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Censo responsable

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Álvaro Nina Nina

Sin lugar a dudas, los censos son la fuente primaria de información estadística más importante y amplia con la que puede disponer un país. Puesto que obedecen a una necesidad de proporcionar datos estadísticos actualizados sobre las características demográficas, sociales, económicas y condiciones habitacionales existentes en todo el territorio nacional. Todo esto con la finalidad de orientar, de forma adecuada y eficiente, las políticas públicas, de tal modo que se pueda cubrir oportunamente las necesidades insatisfechas identificadas.

La coyuntura actual denota una evidente intención de politizar el proceso censal y acelerar su realización, en base a medidas de presión e intereses particulares de algunos sectores en el oriente, disfrazados de demandas regionales, sin siquiera presentar los mínimos argumentos técnicos que demuestren dicha posibilidad.

Es más, estos actores políticos reducen la importancia del Censo a una necesidad de reconfiguración del mapa electoral y un perjuicio para las regiones con mayor ritmo de crecimiento poblacional, y que actualmente reciben proporcionalmente menos recursos, reflejan en consecuencia que para ellos la actividad censal es una simple posibilidad de un nuevo cuoteo político y una potencial redistribución de los recursos provenientes de la coparticipación tributaria, abandonando así que la oportunidad que nos brinda realizar un censo técnico y transparente nos abre las puertas hacia el desarrollo nacional, regional, departamental y municipal en base a una visión de planificación, de mediano y largo plazo.

Es indiscutible que la intención de adelantar el proceso censal obedece a cálculos netamente políticos, en tanto desconocen u omiten que el proceso censal es un conjunto de etapas sistemáticamente organizadas que deben cumplirse una tras otra para avanzar de manera ordenada y transparente. En ese sentido, abordar el Censo responsablemente implica rescatar las recomendaciones realizadas por los organismos internacionales especializados. Es por ello que la elección oportuna del día de la realización del Censo es una tarea exclusivamente técnica, en tanto deberá tomar en cuenta aspectos como el ciclo de desplazamientos poblacionales estacionales durante el año por factores climáticos, la zafra o aquellos vinculados al inicio y conclusión del año escolar.

Por otro lado, es importante que más allá de asumir posiciones drásticas asociadas a medidas de presión que tienen la finalidad de abreviar el proceso censal sin haber vertido ningún justificativo técnico válido al respecto, se tome la iniciativa de debatir los importantes avances que se han logrado hasta el momento a objeto de alcanzar un relevamiento de información transparente, fidedigna e imparcial.

A propósito de la imparcialidad, se debe tomar en cuenta que este proceso cuenta con el respaldo y acompañamiento de una comisión técnica de alto nivel conformada por representantes de organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (Celade), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Fondo Financiero para el Desarrollo de los Países de la Cuenca del Plata (Fonplata) y el Banco Mundial (BM), instancias que con la experiencia que cuentan en procesos censales recomendaron que el empadronamiento se postergue y se realice en 2024 para garantizar su transparencia.

En ese sentido, mas allá de asumir posiciones intransigentes y mantenerse en la simple posición de amenazar con “ultimátums”, resultará altamente productivo aprovechar todos los espacios de diálogo establecidos a objeto de alcanzar un acuerdo que pueda satisfacer a todas la partes, sin embargo es imperante que para alcanzar un acuerdo se planteen posiciones sólidamente sustentadas con argumentos técnicos válidos por parte de los que promueven la abreviación del proceso censal, y se demuestre la posibilidad real de adelantar dicho evento sin que aparente que dichas intenciones son improvisadas en tanto sus argumentos no reflejan la viabilidad de alcanzar lo solicitado.

Sin lugar a dudas el Censo tiene una relevancia por demás importante; sin embargo, garantizar la calidad de sus resultados es también crucial como instrumento de la planificación del desarrollo del país. En ese sentido, se debe velar por su adecuado desarrollo con responsabilidad y transparencia.

Álvaro Nina Nina es economista.