Los mercados financieros son un espacio físico y/o virtual, cuya función es la de canalizar recursos excedentes de un grupo de agentes económicos (familias, empresas y/o gobiernos) hacia otros grupos que tienen necesidad de financiamiento. Su desarrollo y rápido crecimiento se debe a factores como el avance tecnológico que permitió su integración mundial, así como a otro que no ha estado exento de controversia: la liberalización financiera, que en esencia elimina restricciones o disminuye la regulación financiera.

En un principio se creía que la liberación financiera podía estimular la economía, sin embargo, los países que se guiaron por estas recomendaciones condujeron a la banca a asumir riesgos excesivos por medio de la colocación de grandes cantidades de crédito sin una regulación prudencial en sus operaciones, elemento que causó una inmensa acumulación de préstamos en mora y posteriores crisis bancarias. Los casos de México en 1994, Argentina en 2002, la crisis subprime de EEUU en 2008, son algunos ejemplos.

Producto de estos acontecimientos, se ha venido trabajando a nivel mundial para tener acciones que regulen el funcionamiento de los mercados financieros y garanticen su eficiencia, como aquellas que están enmarcadas dentro los pilares en los acuerdos de Basilea: requerimientos mínimos de capital, la supervisión y la disciplina de mercado.

La regulación en Bolivia tiene un punto de inflexión a partir de la Ley 393 de servicios financieros (promulgada el 21 de agosto de 2013), proporciona un marco regulatorio consecuente con los cambios económicos y sociales del país, sigue una línea muy clara hacia la transformación del sistema financiero por medio de acciones como la regulación a las actividades de intermediación financiera, la de garantizar el acceso universal a los servicios financieros, la protección del consumidor financiero y la participación del Estado como el principal supervisor. Desde 2013 hasta junio de 2022, la cantidad de personas que accedió al crédito creció en 44%, de 1.268.200 a 1.827.820, el crédito se incrementó en 60% y los depósitos en 100,4%, con una mora de solo el 2%.

Además de los mencionados resultados, uno que cobra gran relevancia considerando el actual contexto de la economía mundial es la bolivianización del sistema financiero, los depósitos en moneda nacional representan el 85,1% del total y en créditos, el 99,1%. Esto sin duda permite contar con una política monetaria eficaz y soberana, con resultados que saltan a la vista en el complicado escenario internacional, como la inflación controlada que se tiene: 1,2% acumulada en el año, la más baja de la región y una de las más bajas del mundo.

Sin embargo, la Ley 393 no puede lograr por sí misma el crecimiento, desarrollo y estabilidad del sistema financiero. Además, se requiere, por un lado, una reglamentación muy clara de la ley, y por otro la implementación de políticas económicas coordinadas que coadyuven a conseguir el objetivo mayor de mantener la estabilidad y crecimiento sostenido, acciones que se vienen implementando desde 2006 con la puesta en vigencia del Modelo Económico Social Comunitario Productivo. Destacar en el plano de la bolivianización, la medida de política tributaria plasmada en la Ley 3446 de 2006 del Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF), que grava las operaciones realizadas en moneda extranjera y en moneda nacional con mantenimiento de valor, y que a la fecha grava con una alícuota de 0,30%. La política monetaria a su vez ha implementado el encaje legal diferenciado por tipo de moneda, la tasa de encaje requerido en moneda extranjera es mayor al requerido en moneda nacional, desincentivando indirectamente la oferta de créditos en moneda extranjera por parte de las entidades financieras.

Producto de medidas coordinadas como las expuestas, hoy el sistema financiero se encuentra “bolivianizado” y estable, además un manejo coherente y responsable de las reservas internacionales netas garantizan que nuestra moneda sea fuerte y preserve el poder adquisitivo de las familias bolivianas.

Jarold Escóbar Mayta es economista.