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Niños creativos, futuro prometedor

AQUÍ Y AHORA

Vivimos en tiempos que demuestran que la sociedad es creación también de sí misma. Momentos en los que la información se ha convertido en algo indispensable en la vida de todo ciudadano, al igual que en la educación, la cual se acerca cada vez más a pensar en la apropiación de conocimientos que sean explotados dentro de una lógica creativa.

Lo más importante, sin embargo, es que ese camino exige una dirección paralela a otras sociedades, ya que hoy la información nos enfrenta a la necesidad de ampliar y actualizar nuestros conocimientos.

Mucho más, es evidente que aquello trasciende en la sociedad, convirtiéndola en autocreativa. Un proceso de alteración de lo tradicional que se extiende paulatinamente en la niñez, ya que la realidad de hoy exige adoptar hábitos relacionados con la apropiación de conocimientos. Así, ese almacenamiento de información dará lugar a la ampliación de saberes que estén acordes a la edad y a los tiempos.

Es justamente lo que ocurre en el caso de los niños en edad escolar, cuya formación se amplía con el almacenamiento teórico-práctico de saberes y experiencias personales. De esa manera, el mundo del aprendizaje encamina los esfuerzos mentales que los llevan a dar los primeros pasos en el aprender a pensar.

En esa línea, lo inesperado y sorprendente se convierte en el instrumento fundamental para la consolidación del desarrollo de sus capacidades creadoras. Un verdadero paso para acercarlos a esa misteriosa facultad llamada imaginación.

Los griegos fueron la cultura más perspicaz pues las inspiradoras musas eran hijas de la diosa Mnemósine, la memoria. Y fue justamente la acumulación de información de hechos vividos lo que motivó que la significación de cada uno de ellos se convierta en el medio para relatar sucesos relevantes, hoy históricos.

De ahí que la información es capaz de inspirar y extraer en los niños escolares lo propio, lo singular. Esto último complementado con lo adquirido transforma el conocimiento dentro de una visión personal. Empero, aquello podría ser hasta desproporcionado de todo contexto, pues su valor radica en cómo nacen las cualidades creativas. Una realidad que rechaza la muestra fotográfica o el calco de un mundo ajeno.

Es cierto que la información crea imágenes, las cuales pueden derivar ipso facto en una infinidad de otros elementos imaginarios que, si son captados, pueden generar nuevos hechos creativos y únicos.

Por tanto, parece lógico pensar que la creatividad se convierte en la fuerza productiva cuando se apropia de la información, y con ello del conocimiento. Esto porque trae consigo saberes capaces de convertirse en inspiradores del desarrollo de lo nuevo.

Lo llamativo es cómo desde hace más de medio siglo los pensadores aseguraban que la educación del futuro debería contar con una didáctica prospectiva vinculada al desarrollo del conocimiento.

Y hoy es más que evidente que el sistema de la extensión del conocimiento memorizante debe desaparecer. Esto para que nazca el razonamiento como instrumento fundamental de la transformación de la educación. Lo que significa que los nuevos esquemas de enseñanza motiven en los niños el discernimiento a través de la autoinformación apoyada por recursos digitales. Son momentos en que la educación debe dejar de ser la misma de hace décadas, para lo que es fundamental despojarla de métodos que ya cumplieron su función en el pasado y dejar que el razonamiento creativo y la investigación digital, se conviertan en la fuerza decisiva del conocimiento hacia un futuro prometedor.

Patricia Vargas es arquitecta.