba con el terrorismo y la arremetida política, y se escondieron en el miedo y la impotencia. A sus anchas, el régimen impuso su versión.

Sin embargo, la ruptura constitucional fue reencauzada con las elecciones del 18 de octubre de 2020, cuando, con el apoyo del 55,1%, el MAS recuperó el poder e instaló en el gobierno a Luis Arce, ministro de Morales.

Fue la primera vez que esa fuerza política tuvo en la Casa Grande del Pueblo a un hombre que no sea Morales, y éste resignó las mieles del poder con un protagonismo político que coincidió con la dicotomía “fraude”-“golpe”, que aún es materia de debate y confrontación. En la búsqueda de responsables de la derrota en 2019, el oficialismo encontró tensiones inhibidas en los últimos años, aparecieron quienes, desde el Gobierno, comenzaron a cuestionar al expresidente.

Morales no es un tipo que se calla. Su liderazgo —aunque intacto en grandes sectores populares— ingresa en tela de juicio al descuidarse por mantener la unidad de su partido, a pesar de una intensa campaña orgánica: talleres, cabildos y congresos.

El hombre no es capaz de recuperar voces disonantes; las enfrenta y confronta. Lo peor, las pone en evidencia, como pasó con el ministro Eduardo del Castillo, cuando cuestionó su gestión en la lucha antidroga, teniendo la oportunidad y la autoridad política para hacerlo de forma orgánica y ante Arce. Como si no tuviera acceso a esos recursos.

Hablando de “serruchos”, acaba de echarle dardos al vicepresidente David Choquehuanca: “Algunos se llenan la boca (con) unidad y unidad cuando tienen sus propios proyectos”.

Esa actitud se reproduce en sus correligionarios, que también son capaces de echarle lodo a su partido, y de la peor manera: vincularlo con el narcotráfico. Aunque el diputado Rolando Cuéllar matizó su denuncia diciendo que el segundo hombre del MAS, Gerardo García, recibió fondos del ilícito, y no dicha organización, el caso es suficiente para sus detractores y la agenda mediática.

Las tensiones en el MAS se están ahondando y tienden a socavarlo con miras a 2025. Y Morales siquiera debería pensar en reponer las sillas destruidas en los cabildos.

Rubén Atahuichi es periodista.

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Informe de la CIDH: división y ausencia de representatividad en el periodismo

La muerte de Sebastián Moro es una grave señal de violencia

El colectivo de periodistas que no reconoce la representación de las asociaciones

Por Rubén Atahuichi

/ 18 de marzo de 2024 / 06:50

En su informe sobre su visita in loco a Bolivia en 2023, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) observó división, reclamos de ausencia de representatividad, acusaciones de sesgo y estigmatización en el gremio de periodistas.

El miércoles, el organismo presentó su informe de 222 páginas sobre la visita in loco de sus comisionados a Bolivia entre 27 y 31 de marzo de 2023: Cohesión social: el desafío para la consolidación de la democracia en Bolivia.

Representada por los comisionados Roberta Clarke, Carlos Bernal Pulido, José Luis Caballero Ochoa, Édgar Stuardo Ralón Orellana, Arif Bulkan, Andrea Pochak y Gloria Monique de Mees, la Comisión abordó buena parte del documento al trabajo de los periodistas en Bolivia.

 “Existe una división entre las personas periodistas reflejadas en acusaciones mutuas de sesgos; desacreditación y estigmatización de la labor de periodistas dentro del propio gremio; reclamos sobre ausencia de representatividad y pluralidad en órganos de prensa y periodistas, entre otros”, concluye el informe sobre la materia.

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Representatividad

Con el fin de abordar los avances y desafíos de los derechos humanos durante los últimos 17 años, la CIDH se reunió también con distintos gremios de periodistas locales y nacionales.

Entonces, representantes de la Asociación Nacional de la Prensa (ANP), la Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia (ANPB) y la Asociación de Periodistas de La Paz (APLP) se reunieron en la ciudad de La Paz con los comisionados, a quienes reportaron “200 casos de violaciones” a los derechos humanos y la libertad de expresión e información.

Semanas antes de la cita, la presidenta de la ANPB, Zulema Alanes, había sentenciado en relación a la situación política respecto del periodismo: “Estamos peor que en las dictaduras”.

En tanto, otro colectivo de periodistas también consiguió una cita con la CIDH, cuyo argumento fue que no se sentía representado por los gremios. Esas organizaciones “nos dividen a quienes trabajamos en medios de comunicación entre ‘independientes’, que son los buenos, los que merecen trabajar y dicen la verdad; y el resto, que nos dicen ‘paraestatales’”, denunció entonces Freddy Morales, corresponsal de TeleSur.

Al final de su estadía en un informe preliminar, la Comisión adelantó que, “durante la visita, se observó un amplio ejercicio de la libertad de prensa; al mismo tiempo, se recibió información sobre la falta de condiciones para ejercer el periodismo en Bolivia”.

División

En criterio del organismo, esa situación de división, desacreditación o estigmatización en el gremio “dificulta el diálogo sobre la sostenibilidad del periodismo, la autoevaluación crítica dentro del gremio y la adopción de medidas de autorregulación”.

Sin embargo, saludó “el rol” del Consejo Nacional de Ética Periodística (CNÉP) y su Tribunal de Ética, y el Tribunal de la ANP.

Respecto de la posición de los medios de información, la CIDH considera que “las líneas editoriales de los medios de comunicación, en su pluralidad, contribuyen a la dimensión colectiva de la libertad de expresión”.

Sin embargo, afirma que “los medios de comunicación pueden defender sus líneas editoriales sin que ello implique el desconocimiento de hechos verificables, contrastados y contextualizados”.

“Durante la visita, la CIDH recibió información sobre los retos que existen para que la ciudadanía cuente con una oferta informativa balanceada, plural e integral de los eventos, especialmente en contextos de escalada de la conflictividad social”, describe.

Cita “dos marcos temporales” que plantearon riesgos para el ejercicio periodístico en el país: “El período comprendido entre el 1 de septiembre y el 31 de diciembre de 2019 (el llamado ‘paro cívico’ en Santa Cruz) y el período del 22 de octubre de 2022 al 31 de marzo de 2023 (movilizaciones tras la detención del gobernador del departamento de Santa Cruz)”.

Sobre el primer marco, el informe señala que “la Comisión conoció de la muerte, en circunstancias aún no aclaradas, del periodista Sebastián Moro, cuyo cuerpo fue encontrado con politraumatismos tras hechos de violencia en noviembre de 2019”.

Corresponsal

Moro, periodista argentino, trabajaba entonces en Prensa Rural, de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) y era corresponsal del periódico Página/12.

“Un golpe en marcha”, había escrito el periodista en su reporte del 9 de noviembre al diario argentino, un día antes de la renuncia de Evo Morales.

Su familia denunció entonces que Sebastián murió el 16 de noviembre de ese año en una clínica en Sopocachi, en La Paz, “siete días después de haber aparecido en su cama ‘semiinconsciente, con marcas de golpes y una silla tirada en el piso’”.

Según se presume, se trata de un caso de represalia política.

A los días del llegar el 10 de noviembre al poder Jeanine Áñez, tras la renuncia del presidente  Morales, la ministra de Comunicación, Roxana Lizárraga advirtió: “Aquellos periodistas o seudo periodistas que estén haciendo sedición, se va a actuar conforme a la ley, porque lo que hacen algunos periodistas, que son en algunos casos bolivianos o extranjeros, están causando sedición en nuestro país, tienen que responder a la ley boliviana”.

Dato

Según la CIDH, “las denuncias reflejan un elevado número de ataques por parte de agentes y grupos de particulares organizados que, por medio de amenazas, hostigamientos, agresiones físicas y verbales —incluyendo insultos racistas— que obstaculizan la labor periodística y generan efectos de miedo y autocensura”.

Esas acciones siguen el “mismo modelo de acción utilizado por las fuerzas de seguridad durante la crisis político electoral de 2019”.

Así, la CIDH registra el caso del periodista Mario Alberto Rocabado Román, de Unitel, “quien habría sufrido graves agresiones físicas y apedreado al intentar cubrir un enfrentamiento entre favorables y opositores al paro cívico de 2022”.

También recuerda que “el 30 de diciembre de 2022, el vehículo del periodista Harol Salvatierra fue incendiado mientras intentaba realizar su labor en las movilizaciones en contra de la detención del gobernador departamental de Santa Cruz”.

“Las amenazas contra los medios han motivado la suspensión de sus labores, como el caso de la Bolivia TV, que suspendió sus emisiones en Santa Cruz por 15 días en enero de 2023 por las constantes amenazas recibidas contra sus periodistas”, dice.

En criterio de la CIDH, “conforme información recibida, persistiría la impunidad y la falta de investigación y persecución de los agresores por parte de la justicia”.

Considera que el Estado “tiene la obligación” de prevenir, proteger e investigar, juzgar y sancionar penalmente a los responsables de crímenes contra periodistas.

Acceso a la información y pauta estatal

De visita a Bolivia en marzo de 2023, comisionados de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) establecieron la ausencia de normas para el acceso a la información y garantías para la asignación de publicidad oficial de forma equitativa.

“La Corte IDH ordenó al Estado adoptar las medidas legislativas, administrativas y de cualquier otra índole que sean necesarias para fortalecer el marco normativo de acceso a la información en casos de presuntas violaciones a los derechos”, recuerda el informe.

Considera que Bolivia “no cuenta con información sobre la existencia de marcos legislativos que reglamenten el derecho de acceso a la información”.

Sobre la distribución de pauta estatal, “persisten las denuncias sobre el otorgamiento de publicidad sin criterios preestablecidos y objetivos mediante procesos que no garantizan mecanismos de contratación abiertos y no discriminatorio” y “ello se agrava por la ausencia de mecanismos que permitan el control externo de asignación publicitaria”.

Medios

Según las denuncias, “el monto de publicidad asignado por el Estado sería mayoritariamente destinado a medios de comunicación que el gobierno consideraría afines a sus pautas ideológicas”.

Sin embargo, “a criterio del Estado, las cifras y datos referentes a la publicidad oficial son transparentes de forma activa, por medio de su publicación en plataformas en línea del Gobierno”.

El informe de la CIDH también registra denuncias de demandas judiciales contra medios. “Específicamente, los periódicos Los Tiempos y El Diario han denunciado públicamente lo que denominan ‘asfixia económica’, como resultado de demandas judiciales empresariales —en el caso de Los Tiempos— y expedientes tributarios— en el caso de El Diario— que obstaculizan sus actividades”.

Sin embargo, dice que el Gobierno aclaró que en el primer caso “la controversia es relativa a la división y regulación societaria” y sobre El Diario, “las eventuales diligencias en materia tributaria atienden a un fin legítimo de investigar, apurar y recabar eventuales impuestos no pagos”.

(18/03/2024)

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La CIDH observa dificultades en la cohesión social y secuelas de la polarización de 2019

“La división entre quienes consideran que existió un fraude y quienes consideran que existió un golpe de Estado es la causa más visible de la polarización política", dice el informe de la CIDH.

La visita de la CIDH a la Gobernación de Santa Cruz en 2023.

Por Rubén Atahuichi

/ 14 de marzo de 2024 / 12:32

En su informe sobre la visita in loco a Bolivia en 2023, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) observa dificultades en la cohesión social y las secuelas de la crisis política de 2019.

Precisamente, el documento de 222 páginas al que accedió La Razón, se titula Cohesión social: el desafío para la consolidación de la democracia en Bolivia.

En él aborda los avances y desafíos de los derechos humanos durante los últimos 17 años.

Desde 2006, «Bolivia ha experimentado una serie de importantes transformaciones sociales basadas en reclamos históricos», recuerda un comunicado de prensa de la CIDH.

«Estas (transformaciones) fueron recogidas en la Constitución Política del Estado, de 2009, que introdujo un amplio catálogo de reconocimiento de los derechos humanos con perspectiva de descolonización, despatriarcalización y garantía de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales», complementa.

Esencialmente, el informe reconoce que Bolivia “ha realizado transformaciones sustanciales para el reconocimiento y garantía de los derechos humanos que incluyen avanzadas protecciones constitucionales y una serie de políticas públicas destinadas a la atención de las poblaciones en situaciones históricas de vulnerabilidad”.

“Esto ha resultado en la disminución de la pobreza y la exclusión social, particularmente, en áreas rurales. Los índices económicos reflejan una reducción de las desigualdades en Bolivia desde 2005, particularmente en las áreas rurales del país”, dice el informe.

Además, afirma que, “sumado a ello, existe un compromiso estatal contra patrones históricos de discriminación”.

Sin embargo, el informe señala que “Bolivia continúa enfrentando un profundo desafío para lograr la cohesión social en un Estado diverso”. Y la principal tarea debería ser la construcción de una ruta crítica con “la articulación de la diversidad de actores políticos”.

Considera “urgente” la atención de desafíos “derivados de las distintas versiones sobre la realidad histórica reciente en Bolivia”. Aquí es necesario abordar “específicamente, la narrativa derivada de la crisis electoral de 2019”, que, en criterio de la CIDH, “continúa representando amenazas serias a la cohesión del tejido social”.

Puede leer: Críticas, demandas y conflictos caracterizaron la visita de la CIDH a Bolivia

“La división entre quienes consideran que existió un fraude y quienes consideran que existió un golpe de Estado es la causa más visible de la polarización política, que ha llevado a un distanciamiento afectivo entre sectores significativos de la población”, advierte el informe.

Entonces, una serie de protestas políticas, que cuestionaron los resultados de las elecciones del 20 de octubre, derivó en la caída del presidente Evo Morales, el 10 de noviembre. Un motín policial y la sugerencia de dimisión presidencial de parte de las Fuerzas Armadas precipitaron los hechos.

Fuera Morales del poder, una reunión extralegislativa en la Universidad Católica definió la sucesión de la entonces segunda vicepresidenta de la Cámara de Senadores, Jeanine Áñez. El 12 de noviembre, Áñez se autoproclamó presidenta en sendos actos en Senadores y la Asamblea Legislativa sin quorum ni resolución, y sin la presencia de la bancada de dos tercios del Movimiento Al Socialismo (MAS).

El documento es resultado de la visita in loco de la CIDH a Bolivia los días 27 y 31 de marzo de 2023.

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Rodríguez Zapatero plantea un ‘consenso latinoamericano’

El expresidente del gobierno español habló en exclusiva con La Razón

José Luis Rodríguez Zapatero en entrevista con Claudia Benavente, directora de La Razón

/ 13 de marzo de 2024 / 10:45

¿Cómo se consolidó la Unión Europea (UE), aquel bloque regional potente de ese continente? “Eso nos costó tiempo”, dijo el expresidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero en entrevista exclusiva con Piedra, Papel y Tinta, de La Razón.

El exmandatario llegó a Bolivia para el seminario Nueva arquitectura financiera regional, desafíos para una mejor integración en un mundo de cambios, en Santa Cruz, en el que coincidió con sus pares de Argentina Alberto Fernández y de Colombia Ernesto Samper, y el presidente de Bolivia, Luis Arce.

Situado su origen en 1950, luego de un proceso largo de construcción, la Unión Europea (UE) es una asociación económica y política integrada por 27 países de Europa. Figuran entre sus pioneros nombres como Winston Churchill, otrora primer ministro británico; Konrad Adenauer y Helmut Kohl, cancilleres alemanes; Simone Veil, sobreviviente del Holocausto y presidenta del Parlamento Europeo, y Nicole Fontaine, también presidenta del Parlamento Europeo, entre otros.

Lea también: Enríquez-Ominami y Serrano coinciden en que el desafío para América Latina es la institucionalidad

Rodríguez Zapatero

Consultado por Claudia Benavente —directora de La Razón que conduce el streaming— sobre si es posible un consenso similar a la Unión Europea cuando en América Latina transcurren gobiernos ideológicamente opuestos y siglas y siglas de integración en años, Rodríguez Zapatero respondió: “Era más difícil en Europa, que estuvo en guerra desde el Imperio Romano hasta la Segunda Guerra Mundial. Siempre hubo guerra en Europa, de las naciones y de los distintos imperios que existieron. La lección está ahí”.

Destacó el avance histórico de la UE a lo largo de la historia. “Ha funcionado, es el mejor ejemplo civilizatorio de la historia: la Unión Europea”.

El político español consideró que un “hecho positivo” de la región latinoamericana es que “hay paz, no hay ningún conflicto entre las naciones”. “La diversidad ideológica no es un problema, no debe ser un problema; es un desafío, pero al revés, hace sumar posiciones políticas. Y todo el mundo, hasta los más radicales, tienden a moderarse”, afirmó.

Se refirió, por ejemplo, al presidente de Argentina, Javier Milei, que, de pasar a criticas a China, mantiene relaciones con ese país, o de descalificar al papa Francisco, ahora se lo ve abrazar a él.

“Hay que construir un gran consenso latinoamericano entre izquierda y derecha, dejando fuera a los extremistas; un gran consenso latinoamericano de integración y de unidad, eso es lo que se hizo en Europa entre conservadores, demócrata-cristianos y social-demócratas”, reflexionó.

Para ese fin, Rodríguez Zapatero recordó la necesidad de liderazgos —como los que contó la UE— para encaminar el proceso, cuya experiencia en América Latina cuenta con hasta 13 proyectos de integración. “Ya hay experiencias; necesitamos ese momento en el que dos, tres, cuatro o cinco grandes liderazgos digan ‘vamos a hacerlo, vamos a dejar un legado’. Que pueda ser comparable al legado de las independencias (de la región)”, afirmó.

“Si de verdad Latinoamérica quiere un hecho histórico, transformador (…), no será país a país, y menos enfrentándose; solo será con una América Latina unida”, opinó el exmandatario.

Elegido en urnas por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), José Luis Rodríguez Zapatero fue presidente del gobierno español entre 2004 y 2011.

Economía y unidad de los partidos, los retos

Consciente de la difícil situación económica y la crisis política en el país, el expresidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero planteó retos en relación, precisamente, a esos asuntos.

El país “tiene que superar dos retos, en mi opinión: la economía, que la va a superar; el segundo semestre de este año va a ser mejor económicamente para Bolivia y, luego, la conformación política, de que los grandes proyectos tengan unidad”, dijo a La Razón el exmandatario, de visita en el país.

Consultado sobre a qué país llega, Rodríguez Zapatero respondió: Vengo “a una Bolivia —confío— que ha superado los grandes retos históricos en los últimos 30 años de manera brillante”.

Consideró que cuando llegó al gobierno, en 2004, Bolivia era “el país que más ayuda necesitaba”, aunque reconoció que el país “tuvo un gran desempeño económico” en posteriores años

Ahora, Bolivia “tiene una gran afirmación cultural, de identidad, de soberanía”, comentó.

Aunque no se refirió específicamente al Movimiento Al Socialismo (MAS), cuyos líderes, Evo Morales y el presidente Luis Arce, se encuentran enfrentados, Rodríguez Zapatero expresó la necesidad de revitalizar los partidos políticos en el país. “Yo deseo que haya en ese sentido una recuperación del fortalecimiento de los grandes partidos políticos”.

“Creo mucho en los partidos políticos; a veces son los más criticados y denostados, pero nos olvidamos de que un partido político es una unión; une a ciudadanos, no divide”, comentó el exmandatario español.

(13/03/2024)

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¿Cuál de los MAS es legítimo?

Ninguna de las facciones puede actuar por su cuenta a la hora de convocar al congreso

Rubén Atahuichi

Por Rubén Atahuichi

/ 13 de marzo de 2024 / 06:31

«¡Habemus binomio!”, exclamaba Evo Morales el 23 de enero de 2020, un día después de que —constitucionalmente— hubiera terminado su mandato frustrado por el régimen de facto de Jeanine Áñez, instaurado el 10 de noviembre del año anterior. Refugiado entonces en Buenos Aires, el exmandatario se congratulaba por la decisión del Movimiento Al Socialismo (MAS) de elegir a su binomio Luis Arce-David Choquehuanca, con miras a las elecciones de ese año.

En su libro Volveremos y seremos millones (Planeta 2020), Morales cuenta detalles de las reuniones que sostuvo con dirigentes sociales en Buenos Aires a sabiendas de otras propuestas de nombres, como el joven Andrónico Rodríguez y su último canciller, Diego Pary.

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Eran los cuatro nombres sobre la mesa. Unos días antes, el ampliado del MAS en Huanuni eligió al binomio Choquehuanca-Rodríguez, contrariamente a la propuesta de minorías, el mismo binomio, pero invertido.

Pero el final fue otro: Morales se decantó por el binomio ganador (55,1%) de las elecciones generales del 18 de octubre de 2020.

En su libro Evo, operación rescate (2021), Alfredo Serrano relata la intimidad de Morales en su estadía en Buenos Aires, sobre todo las reuniones para la elección del binomio. “Mientras detallaba uno a uno quién era quién (se refiere a los cuatro nombres), se advertía su preferencia por Lucho Arce, sin minusvalorar al resto”, cuenta el autor, muy amigo de Morales.

Arce era la apuesta de Morales, con el antecedente de que era uno de los ministros más “longevos” de los gobiernos del MAS. Lo era hasta pocos días después de la llamada “Marcha en Defensa de la Democracia y la Reconstrucción Económica”, del 25 de agosto de 2022.

A principios de septiembre de ese año, Morales develó el quiebre, denunció un “plan negro” en su contra y su entorno del Chapare, aunque anunció la evaluación del gobierno de Arce para diciembre. Nada de eso ocurrió después.

El quiebre definitivo fue evidente en el congreso del MAS de Lauca Ñ, los días 3 y 4 de octubre de 2023. Convocado sin el consentimiento de las organizaciones fundadoras, la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), la Confederación de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia Bartolina Sisa y la Confederación Sindical de Comunidades Interculturales Originarios de Bolivia (CSCIOB), el encuentro proclamó a Morales como “único candidato” para las elecciones de 2025 y anotó la “autoexpulsión” de Arce y Choquehuanca. Y ratificó el liderazgo partidario de Morales.

Sin embargo, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) no registró el congreso debido a una serie de observaciones, ratificó a la dirigencia del MAS electa en 2017, en ella Morales, y dio a ese partido, como a otras fuerzas políticas, otro plazo para la renovación de su directiva en un nuevo congreso, que vence a principios de mayo.

Mientras el ala evista del MAS reivindica el congreso de Lauca Ñ, el Pacto de Unidad, la organización de los históricos movimientos sociales, anuncia otro congreso para mayo.

Según el estatuto orgánico del MAS, ese congreso debe ser convocado por la dirección nacional de ese partido con un plazo máximo de 90 días y un mínimo de 60 días.

A más de cuatro meses del fallido congreso de ese partido, no hay cuándo Morales y su directiva se acojan a la conminatoria del TSE sobre la renovación de la dirección partidaria.

En ese estado de cosas, ninguna de las facciones puede actuar por su cuenta a la hora de convocar al congreso de marras: Morales debe hacerlo junto con los movimientos sociales fundadores del MAS a los que excluyó antes y las organizaciones sociales del Pacto de Unidad requieren de la firma del líder partidario.

Mientras el tiempo pasa, y las divergencias internas rozan en la violencia, el MAS arriesga su vigencia; parece dirigirse a la proscripción —que de manera recurrente denuncia Morales, pero atribuyéndola al gobierno de Arce— por acción de sus mismas fuerzas internas.

Sin embargo, con la situación interna totalmente polarizada, la pregunta es cuál de las facciones tiene legitimidad para una eventual renovación partidaria. ¿Es el MAS de Morales o el MAS que reivindica el Pacto de Unidad en alianza con Arce? Se vienen las elecciones.

(*) Rubén Atahuichi es periodista

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Rodríguez Zapatero plantea un ‘consenso latinoamericano’ como la Unión Europea

“Puede imaginarse la tranquilidad que, como ciudadano español, yo siento de pertenecer a una organización como la Unión Europea", dijo José Luis Rodríguez Zapatero a La Razón.

José Luis Rodríguez Zapatero en entrevista con Claudia Benavente.

Por Rubén Atahuichi

/ 12 de marzo de 2024 / 14:24

El expresidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero planteó, en entrevista exclusiva con La Razón, un “gran consenso latinoamericano”, similar a la Unión Europea (UE).

Consideró que ése es el futuro de la región, que, en su criterio, tiene una impronta de hasta 13 proyectos regionales de integración.

“Hay que construir un gran consenso latinoamericano entre izquierda y derecha, dejando fuera a los extremistas”, sugirió en entrevista con la directora de La Razón, Claudia Benavente, en Santa Cruz.

“Eso es lo que se hizo en Europa entre conservadores, demócrata-cristianos y social-demócratas”, argumentó el exmandatario español en la entrevista difundida en el programa Piedra, Papel y Tinta, este martes.

Reunión Santa Cruz

Líderes regionales y europeos se reunieron hasta este martes en la capital oriental en un evento relativo a una nueva arquitectura financiera regional. El mismo presidente de Bolivia, Luis Arce, asistió este día al evento.

Participaron de la cita Rodríguez Zapatero y los expresidentes de Colombia Ernesto Samper y de Argentina Alberto Fernández, además del coordinador del Grupo de Puebla, el chileno Marco Enríquez-Ominami, entre otros.

Rodríguez Zapatero destacó la paz en América Latina, a diferencia de Europa, que, en su criterio, siempre está en guerra, desde el Imperio Romano hasta la Segunda Guerra Mundial.

Consideró que esa situación deberá ser la base para la construcción del “consenso latinoamericano”. En Europa, ese consenso “ha funcionado, es el mejor ejemplo civilizatorio de la historia: la Unión Europea”, afirmó.

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“Puede imaginarse la tranquilidad que, como ciudadano español, yo siento de pertenecer a una organización como la Unión Europea, es una garantía política, de estabilidad política y económica, una garantía social”, complementó.

Propuesta

En su propuesta, Rodríguez Zapateros planteó dos ideas básicas para ese propósito: fiscalidad e igualdad.

“Hay una relación directa entre lo que es fiscalidad y lo que es igualdad. Y hay una relación directa entre lo que es igualdad y sociedad cohesionada, sociedad segura, con poca violencia, con pocos conflictos y con estabilidad”, argumentó.

Elegido por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Rodríguez Zapatero fue presidente del gobierno de España entre 2004 y 2011.

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