Agresores al descubierto
“Te vas a acordar de esta película toda tu vida…”, les dijo un hombre a las mujeres que agredía, al referirse a la filmación que una de ellas hacía de la violencia verbal y sexual de las que eran objeto en plena vía pública. El iracundo machista no sabía que sería él quien no se olvidará nunca en su vida de esa grabación, que será la que le quitaría el sueño, la libertad, la impunidad en la que se movía. Cuando una ve el video se siente fuertemente agredida, los insultos son proferidos con odio, rabia, total irrespeto a las mujeres, seguramente este señor tiene una madre, una esposa, quizás hermanas o hijas, me pregunto: ¿las tratará de la misma manera? ¿Cómo reaccionaría si ve que otro machista las insulta, las humilla como él hizo con las jóvenes a las que agredió? Su reacción, las palabras que profirió son muestras de una conducta usual, frecuente, claro reflejo de una posición de desprecio por las mujeres.
Las jóvenes que grabaron a su agresor lo denunciaron y con él pusieron en evidencia a esos trogloditas que se disfrazan de honorables ciudadanos porque tienen un auto caro y se jactan de pagar impuestos. Seguramente están acostumbrados a recibir elogios y venias de quienes engañados por el traje, el apellido, la cuenta bancaria, el título que ostentan no sabían de la pobreza de alma, la falta de principios y valores que encierran. Bravo por ellas que se atrevieron, que lo pusieron en evidencia, que le quitaron la máscara sin necesidad de devolverle los insultos ni proferirle palabras denigrantes.
El año pasado comenzó a divulgarse el término feminazi, acuñado por quienes se sienten amenazados a perder sus privilegios de macho por las mujeres que defienden su derecho a vivir sin violencia, a reclamar respeto, a pedir justicia si son violadas, a denunciar a sus agresores, a exigir que las niñas, las bebés de meses no sufran agresiones sexuales por quienes se atreven a decir que las mujeres los provocan, que ellas están buscando que las violen, esos son argumentos que utilizan enfermos machistas que destrozan los cuerpos de niñas de dos, cuatro años de edad.
Estas reacciones misóginas y machistas de parte de algunos hombres parece que se dan porque les cuesta mucho reconocer que están perdiendo sus privilegios, que en el mundo no solo hay machos, que hay seres humanos complementarios y que hoy las mujeres ya no se sientan a llorar ni se quedan calladas y son capaces de denunciar, de organizarse, de plantear soluciones, de exigir el cumplimiento de sus derechos, de ponerse al frente de un movimiento que busca una sociedad donde hombres y mujeres vivan mejor, compartan corresponsablemente la reproducción de la vida y la equitativa distribución de la riqueza.
Lucía Sauma es periodista.