El MESCP frente a la crisis
Varios organismos internacionales señalaron que la recuperación económica registrada en 2021 no fue de las mejores, que se fue agravando aún más en el primer trimestre de 2022, con presiones inflacionarias a nivel global, situación que empeoró con el conflicto bélico en Ucrania, donde la oferta global de cereales y de productos energéticos llevaron a una fuerte aceleración de los precios de alimentos y de energía a nivel mundial, a su vez, las cifras de contagios por nuevos brotes por el COVID-19 se elevaron alarmantemente.
La inflación en el mundo, para muchos analistas, fue un factor preponderante para direccionar a varias economías a un panorama más sombrío y lleno de incertidumbre, el cual fue decisivo para desacelerar varias economías en 2022 y ha sido un freno en las decisiones de política económica.
Recordemos las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), publicadas en abril de 2022, señalaban que Bolivia sería el único país que mantendría su inflación por debajo del 5% en la región; actualmente el país aún registra la inflación más baja de la región, a su vez, nuestro Modelo Económico, Social Comunitario y Productivo (MESCP), soberano en el diseño de sus políticas económicas, ha permitido disminuir el desempleo y la pobreza, mejorando el bienestar de la población boliviana.
El MESCP fortaleció toda la anatomía de la economía boliviana, a pesar de un contexto de elevadas presiones inflacionarias externas, los precios en Bolivia se mantuvieron en niveles controlados, constituyéndose en una de las economías con mayor estabilidad. El modelo ha demostrado con éxito su implementación, reduciendo las desigualdades sociales y económicas.
Estos resultados, de estabilidad de precios y de políticas de reactivación económica, han permitido que el Producto Interno Bruto (PIB) de Bolivia, al primer trimestre de 2022, crezca al 3,97%; otros analistas de la región consideran como un resultado envidiable y ejemplo para otras economías, destacando la dinámica de varias actividades económicas, principalmente de sectores de transporte y comunicaciones con un 9%, electricidad y agua con 9% y de construcción, que creció al 7%.
Estas actividades económicas con mayor crecimiento demostraron que la economía boliviana no solo depende de la exportación de materias primas, sino que el MESCP ha fortalecido a la industria manufacturera y de construcción, impulsada principalmente por la inversión pública.
Asimismo, las políticas de reactivación económica generaron resultados positivos en las empresas públicas, destacando las actividades de la Planta de Amoniaco y Urea y de Yacimientos de Litio Bolivianos, registrando a junio de 2022 una exportación de urea, carbonato de litio y cloruro de potasio por $us 136 millones, $us 24 millones y $us 16 millones, respectivamente.
La recuperación económica, en comparación con 2021, ha superado todos los “pronósticos” y expectativas de varios “analistas”, que mantenían un discurso repetitivo sin ningún sustento técnico o de propuestas alternas para mejorar nuestra economía.
El MESCP permitió fortalecer la demanda interna, mantener estable la inflación, incentivar la producción nacional, generar fuentes de empleo y reactivar la economía boliviana, afrontando el actual contexto económico internacional. A su vez, es de necesidad informar con el mayor cuidado y certeza y, en lo posible, con la debida verificación de lo que se informa, para contribuir con la reconstrucción de la economía nacional, porque nuestra economía la conformamos todas las bolivianas y bolivianos.
Sergio Magne es economista.