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Saturday 3 Jun 2023 | Actualizado a 06:43 AM

Beneficios en los planes de pagos tributarios

/ 19 de octubre de 2022 / 00:59

Como resultado de la pandemia mundial del COVID-19 y los problemas sociales vividos en el país en pasados años, varios contribuyentes se vieron afectados en sus ingresos, por lo que no han podido cumplir a cabalidad con sus cuotas de planes de pago por deudas tributarias, solicitados con anterioridad.

Ante esta situación, en julio del presente año el Gobierno promulgó la Ley 1448 que tiene entre uno de sus objetivos la reactivación de facilidades de pago incumplidas o caídas, que da otra oportunidad en el cumplimiento de obligaciones tributarias para aquellas personas que quisieron contribuir al Estado, inclusive a través de cuotas, con los mismos beneficios y condiciones con los que al inicio se favorecieron.

Con la vigencia de la Ley 1448 corresponde que el Servicio de Impuestos Nacionales o la Aduana Nacional reanuden las cuotas mensuales de cualquier facilidad de pago que no pudo ser cumplida con anterioridad a la aplicación de la misma. Asimismo, se deja sin efecto las multas generadas por dicho incumplimiento, así como cualquier acción de ejecución tributaria o de cobro coactivo iniciado, entre los cuales están las anotaciones preventivas, retención de fondos y retención de pagos, cuyo alcance abarca a todas aquellas facilidades de pago que se vencieron hasta un día antes de la publicación de la ley, en las mismas condiciones y con los mismos beneficios con las que fueron otorgadas.

Por su parte, los contribuyentes cuyo resultado de la reliquidación en aplicación de la ley alcancen algún saldo a su favor, podrán utilizarlo para el pago de otras deudas tributarias que tuvieran con el Estado.

Asimismo, el Gobierno, en el ejercicio de sus competencias, otorga la posibilidad para que los gobiernos autónomos departamentales y municipales, mediante ley de la Asamblea Legislativa Departamental o del Concejo Municipal, puedan disponer por única vez la continuidad de las facilidades de pago incumplidas sobre los tributos que administran, como ser el Impuesto Municipal a la Propiedad de Bienes Inmuebles y/o el Impuesto a la Propiedad de Vehículos Automotores Terrestres, en beneficio de la población en su conjunto.

Esta medida es muy beneficiosa para que los contribuyentes cumplan sus obligaciones tributarias. En contraparte, el Estado también debe cumplir con sus ciudadanos a través del manejo transparente de los recursos económicos y la implementación de políticas públicas que contribuyan para mejorar la calidad de vida de los bolivianos, a través de salud, educación, infraestructura, seguridad ciudadana, entre otros.

Esperemos que el Gobierno dé continuidad a este tipo de medidas, a fin de paliar los efectos de la pandemia todavía vigente y generar mayor bienestar social para beneficio de la sociedad en su conjunto.

Willy Quispe es auditor financiero.

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¿Cómo seguirá la guerra?

La OTAN parece haber unificado criterios y que tanto el ingreso de Ucrania como de Moldavia parecen cuestión de tiempo

Wim Kamerbeek Romero

/ 2 de junio de 2023 / 09:21

Las fuerzas rusas habrían tardado 10 meses en conquistar Bakhmut. La importancia de la ciudad radica en que ayudaría a las fuerzas rusas a salir de la ocupación en el este y acercarse un poco más a Kiev. Sin embargo, su toma se da en el momento menos favorable para Putin: EEUU y la OTAN se han abierto a que otros países puedan contribuir con aviación a Ucrania que, desde el 27 de abril, está recibiendo a 1.550 vehículos, 230 tanques, 30.000 unidades de combate y, más importante, es que toda esta ayuda implica entrenamiento militar y tecnología en aviación, misiles teledirigidos y drones de última tecnología.

Pero además del hecho que la OTAN parece haber unificado criterios y que tanto el ingreso de Ucrania como de Moldavia parecen cuestión de tiempo (Henry Kissinger dijo hace poco, de hecho, que tener a Ucrania dentro de la OTAN conviene más a Putin que a Zelenski, porque la OTAN podría contener cualquier agresión de Ucrania en la frontera entre ambos países), es necesario tomar en cuenta que, independientemente del resultado de la guerra, Putin buscaría una narrativa para justificarse y que la guerra puede trasladarse a otras regiones. O sea, la única solución al fin de la guerra, sea con Ucrania o en África, es que Putin no sea más presidente de Rusia, aunque su popularidad ronda el 80% en abril de 2023. 

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De proteger a Kiev y el este como en febrero de 2022, hoy el conflicto se centra en expulsar a las fuerzas rusas de territorio ucraniano. Antes de 2022, el ejército ruso superaba en una proporción de casi 3 a 1 en tanques, personal y artillería, 4 a 1 en vehículos de guerra, 20 a 1 en misiles, y el gasto militar ruso de $us 65.000 millones en comparación a los $us 5.000 millones ucraniano en 2021. Hoy, por la ayuda de la OTAN y aliados, el gasto militar en Ucrania se habría incrementado en 640% porque el Mar Negro es una potencial zona de conflictos. No debería resultar extraño que el objetivo principal esté en la recuperación de Crimea, que significaría que las fuerzas aliadas dominen el área que comprende Jersón hasta el Mar de Azov, cortando los puentes entre Rusia y Crimea, y aislando Crimea de más ataques de fuerzas rusas por tierra. Pero esto daría tiempo a las fuerzas pro rusas a replegarse sobre los territorios del este, lo que lleva a los otros dos probables escenarios: retomar Mariupol para adueñarse de Donetsk, y tomar el área que comprende Kharkiv a Luhansk, que es ocupar territorio en las fronteras con Rusia. El objetivo principal requiere de fuerzas combinadas en al menos tres frentes.

La lucha de Putin también está en quedarse al mando de Rusia. El reforzamiento de la OTAN y su excesiva ayuda a Ucrania potencian una narrativa “anti-occidente” que tiene éxito en Oriente Medio y África. Hay 15 países africanos que se abstienen de condenar la invasión de Rusia a Ucrania en la ONU, y hay evidencias de presencia rusa en varios de ellos. En Sudán, el jefe del grupo Wagner ha instalado una planta de procesamiento de oro (y hay evidencias de la exportación a Rusia de 37 toneladas de oro) y apoya al grupo paramilitar FAR, que está en lucha con el actual presidente de ese país. En Libia, la presencia de 1.200 mercenarios del grupo Wagner apoyando la dictadura del Ejército Nacional de Libia, el respaldo a la Junta Militar en Mali y Eritrea y el envío de armas del gobierno sudafricano a Rusia que ha sido denunciado en la última semana. Además del interés de Putin por recursos naturales en África como oro, manganeso, silicio y uranio, y el apoyo diplomático, África es otra región donde Rusia y occidente tienen intereses encontrados. Pero también cabe mencionar los acercamientos en Oriente Medio con los intentos de unir al líder sirio Al Assad a los Estados del Golfo; la visita del presidente de Irán, Ebrahim Raisi, a varios países de la región; el encuentro reciente entre representantes de Arabia Saudi, Siria, Iraq y Egipto, y la fabricación de drones iraníes en apoyo a Putin.

La guerra en Ucrania puede ser el comienzo de réplicas en África y Oriente Medio. Algunas conclusiones: el fin de la guerra entre Rusia y Ucrania depende más de la continuidad de Putin como presidente de Rusia; “neutralidad” no significa abstención, sino posiciones que el Sur Global toma en función a intereses muy delimitados, como en África; la retórica antioccidente encuentra ecos en el incremento en gasto militar de la OTAN en Ucrania, que potencia conflictos en Oriente Medio; y si el mundo está cambiando de orden, la neutralidad boliviana necesita adoptar más pragmatismo y dinamicidad, en vez de anclarse al Acuerdo de 1979, sobre su neutralidad frente a la Guerra Fría.

(*) Wim Kamerbeek Romero es politólogo

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La construcción discursiva del Family Fest

Estas formas culturalistas pop de generar discurso son la manera que las nuevas derechas han encontrado para batallar el poder

Verónica Rocha Fuentes

/ 2 de junio de 2023 / 09:14

No es novedad que, entre la gestión legislativa de la Asamblea Legislativa Plurinacional, la de los concejos municipales y la de las asambleas departamentales, sea la de estas últimas la que menor agenda noticiosa genera. Esto hace que, muchas veces, pasen de largo algunas normativas de corte profundamente político que son importantes insumos para las batallas de sentido de época, de manera general, y las que vendrán localmente en periodo electoral, de manera particular.

Es lo que ha ocurrido concretamente con la Ley Departamental de Santa Cruz 296, de declaración del 10 de diciembre como el “Día Departamental de la Familia”. Esta norma fue aprobada el 27 de abril de este año y lo que hace es instituir la mencionada fecha y dar cobertura para que el Gobierno Autónomo Departamental de Santa Cruz pueda implementar “programas, actividades, políticas y proyectos para solidificar los valores y principios fundamentales de la Familia”. El diagnóstico para la existencia de esta ley se encuentra en su exposición de motivos, en la que se señala que el antecedente es “la grave crisis social y de valores que existe en la sociedad” y que la mencionada aprobación respondía a la necesidad de “crear conciencia en nuestra sociedad sobre el valor y el papel que tiene la familia en la sociedad, en la formación y educación de valores como: la fe en Dios (…)”.

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Así, este insumo normativo se constituyó, en mayo, en el paraguas institucional para este hecho político denominado Family Fest. El evento, presentado como un festival familiar cultural, además de contar con el apoyo oficial de la Gobernación cruceña, reunió a asambleístas de Creemos, conferencistas de superación personal, activistas políticas, pastores y sus denominados “embajadores” (rostros conocidos en los medios y la farándula cruceña). Esta configuración da perfecta cuenta de lo que el sociólogo Julio Córdova denomina en una publicación digital como “la alianza político-religiosa entre la extrema derecha y el fundamentalismo evangélico y católico” que significó este suceso.

Con los discursos vertidos en este festival se puede, sin duda, realizar un profundo análisis de discurso sobre los objetivos narrativos y políticos perseguidos por este movimiento. Solo para tener una idea de ellos: alguna intervención estuvo orientada a señalar que el cristianismo fue pionero en la lucha por los derechos de las mujeres, otra (la de Agustín Laje) versó sobre una supuesta demonización de los hombres y, de manera general, se hicieron apelaciones a los valores morales superiores que conlleva la conservación de la idea de la familia heteronormativa, estableciendo como principal enemigo político, cultural y societal a ese inexistente constructo que denominan «ideología de género».

Poco de esto es novedad, ya que este litigio discursivo y narrativo es pan de cada día en la política actual y estas formas culturalistas pop de generar discurso son la manera que las nuevas derechas han encontrado para batallar el poder; se trata pues de su nueva configuración dentro de unas “democracias complejas” (y en riesgo) en las que se libra, ante todo, la “política de las emociones”.  Lo que sí parece ser novedoso en este caso viene a ser la institucionalidad estatal que se va construyendo (aun localmente) en torno a estos horizontes. Se trata de una agenda que viene incluso con spoilers, como el que mencionó el diputado Bazán en el acto de entrega de esta ley departamental a Laje: lo que se viene es la búsqueda de que “se declare el 25 de marzo como el día del niño por nacer”.

(*) Verónica Rocha Fuentes es comunicadora. Twitter: @verokamchatka

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El océano, más amenazante

El océano a menudo se describe como una especie de válvula de escape para el calentamiento

David Wallace Wells

/ 2 de junio de 2023 / 09:09

Hay muchas señales inquietantes provenientes de los océanos del mundo en este momento. Incluso para aquellos de nosotros que vemos cosas como anomalías de temperatura y eventos climáticos extremos como posibles presagios del clima venidero, el aumento fuera de lo común de la temperatura global de la superficie del mar esta primavera ha sido sorprendente. Como gran parte del lenguaje utilizado recientemente para describirlo: «romper récord», «enorme», «alarmante», «sin precedentes», «inexplorado», «un evento extremo a escala global «. Quizás más simplemente: «problema».

A mediados de marzo, las medidas de la temperatura global de la superficie del mar comparadas con los últimos años se alejaron bruscamente del resto. Los picos de temperatura recientes se explican en parte por el cambio aparente de un ciclo de La Niña en el Pacífico, que suprime las temperaturas globales, a un ciclo de El Niño, que las eleva. Pero en abril, grandes áreas de los océanos del mundo estaban 2dos grados por encima del promedio de 1971-2000. En lugares frente a la costa del Pacífico de América del Sur, fue hasta 5 grados más alta. Las temperaturas de la superficie del mar frente a la costa atlántica de América del Norte estuvieron casi 14 grados por encima del promedio de 1981-2011.

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¿Cómo llamas a la llegada de eventos que han sido predichos pero, cuando fueron predichos, fueron descritos como angustiosos o incluso aterradores? La pregunta ahora gobierna gran parte de nuestra experiencia del calentamiento global, que nos confronta rutinariamente con eventos que es posible que supiéramos esperar, pero para los cuales, sin embargo, a menudo nos encontramos lamentablemente mal preparados, política, social y emocionalmente, y con una estructura y un ser humanos inadecuados. infraestructura.

Y luego están las sorpresas genuinas, ya que incluso en un mundo de ciencia climática retransmitida en voz alta, advertencias regulares de la ONU e incluso alarmismo desnudo, todavía hay, con bastante frecuencia, extremos verdaderamente inesperados. La ola de calor de 2021 en el noroeste del Pacífico y Canadá, por ejemplo, se consideró en ese momento como un evento único en un milenio, pero menos de dos años después le siguió un evento de calor en mayo que fue casi tan extremo. Otro puede estar llegando esta semana al este.

Los océanos también han producido últimamente una serie de otras curiosidades para analizar: niveles bajos récord de hielo marino antártico, con la «reducción rápida alucinante» que los científicos han llamado gobsmacking que también podría indicar un «cambio de régimen» en los océanos ; algunas tendencias desconcertantes en el ciclo El Niño-La Niña, lo que sugiere que el calentamiento puede estar haciendo que La Niña sea más frecuente y, por lo tanto, alterando algunas expectativas de clima extremo en el futuro; y preguntas sobre el papel que pueden estar jugando los grandes icebergs en los patrones de calentamiento del agua del mundo.

Un poco menos del 90% del calor adicional causado por el calentamiento global va al océano, según una tabulación reciente, que también encontró que el planeta acumuló casi tanto calor adicional en los últimos 15 años como en los 45 anteriores.

Es por esta razón que el océano a menudo se describe como una especie de válvula de escape para el calentamiento, o a veces como un sumidero de temperatura, que ahorra a nuestras tierras un calor adicional considerable. Pero lo que esto significa para los océanos es que están lidiando con aproximadamente 15 veces más impacto y perturbación por el calor que aquellos de nosotros que caminamos por la tierra y respiramos aire. Y que, probablemente, deberíamos pasar mucho más tiempo buscando allí, en el agua del mundo, las señales más claras de angustia planetaria.

(*) David Wallace Wells es columnista de The New York Times

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Pesimismo y distopía

Carlos Villagómez

/ 2 de junio de 2023 / 09:02

He escrito sobre los efectos negativos de la revolución tecnológica (TIC, RRSS, IA, etc.) en sociedades inermes como la nuestra (atrasadas, dependientes, exportadoras de materias primas, culturalmente colonizadas, etc.). Todas reflexiones en un tono ácido y, sobre todo, pesimista. Sé que el pesimismo no es bien recibido por aquellos que encuentran la felicidad como el avestruz, hundiendo la cabeza en el suelo; ni tampoco por los militantes de tiendas políticas, que deben propagar el “futuro paradisíaco” profetizado por sus líderes. Diré, a modo de descargo, que este desencanto es pesimismo filosófico, puro vitalismo realista (ataviado de desesperanza) que interpreta mejor estos tiempos contradictorios e inasibles.

Sin embargo, el futuro de la revolución digital sí se presta para un pesimismo superlativo. Si consideramos que la mayoría de los ensayos solo vaticinan perspectivas apocalípticas, no nos quedaría más que sentirnos dentro del larguísimo e interminable túnel del subdesarrollo. A pesar de todo ello, aparecen nuevos pensamientos que insuflan oxígeno y optimismo a todos los desplazados globales que cohabitamos hacinados en dicho túnel.

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El joven hongkonés Yuk Hui ha escrito un libro inspirador en contra de la declarada distopía global: Fragmentar el futuro. Ensayos sobre la tecnodiversidad (2020). Políglota, tecnólogo y filósofo, este joven asiático propone una ruptura a la línea histórica del desarrollo tecnológico de Occidente. Hui plantea una fractura a la linealidad histórica occidental que enfila Premodernidad-Modernidad-Posmodernidad-Apocalipsis (que otros llaman Singularidad, momento donde el ser humano será desplazado y esclavizado por máquinas o cyborgs). Como estamos —estaremos— a merced de poderes fácticos, imperios globales (las llamadas BigTech), Hui propone fragmentar ese futuro distópico con el recurso de la tecnodiversidad, que al igual que la biodiversidad o cualquier diversidad actual (de género, de cultura, etc.), revierte pensamientos y actos despóticos con acciones plurales y colectivas. En la línea de la tecnodiversidad se podrán generar múltiples cosmologías tecnológicas, múltiples cosmotécnicas, correspondientes a cada cultura, a cada identidad, que lograrán fragmentar la convergencia sincronizada a la que nos quiere conducir Occidente.

Fragmentar el futuro. Ensayos sobre la tecnodiversidad es, a todas luces, un manifiesto revolucionario que pone una luz de esperanza al final del larguísimo túnel del subdesarrollo. Es toda una propuesta descolonizadora en un tema tan crucial como es la dependencia tecnológica que, te recuerdo, timbra o vibra sin parar en tu bolsillo, cartera o mochila.

(*) Carlos Villagómez es arquitecto

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Detractores del acuerdo de deuda en EEUU

Económicamente hablando, reducir los déficits del presupuesto federal es importante pero no urgente

Peter Coy

Por Peter Coy

/ 1 de junio de 2023 / 08:59

Los miembros del Ultraconservador House Freedom Caucus están descontentos porque el acuerdo sobre el techo de la deuda no reduciría significativamente los déficits del presupuesto federal en los próximos años. Uno se refirió al trato como un sándwich hecho de excrementos, otro lo llamó » locura» y un tercero tuiteó un emoji de vómitos. Cosas con clase.

Sin embargo, siendo realistas, hay dos problemas con la posición de la derecha sobre los déficits. Una es que la rápida reducción de los déficits que piden los legisladores no sería saludable para la economía, especialmente en este momento. La otra es que, si bien la reducción del déficit es importante a largo plazo, los republicanos de derecha buscan el equilibrio en los lugares equivocados.

En cuanto al primer punto, es una suerte para la economía de EEUU que el acuerdo alcanzado por el presidente Biden, el presidente de la Cámara de Representantes Kevin McCarthy y sus lugartenientes sea menos agresivo que la Ley de Limitar, Ahorrar y Crecer de 2023 aprobada por la Cámara de Representantes, que la Oficina de Presupuesto del Congreso estimó que reducir los déficits federales en $us 4,8 billones durante 10 años.

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Demasiada austeridad fiscal demasiado rápido puede dañar la economía porque el gobierno federal saca dinero de los bolsillos de los estadounidenses cuando gasta menos (o grava más). Si bien la economía se está calentando ahora, con el desempleo en abril igualando el más bajo desde 1969, hay abundantes señales de que una recesión está cerca. El índice de indicadores económicos principales de The Conference Board disminuyó en abril por decimotercer mes consecutivo, «lo que indica un empeoramiento de las perspectivas económicas», anunció la junta, un grupo de investigación respaldado por empresas.

Incluso los recortes en el acuerdo sobre el techo de la deuda serían un ligero retardo para el crecimiento económico. Según lo informado por The Times, el acuerdo mantendría el gasto no relacionado con la defensa en 2024 en aproximadamente su nivel de 2023 y lo aumentaría en un 1% en 2025. Una estimación inicial de The Times predice que los límites reducirían el gasto federal en aproximadamente $us 650.000 millones durante 10 años, asumiendo que el gasto crece a la tasa de inflación anticipada después de que se eliminen los topes en dos años.

Económicamente hablando, reducir los déficits del presupuesto federal es importante pero no urgente. Según los cálculos del Fondo Monetario Internacional, la deuda del gobierno central de Japón totalizó el 221% de su PIB en 2021, en comparación con el 115% de Estados Unidos, y Japón parece estar bien. Eventualmente, sin embargo, habrá que hacer algo. En febrero, la Oficina Presupuestaria del Congreso no partidista proyectó que, según la ley actual, la deuda pública estadounidense (una medida más limitada que la del FMI) alcanzará el 195% del PIB en 2053, el doble del nivel del 98% en 2023. En ese momento, una porción incómodamente grande del gasto federal tiene que dedicarse al pago de intereses sobre la deuda. No hay riesgo de incumplimiento, porque el gobierno siempre puede imprimir más dólares para cubrir sus deudas, pero la impresión de demasiado dinero dificultaría mantener la inflación bajo control.

Eso trae a colación la segunda cosa que está mal con la condena de la derecha al acuerdo del techo de la deuda. Los miembros del Freedom Caucus, junto con otros republicanos y un buen número de demócratas, han descartado imprudentemente los aumentos de impuestos como un componente clave para arreglar las finanzas del gobierno.

El drama en torno al acuerdo del techo de la deuda, que está lejos de terminar, es intenso porque los negociadores están tratando de lograr algo que es imposible. Están buscando toda su reducción del déficit en el lado del gasto, en lugar de una combinación más razonable de recortes de gastos y aumentos de impuestos.

Recortar el Seguro Social y Medicare es difícil porque son programas muy populares. Son salvavidas para una gran parte del público. Están creciendo porque la sociedad está envejeciendo, no porque los estadounidenses mayores estén recibiendo un trato cariñoso. Cortar la defensa es difícil porque el mundo es un lugar peligroso (aunque creo que hay algo de grasa que quitar). Y recortar los gastos discrecionales distintos de la defensa es difícil porque representa solo alrededor del 15% de los desembolsos y hace muchas cosas valiosas, desde financiar la investigación científica hasta ayudar a los pobres y garantizar la seguridad alimentaria. Se necesitarían reducciones devastadoras en las funciones clave del gobierno para marcar una diferencia significativa en las perspectivas de déficit y deuda. Eso deja impuestos más altos como la opción poco explorada. Según la Oficina de Presupuesto del Congreso, según la ley actual, se prevé que los desembolsos totales del gobierno federal aumenten al 30,2% del PIB para 2053 desde el 23,7% en 2023. Ese gran aumento en los desembolsos no se corresponde con un aumento correspondiente en los ingresos, que los proyectos de CBO aumentarán hasta el 19,1% en 2053 desde el 18,3% en 2023.

Para evitar que la deuda se dispare, debe suceder una de dos cosas. O los desembolsos deben aumentar más lentamente como porcentaje del PIB o los ingresos deben aumentar más rápidamente. Creo que la opción de ingresos va a pasar a primer plano con el tiempo.

(*) Peter Coy es columnista de The New York Times

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