Trabajadores digitales
El mundo del trabajo también ha sido impactado por la digitalización y su aceleración producto de la pandemia. En este sentido, hemos visto en Bolivia el surgimiento y ampliación de trabajos en línea o relacionados de alguna manera con las Tecnologías e Información y Comunicación, y la reproducción de las condiciones de precariedad de sus derechos laborales.
Los empleados de entregas (delivery), los conductores de Uber y otras plataformas similares, las y los desarrolladores de software para empresas internacionales; los trabajadores en línea de plataformas como Upwork, Clickworker o PeoplePerHour en las que son pagados por pequeños trabajos de traducción, lectura de textos, diseño gráfico o asistencia de logística; las y los trabajadores de call centers e incluso los generadores de contenido en YouTube, TikTok, Instagram u otras plataformas son algunos de los trabajadores de la economía digitalizada.
Si bien las condiciones laborales difieren dependiendo del tipo de trabajo, es cierto que en países con amplia cobertura de derechos laborales se pueden calificar las condiciones de estos y estas trabajadores como precarias; sin embargo, en países con una alta informalidad laboral como es el caso de Bolivia, las condiciones son similares a las de la mayoría informal y, por esto, puede dificultar a la identificación de una causa de lucha social.
Los montos que reciben la mayoría de estos trabajadores y trabajadoras en Bolivia están por encima del salario mínimo nacional. Sin embargo, no tienen seguro de salud, ni días de vacaciones ni jubilación porque los dueños de las empresas han encontrado formas de definir la relación con ellos y ellas como contrataciones a trabajadores independientes, lo que no solo les permite no pagar esos beneficios sociales, sino que tampoco financiar los recursos necesarios para trabajar como son las motos, autos, computadoras y servicios de electricidad, internet y otros.
Esta responsabilidad es aún más difusa cuando se trata de empresas internacionales como son Amazon, TikTok, YouTube, entre otras. La diferencia de poder de negociación de las y los trabajadores acerca de sus condiciones frente a las empresas es evidente en este caso.
Finalmente, la muy publicitada flexibilidad de horario en la mayoría de los casos es ilusoria porque para obtener un salario decente y estable las personas deben trabajar 12 o más horas. Es cierto, pueden escoger el horario, pero no la cantidad de horas.
No es necesario que las y los trabajadores digitales sean las y los más vulnerables para luchar por sus derechos cuando evidentemente están siendo vulnerados. Hacer defensa de sus derechos repercute en las condiciones de los más vulnerados.
Eliana Quiroz es ciberactivista y burócrata.blog: www.internetalaboliviana. word-press.com