Iniciativas concretas para grandes objetivos
La compleja situación global requiere un seguimiento analítico riguroso puesto que no se asemeja a ninguna época pasada comparable. La guerra en Ucrania no muestra perspectivas de alcanzar pronto el momento de las negociaciones diplomáticas. Han aumentado las tensiones en el mar de China en torno a Taiwán. Y la inflación amenaza prolongarse hasta entrado 2023. Si el alza de las tasas de interés tiene éxito en bajar la inflación, eso traerá consigo una contracción del crecimiento global, acompañada de mayores niveles de desempleo y reducciones del comercio exterior.
La interpretación de la coyuntura debe completarse necesariamente con el examen de los factores estructurales de la economía mundial y de sus componentes regionales, así como del reagrupamiento que ya está ocurriendo en cuanto a las corrientes del comercio internacional.
Al respecto conviene detenerse a considerar el rezago latinoamericano en términos de los obstáculos estructurales que impiden que la región alcance su nivel potencial de desarrollo, si se toman en cuenta su dotación de recursos naturales, sus indicadores sociales y culturales, así como sus arquitecturas institucionales.
Las dificultades que tiene América Latina para alcanzar un nivel potencial de desarrollo acorde con su dotación de recursos derivan de varios factores. El primero de ellos consiste en la división interna que impide que la región actúe en el plano internacional con una sola voz en un momento en que se están definiendo las reglas del orden internacional del futuro. Y los egoísmos nacionales y el sectarismo impiden a su vez que funcionen los mecanismos de integración y cooperación.
América Latina está atrasada en cuanto a la infraestructura física, al alcance de la digitalización y a la calidad de sus sistemas de salud y de educación, entre los aspectos más relevantes.
Por otra parte, los países latinoamericanos están muy atrasados en cuanto a la adopción de una estrategia integral respecto del cambio climático. Los esfuerzos aislados no condicen con el potencial conjunto de la región, habida cuenta de los recursos de agua dulce, enormes extensiones de bosques húmedos y de una enorme riqueza en materia de biodiversidad.
Baste mencionar las posibilidades que contiene la Amazonía para desplegar una iniciativa que potencie la capacidad negociadora de la región en su conjunto en materia de mitigación del cambio climático y la absorción en gran escala de los gases de efecto invernadero. Sería suficiente poner en funcionamiento efectivo el Tratado de Cooperación Amazónica, suscrito por los ocho países amazónicos hace 44 años.
La preservación conjunta del potencial climático y biodiverso de la Amazonía constituye una de las iniciativas que podrían considerarse para establecer mecanismos de nuevo tipo para impulsar la integración y cooperación a geometría variable en la región.
La profunda división política e ideológica que se ha establecido en América Latina es ciertamente un obstáculo para la retoma de la integración regional en gran escala, pero quizás podría superarse si se enfocan iniciativas parciales que atiendan, bajo el sistema de adscripción voluntaria y gobernanza adecuada, algunos problemas críticos de la región, donde uno de los objetivos mayores podría consistir en la sustitución paulatina del extractivismo prevaleciente por una articulación regional de proyectos individuales caracterizados por su elevado potencial innovativo y de creciente incorporación de valor agregado intelectual.
Otro objetivo podría consistir en impulsar un mayor grado de autonomía regional en materia alimentaria y energética en el contexto de la perspectiva de la fragmentación del sistema internacional en bloques rivales de poder, donde los países latinoamericanos tendrían que evitar el alineamiento con cualquiera de los bloques.
Horst Grebe es economista.