El fascismo en Israel y su lema en la campaña
El creciente “fascismo israelí” no solo está presente en la formación gobernante sino que se ha convertido en un componente predominante en el conjunto de entidades del país. El neofascismo ha crecido de forma rápida y su discurso sobre la limpieza étnica ha calado y goza de un predominio absoluto en la conciencia del estado de la entidad racista. Los medios israelíes están trabajando de manera sistemática y deliberada para resaltar la imagen de la ocupación israelí, han cambiado su estilo mediático al servicio de su nueva estrategia, presentando una imagen engañosa al mundo donde Israel es la víctima y el pueblo palestino es el criminal. Todo ello se encuentra en sintonía con el propósito de derrocar al Gobierno palestino con el fin de trabajar para conseguir anexarse a Cisjordania.
Cualquier observador de las guerras anteriores lanzadas por la ocupación israelí en los territorios palestinos puede ver que Israel lanza siempre sus guerras y sus escaladas de agresión antes de las elecciones, utilizando el derramamiento de sangre palestina para aumentar el número de votos a su favor, con el pretexto de que buscan proteger a los israelíes de un agresor y así adornar su imagen como garante para mantener su posición. Bombardean las casas y sus residentes, matan a niños y jóvenes inocentes, roban tierras palestinas a plena luz del día, asaltan los lugares sagrados y, además, se muestran en el papel de víctima ante el mundo, consiguiendo revertir el apoyo de los principales países coloniales que han dedicado grandes áreas de sus medios de comunicación, especialmente los medios de comunicación que están en armonía con ellos, para dar cobertura a su falsa narrativa.
Los movimientos extremistas en la sociedad israelí levantan consignas y trabajan sobre la base de la muerte de los palestinos. Los partidos extremistas israelíes se apresuran a disputar las elecciones israelíes en el próximo noviembre, adoptando posiciones más extremas y hostiles hacia la comunidad palestina. Los partidos políticos de Israel compiten en apoyar a los movimientos extremistas, lo cual hace que sus campañas electorales pierdan valor político y estratégico, y las conviertan en una competencia hacia más decadencia, crimen organizado, racismo y apartheid.
El objetivo de todos los candidatos en Israel, que no se ha cambiado en muchos años, es el apaciguamiento de los colonos y los extremistas que ahora están formando un rebaño salvaje de matones. No encontrará en ningún programa electoral sionista ninguna idea de solución política para dar fin al conflicto, sino llamamientos al asesinato, destrucción, asentamientos y control absoluto a la población palestina y sus tierras.
Según datos oficiales de organismos de las Naciones Unidas, la reciente guerra en Gaza terminó con 49 muertos palestinos, incluidos 17 niños, el número de heridos llegó a 360 personas, de las que 151 fueron niños; además, como resultado del bombardeo israelí resultaron dañadas 1.761 viviendas habitadas por 8.500 ciudadanos, algunos de los cuales se vieron obligados a abandonar sus hogares destruidos. Israel manifestó que había ganado su agresión contra Gaza y la consideró exitosa después de haber asesinado a 17 niños. Los resultados del extremismo dentro de la sociedad israelí y esta arrogancia empujan a todos a unir filas y trabajar para construir una paz justa y capaz de proteger al pueblo palestino y sus derechos nacionales.
Continuar con la práctica del terrorismo intelectual y del extremismo de los líderes de ocupación solo conducirá a más tensión en la zona, no socava al pueblo palestino y su firmeza porque éste se mantendrá firme en su tierra para hacer frente a todas las conspiraciones de liquidación y genocidio que pretendan acabar con sus derechos históricos, el principal de los cuales es su derecho a establecer un Estado palestino independiente, libre soberano y con su capital, Jerusalén Oriental.
No es posible permanecer en silencio sobre lo que está pasando en Palestina. La repetitiva invasión israelí de ciudades, aldeas y campamentos palestinos y la perpetuación de atroces masacres es una extensión de la política de intimidación de los colonos y soldados de ocupación cuyo objetivo es reprimir y doblegar la voluntad del pueblo palestino para lograr ganancias electorales baratas a cambio de sangre palestina y para continuar con el robo de sus tierras, engañando a la comunidad internacional y a la opinión pública.
Mahmoud Elalwani es embajador del Estado de Palestina en Bolivia.