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Del escritorio a la calle, de un salto

Una anécdota para iniciar: corría el tiempo electoral de las subnacionales de 2020. Fui invitado a un programa en televisión para hacer análisis político frente a la candidata a la Alcaldía de El Alto Eva Copa, de quien se estaba hablando mucho más que ahora en ese tiempo; antes de iniciar el programa o quizá en el primer corte publicitario y luego de decirle que de ella no se sabía nada hasta antes de que asumiera la presidencia del Senado a fines de 2019, me quedé con la pregunta de cuál era su expectativa de gestión tomando en cuenta que en El Alto la realidad obligaba a pensar en que todo el tiempo se debía enfrentar con negociaciones políticas constantes.

En el momento que acabo de describir y fuera de cámaras me dijo, dedicándome antes una mirada de menosprecio, que ella pensaba en no ser una alcaldesa de escritorio sino de calle, y que haría valer más la meritocracia por encima del carnet dirigencial en sus nombramientos con la gente que trabajaría.

Cuento esta anécdota porque creo que a más de un año de gestión, no parece haberse metido mucho en la calle y por contra, parece que el escritorio con los asuntos de gestión la tienen aún ocupada. Esto también sirve para evaluar en el mismo sentido a nuestras máximas autoridades del Estado al escuchar sus discursos el 6 de agosto pasado.

Si algo servía para describir el perfil político del presidente Arce era sin duda su capacidad técnica y trabajo ejecutivo de gabinete que lo destacaba, además que no era alguien que aparecía en la primera línea cuando se presentaba un conflicto político. Sin embargo, desde hace unas semanas decidió tomar la iniciativa política y meterse de lleno en la búsqueda de mesas de negociación y consenso sobre el Censo; y para rematar, su discurso por el aniversario patrio fue uno que destacó por su fuerte carga política.

Es decir, a partir de ahora ya no se puede decir solamente que el Presidente no cuenta con un perfil político fuerte, al contrario, se metió de lleno a lanzar lo que se puede entender como la posición de su gobierno en líneas generales dentro del país, y también se dedicó a sostener con firmeza su posición sobre el conflicto de Rusia con Ucrania, temas de política exterior.

Por tanto, el presidente Arce acaba de dar el salto cualitativo del escritorio a la calle, esto ciertamente representa un desafío, no es casual que signifique tal cosa porque es en este tipo de momentos en los que se evalúa con quiénes seguir este camino, porque lógicamente que este tipo de transformaciones no es que vaya a mover el terreno de las oposiciones, si es que se llegan a dar cuenta a tiempo que lo dudo mucho; sino también, generará sin duda algún eco bien o mal intencionado en las filas oficialistas. Otro día hablamos de la cátedra de filosofía académica que dio en su discurso el vicepresidente Choquehuanca, desnudando a los que lo infantilizaban afirmando que éste no leía más que las arrugas de nuestras awichas.

Marcelo Arequipa Azurduy es politólogo y docente universitario.