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Cómplices

CON LA PUNTA DE LA AGUJA1

El conocimiento es un instrumento de develamiento, de romper con preconceptos heredados y que nos predisponen ante decisiones y posiciones que debemos tomar, respecto de la vida y de la realidad especialmente, en momentos históricos de nuestro país, como es el signo de los tiempos en Bolivia a partir del proceso de cambios.

El bienestar económico y la estabilidad son el resultado de un proceso de cambios, porque en Bolivia la clase dominante, los burgueses siempre fueron sirvientes del gran capital y auténticamente racistas, pues al ser criados en la naturalización del patriarcado colonialista, no sienten, ni van a sentir ninguna vergüenza de ser seres tan deplorables. Estos fachos sin vergüenza van a tener en Santa Cruz un epicentro fortalecido, no solo por el narcotráfico que se instaló fuertemente hace más de 50 años, sino también la banca, la agroindustria y parte de la industria. Estos hechos lograron que se movilicen bolivianas y bolivianos, tras de sus trabajos desde otros departamentos.

Las élites cruceñas se autoprotegieron de esta gran movilidad de gente y mano de obra proveniente de las tierras altas, formando logias que se apropian del manejo político de estas actividades económicas. Típico de los grupitos de poder, conformar y construir identidad en torno a la “pureza y moral” —en este caso— de una inventada tradición. Pues la tradición del territorio se encuentra en las culturas amazónicas, por ejemplo, la tradición del pueblo Aba Guaraní. Hermanas y hermanos indígenas a quienes mataron, sometieron a la esclavitud y los convirtieron también en sus sirvientes estas élites logieras.

Las necesidades capitalistas requerían de mano de obra y mano de obra cualificada. Exigencias para las cuales no estaban preparadas, por eso Santa Cruz se llenó de collas. Pero ninguna logia, ningún grupito de poder puede sostenerse sin un entorno de complicidad de los propios oprimidos, que se convierten en su círculo y anillo de seguridad. Esto es lo que tenemos que estudiar y trabajar.

La internalización del opresor es un mecanismo psicológico que funciona, y este mecanismo fue trabajado por muchos años en Santa Cruz desde los medios de comunicación, desde la escuela y las universidades. Mensajes y educación cotidiana sobre la supremacía “camba” y la ridiculización de lo colla, con el resultado que los niños y niñas hijos de collas querían ser cambas logieros. Recién el proceso de cambios logró romper un poco esa hegemonía, aunque con muchos errores que se ven hasta ahora. Los propios dirigentes del MAS de Santa Cruz se manejaron con esos mismos antivalores de la derecha, solo que desde el propio MAS costará mucho más tiempo y tarea política revolucionaria para trabajar esas actitudes cómplices. Sin duda hoy vemos que hay una dirigencia que se perfila en el instrumento MAS-IPSP y no me refiero a los autodenominados renovadores, más bien a una dirigencia que se apoya en la consecuencia revolucionaria.

Julieta Paredes Carvajal es feminista comunitaria.