La A de aquí y ahora

Qué semana… Los acontecimientos, o, mejor, sus relatos mediáticos, se han instalado en nuestros cotidianos desde la ventana todopoderosa de nuestros smartphones, dejando poco a poco en la periferia la radio, el periódico y la pantalla chica (que a estas alturas de la tecnología y frente a nuestros celus, tabletas o compus es la pantalla grande).
El 1 de septiembre, caída la noche, una notificación nos unía en la atención: acababan de apuntar con un arma y gatillar contra la Vicepresidenta argentina. Misteriosamente, el desastre no se produjo. Lo que no tiene misterio alguno es que la polarización en nuestra región ya necesita de un psiquiatra. Los polos ideológicos, la política desde el odio, los medios que a diario ofrecen el striptease de sus obscuras intenciones y una sociedad embriagada por la desinformación nos han llevado a presenciar este intento de magnicidio que imprimió una foto más de nuestra locura. En Bolivia, contados días previos vimos, unos con filtro, los más sin filtro, en pantallas de todos los tamaños, cómo un manifestante cocalero perdía una parte de su brazo manipulando una dinamita en pleno enfrentamiento callejero. Horas después, volvía a reponerse ese western cocalero en el barrio paceño de Villa Fátima y alrededores; el show debe continuar: luz, cámara, dinamitas. Hablando de luz y cámaras, ¿quién se está perdiendo en estas semanas últimas la ruptura de la pareja de estrellitas marineras? A izquierda y a derecha la gente se volvió pro Shakira o pro Piqué. Ay, los impulsos de Tik- Tok. Por esa misma ventana u otras redes entraron también las tensiones entre diferentes líderes del Movimiento Al Socialismo. Papita para el lorito. Lo cierto es que entre declaraciones de Evo Morales, respuestas de diputados o ministros, acusaciones, adjetivos o amenazas, esta pista principal del espectáculo político boliviano no tuvo competencia. Se esperan las próximas jugadas en el tablero azul y negro con un atento y hambriento público opositor aplaudiendo y abajo, sin red de contención, medios con los colmillos afilados esperando la caída de cualquier pedazo. Y lo que cae durante esas mismas horas es el hueso de otro escándalo de corrupción en Santa Cruz. El flamante canal Detrás de la Verdad TV se estrena con la revelación de un audio que expone al ex Secretario de Salud de la Gobernación en una muy llamativa conversación en la que habla del ingreso de montos de dinero y del “direccionamiento” de determinadas compras. A estas alturas del fin de semana, ya se emitió una orden de aprehensión contra el médico y su esposa. ¿Se lo perdió usted? Posiblemente porque que esté consultando medios que no mencionan este hecho más que en susurros o que usted se distrajo con otra noticia que para un diario boliviano “detuvo la historia”: la muerte de la reina Isabel II, reina a los 25 años, reina a los 96. Qué alternancia ni qué ocho cuartos: fue la monarca que atravesó las décadas sorteando las más variadas crisis, incluida la prueba más desafiante de su popularidad como fue la muerte de la princesa de corazones, Lady Di. ¡Vivan las reinas longevas y las princesas divorciadas! ¡Y viva The Strongest! Cabalmente en estos días ganó, perdió cuando no debía y volvió a ganar. Sigue en la punta, pero qué nervios con lo que se viene. Qué nervios en Chile: que aprueban, que no aprueban, que hay que esperar los resultados, que se cierran las mesas de votación, qué paliza del rechazo. Se culpa al Gobierno de Boric, se culpa a la sostenida desinformación, se hacen cambios en el gabinete del joven izquierdista y se espera el siguiente capítulo en la transformación chilena. Tic tac, tic tac. Mientras esperamos, nos enteramos de la muerte (otra partida) del vocalista de la agrupación argentina Los Enanitos Verdes, Marciano Cantero. Mis colegas en la Redacción proponen el duelo de una semana por quien puso melodías a nuestra juventud. Lamento boliviano por Marciano. Horas antes era el canto de alegría por la distinción del Cóndor de los Andes para la compositora, la poeta, la profunda Matilde Casazola.
Qué curioso: me acabo de acordar de esa tira cómica en la que Mafalda le pide imaginar a su amigo Felipe que no existen las distancias y que todo, todo, está aquí. Felipito imagina y cae desmayado. Mafalda concluye: “Sí, realmente se da cuenta”. Todo aquí y ahora. Buen domingo, Felipes y Mafaldas del mundo.
Claudia Benavente es doctora en ciencias sociales y stronguista.